El salto a las vallas sólo supone un 15% de las entradas de inmigrantes por la Frontera Sur

Ni las recientes imágenes de inmigrantes agarrados a las vallas de Ceuta o Melilla son tan habituales ni es cierta la avalancha de personas que intentan entrar en España. El 'salto a la valla' sólo supone un 15,75% del total de entradas de inmigrantes por la frontera sur de Europa. Es una de las conclusiones del informe anual de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), presentado este martes en Sevilla y en el que lamenta principalmente la “intolerable campaña de intoxicación para hacer creer a la opinión pública que estamos ante un verdadero tsunami de inmigrantes ante el que sólo valen emplear los métodos más contundentes y eficaces sea cual sea su coste en sufrimiento y en vidas humanas”.

El Informe Frontera Sur 2014 ofrece información sobre flujos migratorios y entiende como frontera sur Ceuta,Melilla,Andalucía,Canarias y parte de Levante. No obstante, se ha detenido en esta edición casi en exclusiva en los escenarios fronterizos norteafricanos, Ceuta y Melilla. Ambos son puntos de referencia informativa en los últimos tiempos tras la tragedia del pasado 6 de febrero en la playa del Tarajal de Ceuta, con la muerte de al menos 15 personas durante la actuación de la Guardia Civil, o los visibles efectos de las cuchillas de la valla de Melilla. El informe hace un pormenorizado repaso histórico de diversos acontecimientos relacionados con inmigrantes en las ciudades autónomas españolas, desde la llegada a principio de los 90 de los primeros subsaharianos.

APDHA resalta que, respecto a la evolución de los sistemas de entrada en España, el método de saltar la valla ha sufrido un pequeño incremento en relación de 2012, cuando supuso el 11,83% del total de entradas. Por el contrario se ha producido un claro incremento de las personas que pasan a Ceuta y Melilla por los pasos habilitados (un 8,16% del total, un 1,34 en 2012). Se trata, señala el informe, de los ciudadanos de origen argelino o sirio que pasan camuflados entre las miles de personas que trasiegan diariamente por las fronteras norteafricanas.

El sistema de entrada mediante 'salto a la valla' no ha sufrido un incremento muy considerable pero sí el de las balsas de juguete (de 15,32% al 27,04%), sobre todo a la provincia de Cádiz y a Ceuta, mientras ha descendido el uso de las grandes pateras o neumáticas (de 69,31% a 45,25%), con el correlativo descenso del papel de las llamadas “mafias” en el proceso. APDHA destaca también que cualquier día entran por los aeropuertos europeos más personas que las que consiguen atravesar “el muro de la Fortaleza Sur de Europa”, aunque no ofrecen datos al respecto.

España, cuarta ruta de entrada

En total, 7.550 personas lograron atravesar la frontera sur de España el año pasado. Las llegadas se incrementaron un 7,39% con respecto a 2012 (6.692 personas detenidas en 2012), en el conjunto de costas y fronteras del sur de España. Pese a este incremento que viene produciéndose paulatinamente desde el año 2010, se trata de una cifra bastante reducida en comparación con las llegadas de años como 2005 (39.180), de las producidas durante los años 1995-2000 y, en todo caso, muy lejos de las 104.000 entradas que ha estimado la agencia Frontex para el conjunto del Europa durante el año 2013, en la que España es tan sólo la cuarta ruta de entrada, lejos de las de Italia, Grecia o Bulgaria.

Estas cifras, según destaca el informe de APDHA, “ponen de manifiesto que la histérica campaña del gobierno tildando la llegada de inmigrantes de avalancha, invasión, situación crítica, no corresponde sino a una operación de intoxicación cuyo único objetivo es hacer que la opinión pública acepte sin ninguna reacción medidas represivas y violaciones de derechos humanos sobre las personas migrantes”.

Además, se ha producido un descenso en Andalucía con respecto al año 2012 de un 19,67%, si bien las entradas en Ceuta y Melilla han sufrido un considerable aumento, pasando de 2.861 a 4.354 personas, un aumento del 52,2%. El aumento más importante se ha producido en Ceuta pasando de 756 entradas en 2012 a 1.846 en 2013, como ya adelantó eldiario.es/andalucia. Es decir que se ha multiplicado por dos veces y media. “¿En que medida la desproporcionada reacción de la Guardia Civil del 6 de febrero no estará influida por el intento de cortar como sea este aumento que se vino produciendo durante el año 2013?”, se pregunta APDHA. Por su parte, en Melilla también se ha producido un incremento, pero menor, tan sólo del 16%.

Al igual que aumentaron las llegadas de personas sirias, lo hicieron las personas de origen argelino, disminuyendo en cambio los marroquíes. La cantidad total de mujeres que ha llegado a España ha descendido durante 2013, pasando de un 6,13% en 2012 a un 4,11% en 2013, una cuestión que puede estar relacionada con el cambio de los sistemas de entrada. “Suele ser menos habitual que las mujeres subsaharianas empleen el método de la balsa hinchable y no desde luego el salto a la valla”, señala APDHA.

La “muerte de perfil”

Federico García Lorca estableció la expresión “morir de perfil” para quienes encontraban la muerte en el trascurso de su aventura vital: el torero muere en la plaza, el bandolero frente a la guardia civil, el soldado en el campo de batalla... en nuestro sur, el emigrante muere en el mar del estrecho mojadito hasta el alma. Según recoge el informe de APDHA, “de forma sorprendente” el número de personas que se ha podido contrastar que han perdido la vida o han desaparecido es sensiblemente menor que en 2012, pasando de 225 a 130.

APDHA habla de sorpresa porque “los sistemas de entradas son cada vez más precarios y crecientemente peligrosos, debido al crecimiento de los sistemas de rechazo y control”. Según el seguimiento que hace anualmente la APDHA, durante los últimos años, 174 personas han perdido directamente la vida cuando intentaban llegar por uno u otro medio a Ceuta o Melilla o por la acción de las fuerzas marroquíes en sus alrededores.

Según el coordinador del área de Inmigración, de APDHA, Carlos Arce, el intento de buscar un “paraguas” político-jurídico para justificar las 'devoluciones en caliente' a través de la supuesta cobertura del tratado bilateral hispano-marroquí, de “inverosímiles redefiniciones” del concepto de frontera o de posibles modificaciones de la Ley de Extranjería centran las preocupaciones de la asociación. “Nos debe preocupar que se regularice lo que hasta ahora se hacía o se decía de tapadillo”, ha insistido.

El coordinador del informe, Rafael Lara, ha destacado que desde principios de los 90 las políticas de control de las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos han estado caracterizadas por una “perspectiva exclusivamente policial, salpicada con episodios lamentables, impropios de un Estado que pretende ser considerado como democrático y de derecho”.

El informe hace un pormenorizado repaso histórico de diversos acontecimientos relacionados con las ciudades autónomas españolas, desde la llegada a principios de los 90 de los primeros inmigrantes subsaharianos, los sucesos de las murallas del Ángulo en Ceuta (1995), la “vergüenza” del campamento de Calamocarro en Ceuta (1995-2000), los programas de acogida o traslado a la península (1996-2000), las devoluciones ilegales de menores en la frontera de Ceuta (1998), la construcción de los CETI para inmigrantes, inaugurados en 1999 y 2000.

Asimismo, APDHA se detiene en los saltos multitudinarios a las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla que se produjeron en los meses de agosto-octubre de 2005, que se explican, entonces como hoy, “por la situación de desesperación de miles de personas que ven cómo se les cierran todas las puertas”. Aquellos saltos se saldaron con al menos 14 muertos por disparos con fuego real, generándose, entonces como ahora, “un enorme escándalo internacional”. Tras aquellos sucesos, como hoy, hubo un nuevo reforzamiento de las vallas. Como en octubre de 2013, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy decidió recolocar las cuchillas en las vallas de Melilla y añadir una malla antitrepa. “Es la misma respuesta que se dio en 2005 y en 1995: vallas más altas, vallas más difíciles de franquear, con el mismo resultado. Nuestros gobernantes parecen ser incapaces de pensar otra forma de gestionar las migraciones”.

“Un fantasma recorre Europa: la invasión de las fronteras de Ceuta y Melilla”

Ceuta y Melilla quedaron fuera del llamado 'Espacio Schengen' que permite la libertad de circulación entre los Estados que pertenecen al mismo. Según el informe, “el endurecimiento de las políticas españolas con respecto a los inmigrantes que tratan de entrar en las ciudades fronterizas parece responder a un temor ante una supuesta invasión subsahariana”. Se ha dicho que hasta 80.000 son los subsaharianos que esperan dar el 'salto de la valla', “pero esa no es la realidad”. La realiad son “alambradas de muerte” y “una impresionante campaña de intoxicación que recurrentemente se lanza desde las más altas instancias gubernamentales en cada ocasión o en cada momento tenso en las fronteras de ambas ciudades”.

APDHA reconoce que se ha producido un incremento de la entrada de inmigrantes en Ceuta y Melilla durante los años 2011 a 2013, habiendo incidido factores como “la continuidad y la falta de perspectivas de que vaya a resolverse el nulo futuro que ven ante sí los jóvenes africanos, cada vez más lejos de resolverse”; “el práctico cierre de las rutas a Canarias por el creciente papel en la externalización del control de fronteras europeas en Marruecos, Mauritania y Senegal”; “la mayor dificultad para poder atravesar el Estrecho sin ser detectados y detenidos”; o “la terrible persecución y hostigamiento a que son sometidas las personas subsaharianas en Marruecos, que los llevan a situaciones de absoluta desesperación”.

Por cuestiones orográficas los saltos a la valla en Ceuta son menos numerosos y son más frecuentes los intentos a nado por El Tarajal o Benzú así como las lanchas de juguete. En cambio en Melilla el paso a nado es prácticamente imposible y las corrientes dificultan llegar en lanchas de juguete por lo que son más habituales las grandes neumáticas y los saltos a la valla. En ambas ciudades se reproducen las entradas por los pasos habilitados, bien camuflados entre el tránsito de personas, bien en coches, recoge el informe.

“Pese a la dramática situación y las terribles escenas que vemos a diario, pese a las gravísimas violaciones de Derechos Humanos, la entrada de inmigrantes por Ceuta y Melilla continúa lejos de las que se produjeron en 2005 (más de 5.500) y más aún lejos de los 15.000 que fueron trasladados a la península entre 1996 y 1999”, señala el informe de APDHA, que apunta que se trata de “apenas una gota” en relación a los 104.000 inmigrantes llegados a Europa por el conjunto de sus fronteras, según Gil Arias, director adjunto ejecutivo de la Agencia Frontex.

“Y sin embargo se ha puesto en marcha una intolerable campaña de intoxicación para hacer creer a la opinión pública que estamos ante un verdadero tsunami de inmigrantes ante el que sólo valen emplear los métodos más contundentes y eficaces sea cual sea su coste en sufrimiento y en vidas humanas”, lamenta APDHA.

Propuestas de APDHA

El informe da cuenta de “20 años de refuerzo del control fronterizo, de despliegue policial y militar, de vallas cada vez más altas y más complejas, de millones de euros invertidos, de implementación de nuevos y sofisticados sistemas tecnológicos, de helicópteros y patrulleras…”. “Siempre más de lo mismo, y como en el día de la marmota, volvemos a escuchar los mismos mensajes que nos advierten de una inminente invasión, las mismas campañas de intoxicación y recurrentemente las mismas soluciones cuyo éxito está a la vista”. Apdha también denuncia que el pasado 18 de marzo, unos 500 subsaharianos, de los 1.100 que lo intentaron, lograron entrar en Melilla, saltando las vallas. Una vez en Melilla, se dirigieron al CETI, que ahora acoge a unos 1.900 inmigrantes, cuando su capacidad de acogida es de 480 personas.

APDHA apuesta por “dar una vuelta de tuerca, cambiar de rumbo” y que las organizaciones que integran Migreurop en España, con el objetivo de facilitar el acceso a la UE de la mayoría de las personas que ahora se encuentran involucradas en la “dinámica infernal” descrita en el informe, pongan en marcha acciones como las siguientes, encajándolas en procedimientos administrativos ya existentes:

1) Facilitar la regularización de esas personas. Hay un procedimiento en marcha en Marruecos que podría darles cabida si se ajustan los requisitos exigidos.

2) Facilitar y garantizar la llegada a la UE en calidad de solicitantes de asilo a quienes puedan estar en condiciones de solicitar protección internacional.

3) Aplicar criterios amplios de reunificación familiar para permitir la entrada en la UE de quienes tengan familiares residiendo en ella, concediendo visados de estancia.

4) Conceder un significativo número de visados a los países africanos de los que proceden estas personas.

La construcción de las vallas de Ceuta y Melilla

Reproducción íntegra del apartado del informe dedicado a la construcción de las vallas de las ciudades autónomas:

Finalizada la guerra de África y sobre todo durante el protectorado, las fronteras de Ceuta y Melilla eran fluidas y permeables, situación que dura hasta comienzos de las década de los 90. Tras la aprobación de la Ley de Extranjería de 1985 y la adhesión en 1991 al Tratado de Schengen (que entra en vigor el 26 de marzo de 1995)

es cuando realmente España emprende una política de creciente cierre de fronteras y se comienza la construcción de vallas fronterizas crecientemente militarizadas.

Aquellas “fronteras que solo aparecían en los mapas militares y en las guías turísticas, esas fronteras que durante varios siglos representaron el vehículo de interacción e intercambio, esas fronteras capaces de colorear el tejido social de las dos ciudades, son hoy en día el símbolo desafiante de la separación entre dos mundos y de una

evidente gestión policial de la inmigración“ (SODDU, P., Ceuta y Melilla: gestión fronteriza, derechos humanos y seguridad, 2006), además de ser la muestra más elocuente lo que significa la Europa Fortaleza.

Son vallas que han terminado por convertirse en una de las fronteras más vigiladas y protegidas del mundo con utilización de alta tecnología. Fueron construidas y han sido constantemente reforzadas independientemente de quien gobernara en España. Las críticas desde la oposición desaparecían llegados al gobierno. Y ello porque tanto el PP como el PSOE comparten la filosofía de rechazo del inmigrante, del cierre de fronteras y la política de guerra a los inmigrantes inspirada en los círculos más oscuros de la UE.

El modelo de construcción de las vallas es parecido en ambos casos: vallas exteriores e interiores, con una carretera entre las dos, control tanto por patrullas españolas como marroquíes y con toda la tecnología posible (cables de detección, cámaras de vigilancia, sensores de sonido, movimiento, y térmicos, equipamiento de luces y visión nocturna…). La financiación de ambas vallas fue costeada en parte con cargo a los “Fondos Europeos de Desarrollo Regional”. Nadie preguntó entonces a cual clase de desarrollo se refería la construcción de las vallas.

La impermeabilización de los 8,3 km de frontera entre Ceuta y Marruecos fue adjudicada en noviembre de 1993 a la empresa Cubiertas y MZOV por 3.500 millones de pesetas. Buena parte de esta valla de Ceuta fue levantada en 1995 tras varios intentos de cruzar la frontera de grupos de inmigrantes y sobre todo después de los acontecimientos del 11 de octubre de 1995 que ya hemos relatado más arriba con la protesta y represión

de los subsaharianos en la ciudad.

Se construyeron vallas de 2,5 metros de altura, una carretera de circunvalación patrullada por la Guardia Civil y el Ejército, así que una red de focos halógenos, sensores volumétricos, cámaras de video.

En octubre de 1996 se procede a la renovación de la alambrada, ya que no se habían conseguido los resultados esperados para evitar la entrada de inmigrantes. En consecuencia, se necesita una presencia continua de efectivos militares en la región fronteriza. Efectivamente son efectivos del Tercio de la Legión y del Tabor de

Regulares los encargados de reponer la alambrada en 1996.

En 1999, una nueva reforma: se decide reforzar la valla exterior (elevándola de 2,5 metros a 3,10 metros) e instalar en la valla interior una malla de concertinas. En aquel momento, con ya 5 años de antigüedad, se habían gastado 5.680 millones de pesetas pero fuentes oficiales daban por seguro que se habrían sobrepasado ampliamente los

6.000 millones de pesetas.

En febrero del año 2000 concluye el vallado de la frontera de Ceuta, tras casi siete años de obras, de 8,3 km y tres metros de altura y un gasto que muchas fuentes estiman en 8.000 millones de pesetas.

En cuanto a la valla de Melilla, la construcción se empezó en 1998. Al principio, se diseñó una sola valla, cubriendo los 12kms. de frontera. Pero después, siguiendo el modelo de Ceuta, se reconvirtió en dos vallas paralelas, de tres metros de altura. Visto el devenir de los años trascurridos desde entonces, resultan de una “clarividencia”

pasmosa las declaraciones de José Ramón Ónega a la sazón Director General de Política Interior “El modelo es Melilla, donde tenemos la certeza de que la nueva valla que se está acabando de construir ha frenado la entrada de inmigrantes irregulares subsaharianos”.

Su presupuesto en 1998 fue de 5.500 millones de pesetas. Las primeras alambradas se adjudicaron a la empresa sevillana Kwazulu, que colocó también concertinas en algunos tramos de la valla.