La hemeroteca del que será el nuevo responsable de la consejería de Agricultura y Ganadería de Aragón —que ostenta Vox por su pacto de coalición con el PP—, Ángel Samper, deja una muestra su ideario: se pueden leer críticas a la ley de bienestar animal, el bulo de la demolición de embalses y reproches a la administración pública por haber transformado su papel “de servidor público por el de policía” contra el sector agrario y ganadero. Además de este departamento, Vox tiene el control de la vicepresidencia primera y la consejería de Desarrollo Territorial, Despoblación y Justicia, que ejerce Alejandro Nolasco.
El nuevo responsable de Agricultura era, hasta ahora, el secretario general de la organización conservadora Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) en Aragón. En un editorial publicado por la asociación en abril de este año difundió uno de los bulos recurrentes en Vox: que el Gobierno está demoliendo embalses agravando la escasez de agua. Samper calificaba como “un hecho alarmante que apenas trasciende a la opinión pública” el número de barreras fluviales que “están siendo literalmente demolidas” y se preguntaba cómo puede ser que el Gobierno “se dedique a destrozar las barreras que permiten regular el agua, tanto en tiempos de escasez como en tiempo de inundaciones”.
En realidad, se están eliminando las barreras obsoletas, abandonadas y en desuso. No afecta a las reservas de agua y es una obligación de la Unión Europea para cumplir con la normativa de calidad. “La demolición de los embalses, la reducción en el uso del agua, de los nutrientes, fármacos y fitosanitarios… y de propina la prohibición del uso la biotecnología. Esas son las varitas mágicas de nuestros ansiados planes europeos para llegar a ser como Sri Lanka: pasar hambre”, escribió Samper.
Tras la ley de bienestar animal hay “un ideario radical y totalitario”
Samper criticó en diferentes textos la llamada 'ley de bienestar animal' elaborada por el Ministerio de Derechos Sociales que encabeza Ione Belarra. En un artículo previo a la aprobación de la legislación, afirmó que detrás había “un ideario radical, intolerante y totalitario, que se dedica a prohibir todo aquello que se aleje de sus postulados ideológicos, algunos absurdos e incluso aberrantes”.
En otra opinión, realizada en febrero de 2022, lamentó que “de un tiempo a esta parte la carne, la leche, los animales, nuestros productos agrarios y sistemas de producción están constantemente en tela de juicio”. “Una poderosísima campaña en contra está cambiando la percepción de la sociedad, especialmente de los jóvenes. Expresiones que hace unos años nos resultarían inverosímiles por ridículas, tales como 'yo no como cadáveres de animales' ahora forman parte del ideario de una corriente ideológica muy fuerte que está trasladando a la sociedad una idea tergiversada y también perversa del trato que el medio rural da a los animales. La última vuelta de tuerca es el Anteproyecto de Ley de Protección y Derechos de los Animales. Ante este despropósito nos preguntamos: ¿por ley conseguirán convertir a los animales en humanos y a los humanos en bestias?... tiempo al tiempo”, escribió.
En ese editorial llamaba a la participación en la manifestación del mundo rural en Madrid del 20 de marzo de 2022, que fue organizada por las principales asociaciones agrarias (COAG y UPA, además de la mencionada Asaja) junto con la Real Federación Española de Caza o la Unión de Criadores del Toro de Lidia. La convocatoria exigía al Gobierno medidas contra la subida de los costes y, también, legislaciones ambientales que “no sean excluyentes”. A esa manifestación acudieron, entre otros, Santiago Abascal, líder de la formación de extrema derecha Vox; la portavoz del PP, Cuca Gamarra y el entonces portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal.
En un artículo dedicado a los “incendiarios”, Samper señalaba que en nuestra sociedad es difícil distinguir a incendiarios de pirómanos y hacía una alusión a los dirigentes: “Ante tantos despropósitos nos preguntamos si vivimos en manos de inconscientes o perturbados. Los grandes mandatarios a menudo parecen incendiarios porque su inconsciencia e incluso maldad son la gasolina que arrasa todo lo que toca, se desenvuelven como pez en el agua utilizando la doblez, transformándose tantas veces como sea necesario para lograr sus intereses. Pueden hacer lo contrario de lo que dicen y defenderlo con argumentos absurdos sin pestañear”.
Samper —que llama “lumbreras” a los responsables del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico— denuncia que el sector está ardiendo “desde hace tiempo” y lamenta el papel de la administración en su “persecución”: “A los incendios, la sequía y las riadas hay que sumar algo más desesperante si cabe, los innumerables procedimientos administrativos que olvidan su verdadera naturaleza de servicio público. La Administración Pública ha transformado su papel de servidor público por el de policía que en vez de dedicar su tiempo a controlar a los malos hace la vida imposible a los buenos. No hay ningún sector productivo tan fiscalizado, perseguido y controlado como el agrario y ganadero”.