“El silencio nos entierra en vida, sobre todo a las mujeres”, reza la carta de presentación de la plataforma 'Me too Sur' que acoge la revista feminista Mujeres del Sur. Desde su reciente lanzamiento, “una denuncia por semana”, presume la periodista Nani Carvajal, directora de la publicación que ha dado cabida a la iniciativa de la abogada Amparo Díaz. Hasta ahora, seis testimonios de mujeres que exponen públicamente cómo han vivido el acoso sexual y de género. Una de esas mujeres es Noelia Pérez, doctoranda de la Universidad de Granada, que recientemente dio el paso denunciando durante un discurso haber sido víctima de acoso sexual, acusando a la institución académica de no haber tomado cartas en el asunto. Un caso que recuerda al de las víctimas de Santiago Romero, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla entre 1997 y 2009, y cuyas consecuencias está revisando el Tribunal Constitucional.
Seguramente Romero ocuparía el lugar de 'machista del mes' en la sección de la revista que presenta al hombre que merece ese dudoso honor. El último, “el putero Tito Berni y su banda”. Nombres y apellidos de las víctimas que ya han narrado sus experiencias con el machismo (las citadas Amparo Díaz y Noelia Pérez, la eurodiputada Lina Gálvez, las abogadas María José Atoche y Lorena Lozano, y la funcionaria Amparo Gimeno) pero no así en los casos de los presuntos acosadores. “Ninguna de las denunciantes ha sentido la necesidad de dar el nombre de su acosador, pero alguno que otro se podrá sentir identificado”, comenta Carvajal.
"Cuando estábamos en la facultad mis amigas y yo tuvimos que aguantar el acoso de varios profesores, igual que otras compañeras en ese momento, antes y después. En nuestro caso eran cuatro profesores" (Amparo Díaz)
Amparo Díaz comenta a este periódico en ese sentido que no es recomendable proporcionar el nombre del maltratador sin unos datos jurídicos que lo respalden: “La mejor forma de denunciar es acudir a un tribunal, decir el nombre de esa persona y esperar a que empiece una investigación. Si una mujer denuncia en un medio de comunicación, hace visible unos hechos que pueden ser delito, pero no ha denunciado por la vía penal, corre el riesgo de que esa otra persona se considere agraviada y entonces le ponga una denuncia”.
Así pues, a la hora de denunciar, afirma Díaz que “es recomendable buscar un asesoramiento especializado que estudie el caso durante un tiempo y diseñe un plan de actuación. Una denuncia rápidamente solo es necesaria e imprescindible cuando haya un peligro a corto plazo”. La abogada hace hincapié en que la mayoría de las mujeres que, como ella, han decido denunciar a través de esta plataforma, hacen públicos unos hechos que pasaron hace años y que, por eso, pretenden servir de ejemplo para otras que lo tengan más reciente y que no se atreven a escribirlo.
"Nunca he tenido ninguna relación sexual o sentimental con ningún hombre con el que tuviera una relación jerárquica o de poder y supe zafarme de todas esas circunstancias, pero conozco a quienes quedaron atrapadas y manchadas por ellas" (Lina Gálvez)
Para las mujeres que ofrecen su relato, según Nani Carvajal, “supone un desahogo y un confort mental a la hora de sacarse esa humillación, hallando un bienestar emocional, según coinciden compañeras psicólogas”, y “eso ya es mucho”. Otro de los objetivos es que este tipo de delitos, que antes estaban “ocultos”, no prescriban, como explica Díaz en su artículo, donde se pregunta “si de verdad es justa la categoría jurídica de la prescripción que aplicamos en delitos en los que hay una reincidencia relevante y tantas víctimas son mujeres y niñas”.
Crítica a las trabas de la justicia
'Me Too Sur' da la posibilidad de explicar los hechos sin tener que desvelar a la otra persona. El objetivo, al fin y al cabo, es visibilizar hechos que “son muy frecuentes”, para que sirva “de ejemplo a otras mujeres”. Como indica Amparo Díaz, “que se vea lo que está sufriendo en términos jurídicos”, algo “muy significativo si se tienen en cuenta que frecuentemente se dan situaciones de falta de respeto hacia las mujeres y presiones hacia su sexualidad”. Además, Díaz trata de establecer una crítica a las trabas que impone la justicia durante el procedimiento: la primera de ellas es social, porque “se están normalizando conductas muy sexistas y presiones físicas”, y la segunda es “la lentitud y el trato que recibe la víctima durante el proceso”.
"No me ocurrió a mí por lo guapa o lo fea que fuese, ni por lo alta o baja, ni siquiera por lo gorda o delgada, ni por la ropa que vestía. Simplemente me ocurrió a mí, por el simple hecho de que era una mujer" (María José Atoche)
Puede que este “canal abierto” sirva a otras mujeres para denunciar acoso sexual o de género (pueden hacerlo enviando un correo a mujeresdelsur@mujeresdelsur.es o un whatsapp al 649347400) porque “antes eso iba en el lote de ser mujer, como aguantar bromas machistas o sufrir el lastre machista de algunas instituciones como la Universidad”, comenta la directora de la revista.
La directora de la revista explica que Amparo Díaz “notaba una constante” entre las mujeres que acudían a su despacho profesional a hablar de sus situaciones: “Siempre narraban situaciones de acoso que no se habían dado cuenta de que habían sufrido”. “Inmediatamente” aceptó la propuesta de incorporar los testimonios de mujeres que quisieran contar su experiencia en una sección de la revista, nacida en papel en 1984 y que tras la pandemia Carvajal resucitó en formato digital con el diseño de Faustina Morales después de 30 años con la edición “adormilada”.
"Letrada, le pregunto como letrada pero también como mujer. Si yo a usted le dijera “quiero follar contigo” ¿usted que diría… se sentiría agredida?
Nani Carvajal recuerda que la librería Fulmen reunía al entonces incipiente movimiento feminista de Sevilla, allá por los 70, viendo el nacimiento ya en los 80 de la revista, que mantiene intencionadamente un aspecto 'vintage' de aquella época para que se identifique con aquella publicación, “la primera feminista de Andalucía”, relata la periodista.
La sección 'El machista del mes' también tiene su intrahistoria. “En las noticias, casi nunca salen sus caras o sus nombres, pero sí las de las víctimas”.