Susana Díaz ha reabierto este martes la herida con Juan Espadas, su sucesor en la secretaría general del PSOE-A tras las primarias de 2021. Lo ha hecho vinculando la victoria de Espadas frente a ella con el ex secretario de organización José Luis Ábalos, ahora en el disparadero por su relación con el caso Koldo, detallada en un informe de la Guardia Civil que ya tiene el juez.
En una intervención en el programa Espejo Público de Antena 3, Susana Díaz ha asegurado que Ábalos se desplazó a Sevilla para recabar apoyos en favor de Espadas en aquellas primarias, mientras el propio exministro sembraba de dudas su labor al frente de la Junta y el partido. Ocurrió en junio de 2021. Un mes después, Pedro Sánchez lo cesó como ministro y como secretario de organización.
“No tengo rencor, por eso soy feliz. Pero aquello fue durísimo: que vinieran a decirnos que éramos un partido degenerado… Se tiró [en referencia a Ábalos] quince días en un hotel para ganarme las primarias”, ha señalado Díaz, relacionando directamente la victoria de Espadas con la presencia de Ábalos en la capital hispalense. Díaz está dolida, y no ha ahorrado expresiones para mostrarlo: “Me hierve la sangre”, “tengo un cabreo como un mono”.
“Lo sabe todo el mundo”, ha dicho en relación a la labor de Ábalos en aquellos días, asegurando que “llamaba a la gente para cambiarle el voto”. “Yo fui a aquellas primarias como el Cid campeador en lo alto del caballo, muerta”. Con un 55% de los apoyos y el respaldo de Ferraz, Espadas ganó aquellas primarias, convocadas tres años después de que los socialistas, con Susana Díaz a la cabeza, perdiesen el poder en Andalucía por primera vez en democracia, a pesar de ganar las elecciones.
La mera cercanía al exministro Ábalos, por entonces la figura con mayor peso orgánico en el partido (descontado el secretario general), es ahora mismo material tóxico. La propia Díaz ha subrayado esto en el programa de Susana Grisso, poniéndose a sí misma y al partido que lideraba como ejemplo contrapuesto a Ábalos. “Nosotros éramos un partido limpio, no teníamos ni una denuncia”, ha señalado la expresidenta andaluza, ahora senadora y participante asidua en tertulias de radio y televisión.
Fuera de la lista al Congreso Federal
La diatriba de Díaz a cuenta de la participación de Ábalos en aquel proceso llega pocos días después de que la propia expresidenta se quedara fuera de la lista de 57 delegados que el PSOE de Sevilla enviará al Congreso Federal del PSOE, que se celebrará a finales de noviembre. Díaz ha dicho que le “duele”, y que nadie le ha preguntado, a pesar de haber dirigido el PSOE-A durante ocho años y la Junta de Andalucía entre 2013 y 2018. “Tendrán que explicarlo”, ha dicho la exdirigente socialista.
Juan Espadas sí ha replicado a esta cuestión. En Jaén, el secretario general de los socialistas andaluces ha señalado que si “tanto interés” tenía su antecesora al frente de la federación socialista andaluza en ser elegida delegada podría haberlo trasladado “con tiempo suficiente” a los órganos de dirección del partido, o haber planteado una lista alternativa de delegados, llamando al secretario provincial de Sevilla, Javier Fernández. “Aquí lo que no hay son tratos ni privilegios a nadie”, ha rematado Espadas.
Este episodio se suma a otros enfrentamientos, más o menos explícitos, entre los dos últimos dirigentes del socialismo andaluz. El pasado julio, tras la revisión de las condenas a Manuel Chaves y José Antonio Griñán por el Caso ERE, Espadas saldó cuentas con Díaz acusándola de ponerse de perfil en la defensa de los dos expresidentes. En un artículo en el Huffington Post, Espadas le afeó haber “dañado la imagen del PSOE” y la “honorabilidad” de sus compañeros condenados por los ERE por haber pactado con Ciudadanos un acuerdo contra la corrupción, a cambio de sus votos en la investidura de 2015. Según Espadas, aquello contribuyó a regalar el relato al PP. Aquello sentó fatal a la expresidenta, que se defendió negando las acusaciones.
Aquel episodio ocurrió en un momento en que Espadas enfrentaba un conato de rebelión interna, con la expresión de un número inusualmente alto de críticas en el comité director del PSOE-A, la federación socialista más nutrida de España, con unos 42.500 militantes. Bajo esas discrepancias Espadas entrevía la sombra de Díaz. Ahora, algunos críticos amagan nuevamente con agruparse en torno a una candidatura alternativa a Espadas de cara al Congreso regional que seguirá al Federal, en un plazo máximo de tres meses desde que termine este.
De momento, no se vislumbra cabeza visible en la plataforma 'Bases Andaluzas Socialistas'. Susana Díaz ha negado, también este martes, que ella esté maniobrando para volver, pero sí ha dado un aliento tácito a los críticos. “La gente no se resigna a perder y tiene ganas de ganar la Junta de Andalucía, de volver al gobierno”.