El PP andaluz no ve “necesaria” la entrada “inmediata” en prisión de José Antonio Griñán debido a su estado de salud. Los populares son acusación particular en la pieza política del caso ERE, que condenó al ex presidente de la Junta a seis años de cárcel por un delito de malversación, junto a otros seis ex altos cargos socialistas que ya están cumpliendo sus penas en prisión.
Este viernes, apurando el plazo concedido por la Audiencia Provincial de Sevilla, el partido que preside Juan Manuel Moreno ha presentado sus alegaciones a la autoridad judicial fijando su posición respecto a la conveniencia o no de que Griñán entre en la cárcel. El PP-A se adhiere al criterio de la Fiscalía Anticorrupción, manifestado el pasado jueves, en el que pedía suspender su encarcelación inmediata tras revisar el informe jurídico forense que recomendaba la no entrada en prisión del ex presidente para poder tratarse convenientemente el cáncer de próstata que le fue diagnosticado en diciembre.
En el escrito, el PP andaluz prevé “para dentro de dos o tres meses” una nueva revisión forense para “valorar su situación” de nuevo. Para ello, abogan por que le sea requerido a Griñán “la fecha en que concluya el tratamiento y los oportunos informes”. Las alegaciones no aclaran por qué ese plazo de dos o tres meses, que harían coincidir el nuevo requerimiento con la precampaña de las elecciones municipales del 28 de mayo.
Los populares, que habían reclamado la ejecución de la sentencia que condenaba al ex presidente y al resto de condenados a entrar en prisión, también solicitan ahora un nuevo informe sobre la evolución de la enfermedad de Griñán. El criterio de los abogados del PP andaluz era previsible, después de que el presidente de la Junta y líder regional del partido manifestase el pasado miércoles, a título personal, que no era partidario de que Griñán entrase en la cárcel teniendo que tratarse de un cáncer.
Moreno recordó que su padre falleció a consecuencia de esta enfermedad, casi con la misma edad que el ex presidente tiene ahora (76 años), y mostró públicamente cierta empatía personal con él, al margen de las consideraciones jurídicas y políticas del caso ERE, “el mayor caso de corrupción que se ha vivido en España”, recordó.
“Mi padre falleció de cáncer con una edad parecida a la que tiene el señor Griñán. Por tanto, yo tengo una especial sensibilidad con esa enfermedad. En el ámbito personal, a una persona que tiene una enfermedad tan dura, tan grave como es el cáncer, ante una enfermedad durísima, yo personalmente no puedo ser partidario de que el señor Griñán, una vez que se ha certificado que tiene cáncer, entre en la cárcel”, dijo el presidente andaluz durante una intervención pública en Málaga.
Sus palabras fueron duramente criticadas por el veterano diputado del PSOE-A y amigo personal de Griñán, Mario Jiménez, que en su cuenta de Twitter escribió: “Falso. La fatalidad les ha estropeado su estrategia ruin y miserable. Dijo lo mismo antes del 19J y después dio instrucciones con saña de q se pidiera su ingreso inmediato en prisión sin esperar la resolución de los recursos.Basta de maldad y de hipocresía”.
En realidad, los populares ya habían avanzado de manera extraoficial que sus alegaciones no iban a diferir mucho del planteamiento que hiciera el Ministerio Fiscal. La Fiscalía señaló en su escrito que la médico forense que evaluó a Griñán, ante la necesidad de hacer un “análisis predictivo” de la evolución de su enfermedad, y teniendo en cuenta “la cercanía del diagnóstico” del ex mandatario y “el hecho de que el tratamiento no se ha iniciado”, concluyó “la no conveniencia de su ingreso en centro penitenciario hasta tanto se confirme la remisión, en su caso, de su patología oncológica por los Servicios de Urología y de Oncología Radioterápica”.
El informe forense, conocido el pasado lunes, concluyó que “aunque la sanidad penitenciaria puede hacer frente a cualquier demanda médica, lo cierto también es que los posibles efectos secundarios en el tratamiento hormonal y de radioterapia, así como las frecuentes revisiones a las que va a ser sometido, parecen poco compatibles con la dinámica carcelaria, esto es, con la vida en prisión”, reza el documento.
Y añade: “No cabe duda de que el diagnóstico de cáncer, por si mismo, en cualquier persona produce un derrumbe de su estructura psíquica y con una incertidumbre enorme respecto al tratamiento y la evolución”, por lo que el ingreso en prisión “no ayuda a afrontar una enfermedad de esta entidad”.
En las últimas semanas han ingresado en distintas prisiones de Andalucía los otros seis ex altos cargos de anteriores gobiernos socialistas condenados por malversación en el caso ERE. La primera fue la ex titular de Economía y Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, en la prisión de mujeres de Sevilla. Le siguieron los ex consejeros de Empleo, Antonio Fernández y José Antonio Viera, el ex titular de Innovación, Francisco Vallejo, el ex viceconsejero Jesús Rodríguez y el ex director de la Agencia IDEA Miguel Serrano.
Sólo dos condenados por malversación han eludido, por ahora, la entrada en prisión: Griñán y el ex consejero Agustín Barberá, también afectado de una dolencia grave y a espera de un reconocimiento médico posterior.