La secretaria general del PSOE-A y presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no quiere plantearse que sea su partido el que tenga que facilitar el Gobierno de Mariano Rajoy, el más votado tras las elecciones generales del 26 de junio, pero también descarta que haya una tercera convocatoria, por lo que espera que el presidente del PP busque los apoyos necesarios para su investidura, pero en “otros grupos”.
En una entrevista este martes en la cadena Ser, la líder del PSOE en Andalucía ha insistido en que no es responsabilidad de su partido. “No se puede poner en hombros de un partido con 85 escaños la responsabilidad del que ha ganado”, ha remarcado. Por eso, ha insistido en que “Mariano Rajoy no puede estar a verlas venir”, y debe hacer como ella, que cuando ganó el 22 de marzo de 2015 las elecciones autonómicas, asumió la tarea de “formar gobierno y de buscar dentro de la aritmética parlamentaria”.
De todas maneras, ha reconocido que todavía no se ha conversado sobre el planteamiento que se hará en el próximo comité federal del PSOE y si aboga por mantener los mismos mandatos que tras el 20D, donde expresamente se decidió que no se facilitaría la investidura del PP ni por activa ni por pasiva. Ya le parece “llamativo que haya sido el candidato y que haya ganado”, por lo que no ha querido tampoco ahondar en si cree que debe o no ser Mariano Rajoy el que opte a la presidencia dentro de las filas populares. Ha sido su respuesta cuando se le ha preguntado sobre la posibilidad de que el PSOE se abstuviera con otra cara en el PP.
“Para mí es impensable que haya terceras elecciones generales. Este país no se lo puede permitir”, ha repetido, para continuar: “No contemplo en ningún escenario en que España no tenga un gobierno cuanto antes”. Tras remarcar que no cree que haya ningún grupo que “esté por darle un cheque en blanco a quien tanto daño ha provocado”, en referencia a Mariano Rajoy, le ha recordado que “sus votos son los del miedo”, rechazando que estén sostenidos por un proyecto.
También ha valorado los resultados en Andalucía, donde ha perdido tras haber encadenado cuatro victorias consecutivas, pero se ha esforzado en marcar una diferencia con estas “elecciones generales”, pese a que se ha “dejado la piel como si fuera candidata”, igual que ha vuelto a destacar que la distancia entre el PP y el PSOE en su comunidad autónoma es mayor que en el conjunto del país. De todas maneras, ha reconocido que ella es “del viejo socialismo” y le gusta “ganar”.
La líder del PSOE-A, que ha celebrado también que Eduardo Madina haya conseguido escaño esta vez, ha rechazado nuevamente decir si aspira ella a tomar las riendas del partido con el próximo congreso o si el vasco es su elegido: “No toca ahora”. Tampoco ha querido valorar si los resultados el 26J en Andalucía la debilitan: “En éstas no era candidata yo, pese a que haya trabajado como tal (...). La gente, con mucha claridad, sabe distinguir en cada momento qué es lo que vota”.
“El sueño del sorpasso no lo han conseguido, pero nos han dejado el legado de dejarnos un presidente de derecha”, ha continuado en referencia a Julio Anguita, excoordinador de IU y uno de los promotores de la confluencia Unidos Podemos. De hecho, ha vuelto a arremeter contra esta coalición electoral, a la que ha culpado de la victoria del PP, por su “empeño en polarizar” la campaña.
Preguntada sobre si el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, debió dimitir tras el batacazo del 20D y si no, tras el del 26J, que ha dejado los peores resultados de la historia del partido, ha replicado que ella no es “quién para decir lo que tienen que hacer otros”. En su opinión, Pedro Sánchez “ha trabajado mucho” para mejorar los resultados, por lo que espera que esté “triste” como ella por no haberlo conseguido.
Pasadas 48 horas de las elecciones generales, Susana Díaz y Pedro Sánchez todavía no han hablado porque han estado como el perro y el gato con el teléfono. En este sentido, ha explicado que el pasado lunes, se llamaron “varias veces, pero no dio tiempo a mucho más” porque estaban en sus respectivas ejecutivas, de manera que sólo intercambiaron saludos.