“El problema es que hay que tener mucha paciencia con la derecha”. Con este suspiro hondo, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha conseguido una cerrada ovación de la platea del Palacio de Congresos de Granada, donde este sábado ha relanzado la candidatura de Juan Espadas para las elecciones andaluzas de este año. Sánchez y Espadas se han repartido el protagonismo de la jornada, conscientes de que el ciclo electoral que arranca con los comicios de Castilla y León, el próximo 13 de febrero, y que continuará con las andaluzas (aún por convocar), decidirá el futuro político de ambos.
El presidente del Gobierno ha arrancado su discurso con un durísimo alegato contra la derecha, singularmente contra el PP de Pablo Casado, al que ha tildado de “negacionista político”. “Tenemos una oposición negacionista. No podemos contar con ello ni para lo malo ni para lo bueno”, ha dicho, tras enumerar algunos de los principales proyectos políticos del Ejecutivo, que ha contado con la confrontación visceral del PP: la revalorización de las pensiones, la reforma laboral, el aumento del salario mínimo interprofesional y los fondos europeos. “Es una oposición negacionista desde el principio de la legislatura”, ha recalcado Sánchez, hasta la ofensiva que acaban de lanzar contra el reparto de fondos europeos.
24 horas antes, Casado había anunciado que su partido sopesa llevar a los tribunales esa distribución de fondos entre las comunidades autónomas, avivando la sospecha de una supuesta corrupción, que puede “poner en riesgo” la posición de España ante Bruselas y el Plan de Recuperación y Resiliencia. “La derecha y la ultraderecha quieren construir una España a su imagen y semejanza: resignación, tristeza y quiebra de su proyecto político. No lo van a conseguir”, ha asegurado.
El presidente se ha detenido en la reforma laboral, aún pendiente de convalidar en el Congreso de los Diputados, y ha pedido a Casado que “abandone la oposición negacionista, aunque sea sólo por un día, y que apoye la reforma laboral”, que tenga en cuenta que esta norma ha sido consensuada con la patronal y los sindicatos, y que viene a revertir un contexto laboral en el que la mayoría de contratos que se hacen no duran más de cinco días.
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