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Susana Díaz defiende que la salida de Rajoy conduce a adelantar elecciones

Susana Díaz acude este lunes al comité federal del PSOE a escuchar los argumentos de Pedro Sánchez sobre la moción de censura contra el presidente Mariano Rajoy, que se debatirá en el Congreso el próximo jueves y viernes. La secretaria general del PSOE andaluz y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ha presidido esta mañana la reunión con su ejecutiva antes de viajar a Madrid, y al término del encuentro se ha reafirmado en que lo urgente para España es echar al presidente del Gobierno, “que está inhabilitado para seguir al frente de este país” tras la “brutal” condena al PP en la trama de corrupción Gürtel. “Rajoy no se sostiene más tiempo. Ni ha pedido perdón ni ha pedido disculpas a los españoles. Está inhabilitado para seguir gobernando. Saben ustedes el profundo cariño que le tengo a España, y este país necesita un cambio cuanto antes”, dice.

La presidenta andaluza ha mantenido un perfil bajo en público tras el anuncio de la moción de censura de Sánchez: “confió” en su decisión de inmediato y no dejó margen para dobles lecturas que pudieran reabrir el eterno relato pugilístico entre ella y el secretario general, que dura desde su derrota en las primarias. Pero su apoyo público a la moción de censura es indirecto: comparte el fin (echar a Rajoy), pero no se muestra entusiasmada con el medio (poner a Sánchez de presidente). “España necesita un cambio y el PSOE ha usado los mecanismos constitucionales para propiciarlo”, dice Díaz. 

Los socialistas andaluces entienden que la moción de censura contra Rajoy tras la “brutal” sentencia condenatoria de la trama Gürtel era “la obligación del principal partido de la oposición”, “lo que tenía que hacer”. Así lo ha trasladado la secretaria general a su equipo, donde también reconocen que la jugada resitúa a Pedro Sánchez en el centro del tablero político. El secretario general del PSOE acusa el desgaste de ser un líder extraparlamentario, no tener escaño en el Congreso ni poder batirse en el cara a cara con Rajoy y con el resto de adversarios políticos: Albert Rivera, de Ciudadanos, y Pablo Iglesias, de Podemos, principalmente.

Díaz respalda la moción de censura, pero las discrepancias empiezan con el escenario del día después. Los socialistas andaluces están más alineados con la tesis de Ciudadanos que con la del propio Sánchez, esto es: creen que la moción debe ir seguida de una convocatoria urgente de las elecciones generales, como pide la formación de Rivera. “Es lo mejor para el país”, dice un alto dirigente socialista andaluz, que se encoge de hombros al ser repreguntado si es lo mejor para el PSOE, habida cuenta del escaso fuelle de Sánchez en las encuestas. En el equipo de Susana Díaz creen que “es un riesgo” que el líder socialista quiera permanecer en la Moncloa y forme gobierno, teniendo sólo 84 diputados. “Con un Congreso tan atomizado, unos Presupuestos Generales que ha diseñado el PP, que aún deben pasar por el Senado, donde ellos tienen mayoría absoluta…es mucho riesgo”, advierten. 

Lejos de los catalanistas

Pero el mayor rechazo que genera este escenario entre los socialistas andaluces es que Sánchez, siendo presidente interino, volvería a necesitar el apoyo de los nacionalistas vascos y de los secesionistas catalanes en el Congreso, una posición que debilitaría la marca PSOE frente al avance de Ciudadanos. Una cosa es aceptar el voto sin condiciones de los independentistas para sacar a Rajoy del Gobierno y otra muy distinta es negociar con ellos cualquier cosa, aunque sea una agenda social, estando el autogobierno de Cataluña intervenido por el Estado a través del artículo 155 de la Constitución. 

Díaz rechaza rotundamente cualquier acercamiento a los partidos independentistas y en el comité federal advertirá a Sánchez que tanto el PP como Ciudadanos aprovecharán la coyuntura de la moción para dibujar al PSOE como un aliado preferente de los independentistas catalanes, como ya están haciendo. Los populares andaluces ya acusan a Díaz de “traicionar” a España por respaldar una moción de censura contra Rajoy que necesita los votos de PdeCat, ERC y Bildu. Son precisamente los grupos nacionalistas, además de Podemos e IU, quienes animan a Sánchez, no sólo a presentar la moción, sino a gobernar de forma transitoria, sin necesidad de disolver la legislatura de inmediato.

Sin adelanto en Andalucía

Aunque el escenario político nacional ha dado un giro drástico en apenas 48 horas, el mensaje de Susana Díaz a los suyos es de calma. La presidenta de la Junta no da síntomas de que vaya a adelantar las elecciones andaluzas este año, y mucho menos si finalmente se precipitan las generales. Las encuestas internas que baraja el PSOE andaluz, las que extrapolan los resultados del CIS y otros sondeos nacionales a las provincias, vaticinan que los socialistas son fuertes en Andalucía y Extremadura, pero siguen si levantar cabeza en la mayor parte del país. Díaz no quiere concurrir a las urnas junto a Sánchez, un escenario que no está en su mano evitar, puesto que si no se altera el calendario electoral, ella está obligada a convocar antes que Rajoy. El tsunami político que ha provocado la sentencia de la Gürtel y la moción de censura puede trastocar este panorama, si finalmente se adelantan las generales. En ese caso, el mensaje que se ha trasladado es que Andalucía disfruta de estabilidad política, necesaria para afianzar su recuperación económica, y por tanto las urnas no se abrirán hasta la primavera de 2019, cuando tocan.

El PP andaluz ha amagado este lunes con presentar una moción de censura contra el Gobierno de Susana Díaz por estar salpicado en el fraude de los ERE, un caso que se está juzgando en estos momentos y que tiene en el banquillo a una veintena de ex altos cargos de la Junta, incluidos dos ex presidentes, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Los populares tienen 33 diputados en el Parlamento, suficiente para impulsar una moción de censura contra Díaz, aunque no cuentan con el respaldo de otros grupos de la Cámara. El PP necesitaría aprovechar una grieta entre los socios de investidura -PSOE y Ciudadanos- que mantienen una alianza cómoda desde hace tres años. Es más, son los populares andaluces y la formación naranja los que libran un pulso tenso en el Parlamento por hacerse con el espacio político del voto conservador.