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El PP de Andalucía mete la Semana Santa en campaña y pide que “los insultos a la Macarena” sean delito

El PP andaluz ha cerrado la Interparlamentaria de este fin de semana en Sevilla desempolvándose el pesimismo de las encuestas, que vaticinan un desastre para el candidato y líder del partido, Juan Manuel Moreno. Los populares creen que las elecciones andaluzas del 2 de diciembre están “muy abiertas”, y manejan estudios que hablan de un 20% de indecisos en los 15 días de campaña, y hasta un 5% el mismo día de la votación. “Con ese margen puede pasar cualquier cosa”, avisan.

Moreno y su equipo de campaña -y un amplio grupo de asesores y líderes nacionales- encaran estos comicios con una estrategia de comunicación que busca sobresalir, agitar a la gente y, por nada del mundo, dejar indiferente a nadie. El candidato popular arrancó la campaña a las puertas de un prostíbulo de Sevilla, donde un ex alto cargo del Gobierno andaluz gastó 15.000 euros con una tarjeta de crédito de la Junta; y luego citó a la prensa en el pinar donde hace 30 años el PSOE de Felipe González se hizo la famosa “foto de la tortilla”, para denunciar el deterioro del poder socialista en estos casi 40 años de gobiernos en Andalucía. Ésta es una máxima del PP que repetirán machaconamente durante toda la campaña, y a la que se han sumado los otros grupos de la oposición. La otra máxima es usar el nombre de Pedro Sánchez como “un bloque de cemento atado al pie de Susana Díaz”, dice un dirigente local.

En esta línea se entiende que Moreno cerrase su discurso este domingo afeando al presidente del Gobierno y a la líder andaluza que el PSOE haya facilitado un debate en el Congreso para revisar los de delitos de ofensa a los sentimientos religiosos e injurias a la Corona. Moreno ha regionalizado esa propuesta -que parte de Unidos Podemos- para atacar a Susana Díaz con uno de los pilares de la identidad sevillana: la Semana Santa: “¿Susana le ha dicho al oído a Pedro Sánchez que a los andaluces no nos gusta que insulten a la Macarena o a la Virgen del Cachorro? Que no nos gusta que pisoteen la bandera rojigualda y la andaluza”, espetó.

Pasadas las doce del mediodía, en el salón de actos del edificio Expo de Sevilla, donde la Interparlamentaria del PP reúne a 600 cargos del partido, las luces se apagaron y se empezó a escuchar la voz en off de Teodoro García Egea, acompañada por un sonido tenue de violines. Se encendió la enorme pantalla sobre el escenario y aparecieron imágenes de humo sobre fondo negro. El secretario general del PP hablaba bajo, casi con voz de cuentacuentos, para describir de forma muy crítica al Gobierno andaluz y las “políticas de humo” de Susana Díaz.

Con un pantalón granate, una chaqueta negra y sin corbata, García Egea se movió por el escenario mientras a su espalda proyectaban imágenes de una enorme bandera de Andalucía. La escenografía estaba muy estudiada, y el mensaje también. La cúpula del PP nacional va a usar las elecciones andaluzas del 2 de diciembre como un ensayo de las generales. Los dirigentes nacionales, encabezados por su presidente, Pablo Casado, van a hacer campaña en solitario por las provincias andaluzas, en paralelo a la caravana del candidato y líder del PP andaluz, Juanma Moreno, y con el objetivo claro de debilitar a su verdadero rival: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El PP ha dejado claro en esta Interparlamentaria, a cinco semanas de que arranque la campaña de las andaluzas, cuál será su principal línea de ataque contra Susana Díaz: se llama Pedro Sánchez. Los populares usarán al presidente del Gobierno como “un bloque de cemento atado al pie de Susana Díaz”. Todos los discursos de los dirigentes nacionales acaban, irremisiblemente, confrontando a la presidenta andaluza con la política de Sánchez en Catalunya, su alianza estratégica con Podemos y sus posibles acuerdos con los independentistas catalanes. “No te oímos, Susana, no estás diciendo nada a Pedro Sánchez por estar liquidando España con los independentistas. Eres cómplice, Susana”, le espetó este domingo la ex ministra y actual portavoz del PP en el Congreso, Dolors Montserrat.

El secretario general del partido ofreció un tono más templado, después de las críticas que le llovieron tras denunciar que “el Gobierno de Susana Díaz gasta más dinero en prostíbulos que en educación”. “Nos llaman radicales y extremistas. Yo soy radical de querer a Andalucía”, aseguró. El objetivo de García Egea hoy era apelar a la “ilusión”, “lo contrario que el PSOE andaluz”. “No veréis a los candidatos andaluces porque se esconden detrás de los líderes nacionales. Nosotros estamos orgullosos de nuestros cabezas de lista en las provincias, subrayó el número dos del PP.

La dirección de Casado ha admitido su intervención en la confección de las listas electorales de Andalucía, donde han colocado a personas de su confianza en puestos clave. Génova no quiere “reinos de Taifas” para las municipales y las autonómicas. Cuando subrayan que las próximas candidaturas en los territorios donde no gobierna se harán “a la andaluza” dan por sentado que sus equipos y personas de confianza colonizarán los puestos de salida, tanto para futuros gobiernos como para asegurarse el control del partido desde Génova.

El número uno por Sevilla es el ex ministro de Interior y ex alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, y el cabeza de lista por Córdoba es el ex secretario de Estado y también ex regidor cordobés, José Antonio Nieto. Ambos estaban alineados con Dolores de Cospedal y, por tanto, confrontaban directamente con el proyecto de Juanma Moreno, que apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en contra de Casado.

La otra clave de esta Interparlamentaria es la estrategia de oposición moderada contra Ciudadanos, el partido que amenaza con arrebatar votos al PP andaluz, pero en el que el PP andaluz deposita toda su esperanza de gobernar tras el 2D. “Andaluces, Ciudadanos os traicionó. Dijo que no apoyaría un Gobierno del PSOE aquí y lo hizo. El PP es el voto útil en Andalucía y Cs es un voto inútil”, avisó Montserrat. El candidato Juanma Moreno apenas hizo mención al partido naranja, no hay una sola vez que le pregunten y él no admita que su intención es sumar con la formación de Albert Rivera para gobernar juntos.

El discurso de Moreno, sin papeles, pero más deshilachado, giró en torno a Susana Díaz, con algunos tintes extraños, como cuando apeló a la presidenta andaluza en defensa de la Semana Santa. “¿Susana le ha dicho al oído a Pedro Sánchez que a los andaluces no nos gusta que insulten a nuestros símbolos religiosos, a la Macarena o a la Virgen del Cachorro? Que los andaluces no estamos de acuerdo con que las fuerzas armadas dejen de desfilar en la Semana Santa. Que las banderas rojigualda y la verde y blanca son los símbolos que nos unen, y no nos gustan que la pisoteen”, exclamó.

El líder popular hacía así una interpretación crítica de la decisión que adoptó la semana pasada el Congreso, cuando dio el primer paso para derogar o reformar en el Código Penal los delitos de ofensas a los sentimientos religiosos, las injurias a la Corona o el enaltecimiento del terrorismo, una iniciativa de Unidos Podemos que los socialistas se han abierto a debatir.

Moreno ha arremetido contra Susana Díaz por su “suavidad y debilidad” contra el Gobierno de Sánchez. “Teníamos a una presidenta andaluza que era un torbellino contra el Gobierno de la Nación, del PP, claro. No había ni un solo día que no insultase al Ejecutivo de Rajoy. Y ha pasado de ser una leona a ser un corderito de Mimosín, suavito, suavito, suavito”, ha dicho, mientras inclinaba las rodillas, como acariciando a un animal, e iba bajando la voz hasta quedarse callado. “¿Dónde está Susana Díaz? Dónde estaba tu genio y figura? Qué débil eres cuando gobierna el PSOE”, concluyó.

El candidato popular ha terminado el acto con un registro totalmente distinto, arengando a sus compañeros a gritos desde el escenario: “¡Esta tierra tiene que ser la Baviera de Andalucía. Esto es lo que quiero conseguir y es lo que voy a conseguir. Vamos a ganar las elecciones en Andalucía. A ganar, a ganar y a ganar”.