Unos ocho militantes por día. Es lo que ha ganado el PSOE-A si se compara el censo de militantes para las primarias del pasado 29 de junio -45.733- con el cerrado la pasada semana para el congreso regional extraordinario de los días 23 y 24 de noviembre en Granada: 46.675 personas con derecho a voto. Son 942 militantes más que muchos miembros del partido atribuyen a la “ilusión” que ha despertado la que será la nueva secretaria general o incluso hay quien habla ya del efecto Susana Díaz.
Este dato llama al optimismo en las filas socialistas después de que no se hayan escapado, como el resto de formaciones, de los estragos que la crisis ha hecho en la militancia. Son mayoría las familias obligadas al ahorro y prescindir de la cuota del partido -unos 60 euros al año en el caso de los socialistas- o del sindicato es de las primeras decisiones que se adoptan. Esta cifra, en todo caso, no sólo la consolida como la federación más numerosa dentro del PSOE, sino que además supone casi la cuarta parte del total de militantes, cifrado en 216.954 en el último congreso federal, por lo que es una cifra que tendrá que revisarse para el próximo.
Es, en cualquier caso, una cifra alejada de los casi 60.000 militantes contados para el congreso regional extraordinario que en 2010 aupó a José Antonio Griñán, que además con el 99,8% de los votos de los delegados, consiguió el máximo respaldo en la historia del partido. Eso sí, pese a que en aquel cónclave se contaba con más militantes a la hora de elegir a los delegados (poco más de 500) para participar en el mismo, en esta ocasión el PSOE-A ha ampliado la cifra de representantes (casi 800) pese a que sean menos afiliados. “La idea es que sea el más participativo de la historia”, ha dicho al respecto el vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez.