La azarosa vida de Miguel de Cervantes, enhebrada en cada uno de los dispares escenarios geográficos en los que se desarrolló -de Alcalá de Henares a Sevilla, de Madrid a Roma, de Nápoles a Argel…- hace que la máxima figura de la cultura española y padre de la novela contemporánea, sea un bien cultural reivindicado desde cada uno de los puntos cardinales, no sólo de su biografía, sino de los que aparecen en sus inmortales escritos, desde las Novelas Ejemplares al coloso de El Quijote, donde quiso dejar constancia de su profundo conocimiento de la geografía ibérica.
Sin embargo, dentro del mapa cervantino, Andalucía -y más concretamente Sevilla- no fue sencillamente uno más de los lugares por los que transcurrió la vida del escritor, sino justo al contrario, “una referencia angular en su formación literaria y en su visión del mundo. Por azares de la vida coincidieron y se entrelazaron en el tiempo una ciudad ambivalente como Sevilla, en la cumbre de su poderío y de su esplendor y también de sus miserias, y la más alta personalidad literaria de la historia española, quien extrajo de esa Babilonia hispalense buena parte de la sustancia vital y artística que alimentó su gran talento creador”, explica el profesor sevillano Rogelio Reyes Cano en el ensayo Cervantes y SevillaCervantes y Sevilla.
Partiendo de la misma genética, hay que recordar que a pesar de haber nacido en Alcalá de Henares, el origen de Cervantes es andaluz, cordobés en concreto, de donde eran sus abuelos paternos y donde, posteriormente, se estableció su padre, ya con Cervantes nacido, en busca de la huella familiar. “Es probable que su andalucismo provenga del mismo origen familiar”, asegura el profesor Antonio Rey Hazas en su estudio Andalucía en las Novelas Ejemplares de Cervantes.
“¿Viajaría nuestro autor con su padre?”, se pregunta este profesor de la Autónoma de Madrid, quién él mismo se responde: “Sería tentador suponerlo porque de ese modo se explicaría biográficamente la referencia al colegio sevillano de la Compañía de Jesús que hace Berganza en El coloquio de los perros, donde pudo asistir como alumno el joven Cervantes. Asimismo se iluminaría su recuerdo adolescente de Lope de Rueda, que vivía en el mismo barrio sevillano que habitaban los Cervantes. Pero todo son meras hipótesis sin confirmar”.
Recaudador de la Armada Invencible
Lo cierto es que Cervantes vivió, vagó y penó durante más de una década en la Andalucía de finales del siglo XVI, como recaudador de impuestos para el reino de Granada y requisador de trigo y aceite para la Armada Invencible en el Reino de Sevilla. Viajando de pueblo en pueblo por Andalucía, conoció de primera mano a pícaros, delincuentes, mercaderes, ricachones, moriscos y gitanos que aparecerán después poblando sus obras. Cervantes escribió algunos de sus poemas sueltos, sonetos laudatorios y novelas cortas durante estos años. “Se estableció siempre que pudo en Sevilla, la ciudad de sus amores, a desdén de Córdoba, la patria de sus mayores. Pero amó y sufrió en toda Andalucía, como prueban sus estancias en la cárcel de Castro del Río (1592) y de Sevilla (1597), donde no todo fue negativo, pues nació aquí la idea de escribir el Quijote”, recuerda Rey Haza.
Esta hipótesis –la de Sevilla como cuna de El Quijote- es corroborada también por el escritor jerezano José Manuel Caballero Bonald en su celebrada publicación Sevilla en tiempos de Cervantes (Fundación José Manuel Lara), donde asegura que ·Cervantes concibe en la cárcel sevillana las hazañas descomunales de un visionario y, asimismo, las escaramuzas del hampa a orillas del Guadalquivir“, en referencia a novelas ejemplares como Rinconete y Cortadillo.
Ausencia andaluza en la comisión nacional
Pues bien, ni la Junta de Andalucía –a través de la Consejería de Cultura- ni el Ayuntamiento de Sevilla han presentado aún un programa conmemorativo que esté a la altura de esta profunda vinculación histórica y literaria de nuestra tierra en el autor y la obra más inmortal escrita en español. Tampoco se han unido, hasta la fecha a la Comisión Nacional del IV Centenario de la Muerte de Miguel de Cervantes que, promovida por el Ministerio de Cultura, cuenta con la máxima calificación de acontecimiento de interés cultural nacional, por lo que ofrece unos amplios incentivos y beneficios fiscales que pretenden servir de acicate para a atraer la participación del sector privado en la efemérides.
Lo último que se realizó en Sevilla, y de lo que permanece aún la huella que puede perseguirse por las calles de la ciudad, fueron los fastos realizados hace ahora un siglo, en 1916, al cumplirse el III Centenario de su fallecimiento. La efeméride fue celebrada en distintos puntos de España y Sevilla no se quedó atrás. Fu José Gestoso el encargado de diseñar y colocar los paneles cerámicos que aún conservamos en distintos lugares de la ciudad, en torno a veinte, con información relativa al lugar de Sevilla donde se desarrollaron los episodios narrados por Cervantes en sus Novelas Ejemplares, como fueron Rinconete y Cortadillo, El patio de Monipodio, La Española Inglesa y el Coloquio de Cipión y Berganza.
Cervantes, pueblo a pueblo
El año que ahora termina comenzó en enero con el hallazgo de dos documentos inéditos localizados en el Archivo de Indias de Sevilla que ubicaban por primera vez a Cervantes, de manera oficial, en las localidades de Osuna, Morón (Sevilla) y Villamartín (Cádiz), donde también realizó sus labores recaudatorias.
Junto a estas nuevas localizaciones la pista de Cervantes en Andalucía puede seguirse en el siguiente recorrido:
SEVILLA: En 1587 se instala en Sevilla, en calidad de Comisario Real de Abastos para la Armada Invencible, al servicio de Antonio de Guevara. Después de recorrer Andalucía, y perseguido por su mala suerte, fue encarcelado por Gaspar Vallejo en Sevilla diez años después, en 1597. En este punto acabaron los servicios de Miguel de Cervantes a la Hacienda de Felipe II. Lo único positivo de su estancia en prisión, fue que Cervantes empezó allí a escribir el Quijote, tal y como el escritor explica en el prólogo de su obra.
ÉCIJA Y CÓRDOBA: Cervantes empezó su cometido en Écija confiscando por la fuerza los cereales de varios propietarios, uno de los cuáles era un eclesiástico. Estas circunstancias originaron que fuera fulminantemente excomulgado por el Vicario General de Sevilla. Continuó su labor por algunos pueblos de Córdoba, viéndose obligado a encarcelar o arrestar a varios agricultores y cosechando una nueva excomunión.
CARMONA: A pesar de todo, Cervantes debió cumplir sus objetivos, puesto que a finales de 1587 recibió felicitaciones de sus superiores y le fue encomendada, como premio, otra misión consistente en requisar aceite. A principios de 1590, está en Carmona, comisado para requisar aceite en la región.
JAÉN: Prosigue con sus requisas, ayudado por Nicolás Benito, por Jaén, Montilla, Úbeda y Estepa.
GRANADA: Cervantes vuelve a Madrid tras ser aprobadas sus cuentas en 1594, pero inmediatamente se le propuso que actuase como Recaudador en la provincia de Granada, el encargo era lograr el ingreso en el Tesoro de dos millones y medio de maravedíes correspondientes a tasas atrasadas.