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Zapatero y Garzón se enzarzan por la reparación de los crímenes del franquismo en un seminario

Un examen privó a los estudiantes de Ciencias Políticas de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla de poder ver a dos protagonistas de la historia reciente de España, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y el juez Baltasar Garzón, manteniendo un inesperado y acalorado debate sobre la necesidad de abrir una Comisión de la Verdad sobre los crímenes del franquismo. Frente a la fórmula “democracia, consenso y reconciliación” enunciada por Zapatero como base democrática, el magistrado le propuso la suya: “verdad, justicia y reparación”.

Con el paraninfo de la UPO con el aforo a medio gas, daba comienzo a media mañana la conferencia inaugural 'Democracia y transiciones políticas' de manos del expresidente de España. Zapatero subrayó que el paso del franquismo al régimen constitucional se apoyó en tres pilares básicos (“democracia, consenso y reconciliación”) y destacó que la ley de amnistía fue “una pieza jurídico-política fundamental” para la convivencia democrática y pacífica de los españoles.

El político socialista destacó que “aunque hoy se pone el acento en la posible extinción de los hechos delictivos en derechos humanos durante la dictadura, lo que predominaba era la rehabilitación de la libertad”. Aunque durante las primeras dos décadas de democracia “hubo una restitución de contenido económico” con la víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista, “a partir del año 2000 hay un cambio significativo”, destacó Zapatero.

Fue en este contexto en el que nació la llamada ley de memoria histórica, según ha recordado Zapatero, “una ley de derechos a favor de quienes padecieron violencia durante guerra civil y dictadura. Creo que el derecho de las familias a saber, conocer y poder recuperar a sus seres queridos es un derecho fundamental”.

Cuestionado por Paulo Abrao, secretario nacional de Justicia de Brasil, por la posibilidad de que España dé un paso más y establezca una Comisión de la Verdad, los organismos oficiales para alcanzar la llamada justicia restaurativa creados en Sudáfrica y difundidos por toda América Latina, Zapatero sorprendió a su interlocutor y a todos los presentes con una rotunda respuesta negativa. Tras recibir réplicas airadas de miembros del mundo académico y político de España y Brasil presentes en la sala, el propio Garzón saltó a la palestra desde su asiento para “discrepar bastante” y asegurarle que él es “partidario de la Comisión de la Verdad, porque es una terapia democrática, lo mínimo que se merecen las víctimas”.

“Un pueblo que no es capaz de reconocer lo que ha sufrido, está condenado a sufrir los mismos hechos”

Frente a la fórmula “democracia, consenso y reconciliación” enunciada por Zapatero como base democrática, el magistrado le propuso la suya: “verdad, justicia y reparación”. Garzón no dudó en recordarle que en su discurso sobre rehabilitación de las víctimas de la dictadura había faltado la palabra justicia. Garzón subrayó que, durante la puesta en práctica de la ley de memoria histórica investigando los crímenes del franquismo, se encontró con un panorama “desolador” donde la verdad escaseaba. Es más, el juez citó a Mandela para recordar que “un pueblo que no es capaz de reconocer lo que ha sufrido, está condenado a sufrir los mismos hechos”.

El magistrado puso en tela de juicio que en España exista reconciliación. “Se cuestiona abrir una fosa en un punto determinado y se te caen encima todas las escrituras. Basta tocar el tema para que salten las ampollas. ¿Dónde está la reconciliación?”, ha apuntado Garzón. “Hablamos de reconciliación y cuando en esta ciudad (Sevilla) los ayuntamientos anteriores habían cambiado nombres de calle por nombres democráticos, ahora se están cambiando por santos y cofradías”, prosiguió el juez, quien concluyó afirmando que él apuesta personalmente por “la revisión de la ley de amnistía”.

Zapatero, algo molesto por el cariz que había tomado el turno de preguntas, hizo referencia tanto a la justicia como a la verdad: “Yo sí me siento reparado y la verdad la sabemos todos. La reconciliación se expresa en la ley de amnistía. El poder institucional dio una reparación y restitución de su honor, aunque pueda ser entendido como insuficiente”.

El expresidente socialista afirmó, a modo de colofón, que “la transición la hicieron nuestros padres pensando en nuestros abuelos. Acertaron, no quiero darle lecciones a nuestros padres. Nuestros abuelos dirían que eso era lo que tenían que hacer los españoles en ese momento histórico”.