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Un año de intenso trabajo sindical junto a los profesionales de la sanidad, del ámbito sociosanitario y de la dependencia

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A punto de cumplirse un año del primer estado de alarma en España como consecuencia del coronavirus, no parece mal momento para hacer balance respecto a un personal muy expuesto al contagio y con una carga de trabajo excepcional. Miles de empleados del ámbito sanitario y sociosanitario en Andalucía han visto cómo una grave crisis sanitaria se cernía sobre su salud y, también, sobre sus condiciones laborales. Un intenso trabajo sindical por parte de UGT ha servido para contribuir a defender los derechos de los trabajadore. Una ayuda indispensable para pasar la grave situación pandémica que padecemos y salir más fuertes, si cabe, de ella.

En los primeros meses de la pandemia, los esfuerzos de UGT se centraron en reclamar constantemente a las distintas administraciones mejor protección para los trabajadores de la sanidad andaluza. La falta de equipos de protección individual (EPI) llegó a causar una enorme preocupación en hospitales, centros de salud, ambulancias, farmacias, residencias de mayores, servicio de ayuda a domicilio, provocando que el número de profesionales contagiados por Covid-19 aumentara cada día. Los contagios, por desgracia, siguen entre nosotros pero poco a poco se consiguió normalizar la situación hasta llegar a disponer cada sanitario de uno de esos equipos imprescindibles para desarrollar su trabajo.

También ha sido necesario solventar muchas cuestiones relativas a la conciliación de la vida laboral y familiar. Con quién y dónde poder dejar los hijos, compatibilizar trabajo de ambos cónyuges o compañeros que no encontraban dónde dormir en una ciudad en la que les ofrecía un contrato eventual, entre otras situaciones, han provocado trastornos. Y ahí estuvo UGT para negociar con la administración y la empresa privada para que se pudieran solventar estas cuestiones de alojamiento.

Ofertas públicas de empleo desbloqueadas

Además, UGT solicitó el plan vacacional para los profesionales de instituciones sanitarias que han estado y están trabajando durante la pandemia, con un evidente agotamiento psicológico y físico. También se ha exigido incremento en las retribuciones de todo el personal sanitario y sociosanitario que compensara el enorme esfuerzo que vienen realizando. Para UGT era incomprensible la actitud de la administración andaluza y, en ese sentido, el sindicato se levantó de la Mesa Sectorial de julio por la falta de acuerdo para todas las categorías en cuestiones tan trascendentales como 'Carrera Profesional', 'Mejoras retributiva's, 'Promoción Profesional'.

Por otra parte, UGT exigió a la Administración la retirada de la famosa Orden del 23 de noviembre (la “Orden de la vergüenza”), por vulnerar los derechos fundamentales de los casi 120.000 trabajadores del sistema sanitario público de Andalucía. Además, fue el único sindicato que se negó a la paralización de los procesos de incorporación de las ofertas públicas de empleo y traslados en el mes de noviembre. Así las cosas, el pasado 11 de febrero la Administración desbloqueó la situación y los trabajadores podrán tomar posesión de sus plazas mediante un calendario acordado en Mesa Sectorial, que deberá estar finalizado a finales del mes de mayo. En este sentido, UGT ha estado asesorando a miles de profesionales en las distintas ofertas públicas de empleo del SAS, y como consecuencia de ello, unos 26.000 van a tomar posesión en los próximos meses. UGT se encuentra ahora inmerso en la negociación de una Oferta Pública correspondiente a los años 2018, 2019, 2020 y 2021 que facilitará que otros 14.000 trabajadores tengan una plaza en propiedad en el sistema público andaluz.

Por todo ello, la Federación de Empleados y Empleadas de los Servicios Públicos (FeSP) de UGT Andalucía quiere hacer un reconocimiento expreso y sincero a todas las categorías profesionales que representa en el sector de salud, servicios sociosanitarios y dependencia por la inmensa labor que están realizando y que ha tenido un coste tremendo en enfermos y fallecidos durante el tiempo que llevamos de pandemia.

El coste de la primera línea

UGT también quiere poner en valor el coste de trabajar en la sanidad andaluza durante esta pandemia. La FeSP de UGT Andalucía detalla que, desde su comienzo, en torno a 12.000 trabajadores se han contagiado. Ninguna categoría se ha librado, pero el más expuesto, con diferencia, ha sido el personal de enfermería. Otros 22.000 profesionales han tenido que permanecer en aislamiento durante el último año.

Una nota triste en este sentido la puso la muerte en diciembre de Massimo Colombi, un enfermero italiano que trabajaba en el Hospital Regional de Málaga y que se conoció en los inicios de la pandemia al impulsar una bonita iniciativa para que los pacientes de Covid-19 se pudieran despedir de sus familias. Afincado en Málaga desde hacía 10 años, era el delegado sindical de UGT en el centro sanitario. Poco antes de su falleciminto había impulsado otra campaña para pedir responsabilidad a los ciudadanos de cara a las fiestas navideñas.

Dependencia 'bloqueada'

En el ámbito sanitario, la dependencia sigue siendo un tema clave, y UGT alerta de que al sector le sigue acompañando un empleo en precario. El problema, según el sindicato, es que un año después sigue bloqueado el Convenio Marco Estatal de Servicios de Atención a las Personas Dependientes, que regula las condiciones laborales de 180.000 trabajadores y trabajadoras del ámbito privado en España, en torno a 50.000 en Andalucía. Se trata, además, de un colectivo laboral muy feminizado, siendo un 90% mujeres, pero la negativa de los empresarios a negociar impide una salida a la paralización del convenio.

Para UGT, la reciente subida en relación al precio/hora del Servicio de Ayuda a Domicilio no ayuda al fortalecimiento del sector ni a su mantenimiento. La FeSP de UGT Andalucía sigue exigiendo a la Administración que la financiación del sector sea la suficiente para que posibilite la calidad del empleo con la negociación de un convenio digno y la prestación de unos servicios de calidad. Según las empresas, se debe a la falta de financiación de un sector que, también en pandemia, se ha demostrado imprescindible para nuestra sociedad.

A punto de cumplirse un año del primer estado de alarma en España como consecuencia del coronavirus, no parece mal momento para hacer balance respecto a un personal muy expuesto al contagio y con una carga de trabajo excepcional. Miles de empleados del ámbito sanitario y sociosanitario en Andalucía han visto cómo una grave crisis sanitaria se cernía sobre su salud y, también, sobre sus condiciones laborales. Un intenso trabajo sindical por parte de UGT ha servido para contribuir a defender los derechos de los trabajadore. Una ayuda indispensable para pasar la grave situación pandémica que padecemos y salir más fuertes, si cabe, de ella.

En los primeros meses de la pandemia, los esfuerzos de UGT se centraron en reclamar constantemente a las distintas administraciones mejor protección para los trabajadores de la sanidad andaluza. La falta de equipos de protección individual (EPI) llegó a causar una enorme preocupación en hospitales, centros de salud, ambulancias, farmacias, residencias de mayores, servicio de ayuda a domicilio, provocando que el número de profesionales contagiados por Covid-19 aumentara cada día. Los contagios, por desgracia, siguen entre nosotros pero poco a poco se consiguió normalizar la situación hasta llegar a disponer cada sanitario de uno de esos equipos imprescindibles para desarrollar su trabajo.