Frenazo ambiental al proyecto para levantar en Barbate la mayor urbanización turística de Andalucía

Antonio Morente

20 de septiembre de 2022 19:24 h

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Un frenazo en toda regla a la mayor urbanización turística en marcha en estos momentos en Andalucía. Següesal Golf Resort, un proyecto en término municipal de la localidad gaditana de Barbate que prevé levantar tres hoteles de cuatro y cinco estrellas, 636 apartamentos turísticos, 450 viviendas nuevas y un campo de golf de 18 hoyos, ha recibido una declaración ambiental estratégica desfavorable por parte de la Junta de Andalucía, lo que obliga a replantear la iniciativa. Ubicada al pie del parque natural La Breña y Marismas del Barbate, la macrourbanización ha obligado a recalificar 312 hectáreas de suelo no urbanizable, una modificación urbanística que ahora ha recibido la negativa ambiental del Gobierno andaluz porque –entre otras cuestiones– “ocasionaría relevantes efectos negativos sobre la biodiversidad”, afectando a especies de flora y fauna con una especial protección.

El Següesal, impulsado por Bogaris, inició su tramitación hace más de una docena de años y hasta la fecha había obtenido todos los parabienes administrativos, hasta el punto de que en 2011 fue el primero al que la Junta de Andalucía concedió la declaración como proyecto de interés turístico regional. El año pasado fue adscrito a la Unidad Aceleradora de Proyectos del Ejecutivo andaluz para acortar unos plazos que ahora se han topado con este muro pese a que contaba con una autorización ambiental unificada positiva todavía vigente, pero cuyo sentido cambia ahora en función de los condicionantes puestos por la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul.

Ante el giro que han dado los acontecimientos, los promotores ya han anunciado que van a analizar la declaración ambiental negativa para “tomar una determinación sobre la viabilidad futura” del proyecto, aunque de partida no arrojan la toalla y anuncian que en cuestión de semanas “plantearán las soluciones que sean oportunas”. Por su parte, Ecologistas en Acción Cádiz, cuyas alegaciones al proyecto alertaban del impacto ambiental del megacomplejo (en coincidencia con lo que también aprecian los técnicos de la Junta), ha celebrado la resolución administrativa incidiendo en que “el interés público se impone por una vez al de los especuladores urbanísticos, y eso ya es noticia”.

“Inviabilidad ambiental” de la propuesta

El informe de la Consejería de Sostenibilidad rechaza uno de los principales argumentos esgrimidos por los ecologistas, ya que considera que la gran urbanización no invade el parque natural La Breña y Marismas del Barbate. No obstante, sí reconoce “en última instancia” la “inviabilidad ambiental” de la iniciativa, tras estimar las alegaciones sobre la existencia de flora amenazada, de Hábitats de Interés Comunitario (algunos de ellos prioritarios) y de fauna en régimen de protección especial, además de admitir también la afección a la conectividad ecológica en el ámbito de actuación.

Los técnicos recuerdan que una de las principales determinaciones de la Revisión Parcial del PGOU de Barbate en trámite para facilitar la implantación del proyecto consiste en clasificar una superficie de 284,78 hectáreas como Suelo Urbanizable Sectorizado, una superficie que en gran parte la ocupan terrenos forestales de propiedad privada, poblados por acebuchales y pinares con sotobosque de matorral mediterráneo, pastizales, etc. Esta operación urbanística auspiciada por el Ayuntamiento de Barbate, apuntan, “no garantiza la conservación de los terrenos forestales ni del resto de los hábitats naturales” a los que afecta, por una razón muy sencilla: dejan de tener la consideración legal de forestal para albergar usos de carácter urbano. La superficie del complejo, por cierto, supondría cuadruplicar la que tiene ahora el núcleo urbano barbateño.

La actuación también “ocasionaría relevantes efectos negativos sobre la biodiversidad, ya que en la zona hay ”multitud de especies“ incluidas en el listado de las que están en régimen de protección especial, entre ellas el camaleón común, el cernícalo primilla, varios tipos de rapaces nocturnas y muchos tipos de aves forestales como el chotacabras pardo, el herrerillo y el pinzón. Por lo que respecta a la vegetación, se pone el acento sobre todo en dos especies propias de Cádiz: la Silene stockenii (incluida en el catálogo andaluz de flora silvestre amenazada como en peligro de extinción) y la Odontites foliosus, que está en una situación vulnerable.

Problemas de conectividad ecológica

El documento también considera que se dificulta el establecimiento de corredores ecológicos tal y como establece el propio plan de usos de parque natural, con lo que se persigue “mejorar y mantener” la identidad y calidad paisajística de este entorno. En este sentido también alertaban los ecologistas, que ponían el acento en que la macrourbanización se pretendía construir sobre 13 Hábitats de Interés Comunitario, algunos declarados prioritarios, “además de suponer la destrucción de una importante masa forestal” y la ruptura de la conectividad ecológica entre los diferentes sectores del parque, “que terminaría rodeado de hormigón”. Por todo ello, se concede una declaración ambiental desfavorable, además de señalar que si el plan urbanístico es modificado de nuevo para eliminar las afecciones detectadas por los técnicos medioambientales tendrá que ser sometido de nuevo a información pública.

Ecologistas en Acción, que lleva más de una década de oposición frontal al proyecto junto a la plataforma SOS Barbate, confía en que “la desestimación de El Següesal sea definitiva, y que sirva de debate sobre la necesidad de dar un giro radical al modelo urbanístico”. Además de recordar que tenían previsto denunciar el complejo ante los tribunales y la Unión Europea, la organización aprovecha para subrayar que “tampoco es de recibo que se siga apostando por grandes urbanizaciones con campos de golf en un escenario de cambio climático con reducción de los recursos hídricos”.

La cuestión de los recursos hídricos

El proyecto, según los ecologistas, contempla abastecerse del Consorcio de Abastecimiento Gaditano, “lo que, además de ilegal, es imposible, pues no hay recursos para más población de la que se abastece ya”. Esta alegación no ha sido asumida por los técnicos, ya que el informe sectorial que aborda la cuestión hídrica sí le da el visto bueno a la propuesta, algo en lo que ponen el acento los promotores, al tiempo que señalan que el riego del campo de golf previsto se realizará al cien por cien con aguas reutilizadas de la depuradora de Vejer de la Frontera.

La empresa impulsora de la iniciativa, asimismo, “lamenta el retraso que esta decisión supone para un proyecto de futuro para Cádiz y su provincia”, lo que a su vez implicará dilatar los plazos en la ejecución de actuaciones previstas. Entre las medidas que ahora se ralentizarán, incide la compañía, están el tratamiento terciario de la depuradora de Vejer, el impulso para el refuerzo de la conexión eléctrica de Barbate y la creación de un parque periurbano y nuevas infraestructuras deportivas.

A ello unen el parón que va a sufrir “la creación de empleo estable”. En este sentido, el alcalde de Barbate, Miguel Molina (Andalucía Por Sí) calculó en su momento que El Següesal generará entre 300 y 400 puestos de trabajo directos, lo que consideraba “un acicate” muy considerable para una población que cuenta con alrededor de 3.000 desempleados.

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