Aragón no tan vacío: pierde población en las grandes ciudades y la gana en las zonas rurales
Aragón fue la comunidad autónoma que más habitantes perdió en 2021. Un dato que recoge una paradoja: mientras en las tres capitales de provincia -Zaragoza, Huesca y Teruel- se ha reflejado un descenso demográfico, en las zonas rurales se registra un aumento que rompe la trayectoria negativa de los últimos balances y pone de relieve que la brecha entre lo urbano y lo rural también se acorta. Una de las explicaciones que se da a estas cifras reside en el éxodo desde las ciudades a los pueblos, como también la migración fuera del territorio, el avance de las nuevas tecnologías allí donde antes no llegaban o incluso la incidencia de la Covid.
El balance del Instituto Nacional de Estadística sobre el pasado año alcanza el primer semestre. Entre enero y junio se perdieron en Aragón 17.668 habitantes, lo que supone una caída anual del 1,33%, la mayor de todas las comunidades españolas por delante de Asturias o Euskadi. La población actual es de 1.313.465 habitantes y la ciudad de Zaragoza concentra casi el 53% de esta cifra. La capital aragonesa perdió el pasado año 6.576 habitantes; Huesca 527 y Teruel, 246. Se trata de un reflejo de trazo grueso de lo que sucede en el territorio. Sin embargo, al aplicarse la lupa se encuentra datos opuestos y, sobre todo, esperanzadores.
Según este estudio de población, este descenso rompe una dinámica ascendente desde 2018 y se debe sobre todo a que el saldo migratorio ha sido negativo. Se han ido más personas de Aragón al extranjero de las que han llegado. En ese primer semestre, un total de 20.461 aragoneses se marcharon a otros países, diez veces más que en 2020. Por contra, solo se recibió a 4.587 extranjeros en este tiempo. Dentro del territorio nacional el dato se vuelve positivo: 1.038 personas más han acudido desde otras regiones a la aragonesa que las que han decidido hacer las maletas e irse a otras comunidades.
Provincia por provincia es como se detecta mejor ese contraste entre unas zonas y otras. Huesca es la única que suma población (221.993 personas, 586 más que el año anterior), mientras que Zaragoza pierde 18.109 habitantes -958.363 personas- y Teruel, 144, con 219.788 habitantes. El Alto Aragón acumula tres años de crecimiento y ganó un 0,7 % de población entre 2020 y 2021. Según recoge la web ‘Pueblos del Alto Aragón’, el 63 % de los municipios han crecido. Seis de ellos, por encima del 15 %: Arguis, Argavieso, Borau, Salillas, Villanúa y Albalatillo.
De forma bastante similar, en Teruel sumaron población el 57,2% del total, 135 de los 236 que hay. El mayor crecimiento se dio en Sarrión, con 46 nuevos empadronamientos en contraste con la capital, que arroja los datos más negativos. Teruel sigue siendo la capital española con menos habitantes, con 35.994 habitantes. Con todo, el INE refleja que en las zonas rurales y de montaña se abre una puerta al optimismo. Las comarcas de Jacetania, Sobrarbe, Ribagorza y Alto Gállego en Huesca y Gúdar-Javalambre en Teruel han sido las únicas en las que la población ha aumentado por encima del 2%. Esta última pasó de 7.359 habitantes a 7.575.
La influencia de la pandemia
La pandemia se refleja como un agente activo en esta tendencia con dos situaciones que se han dado en el último año. Por un lado, se ha anotado un éxodo desde las ciudades al ámbito rural; por el otro, muchas personas con segundas residencias al margen de sus ciudades dieron el paso de asentarse definitivamente en estos territorios. Haber pasado más tiempo en pisos pequeños durante el confinamiento, poder teletrabajar o estar más cerca de la familia o la naturaleza son algunas de las posibles razones que han llevado a muchos a cambiar la ciudad por el pueblo en unas proporciones que no se veían desde antes de la crisis.
Las ciudades más grandes han perdido más población hacia otros municipios que en años anteriores y han ganado menos nuevos residentes de otras localidades. En saldo neto, a los municipios rurales (menos de 10.000 habitantes) llegaron 100.000 residentes más de los que se fueron. En cambio, de las seis grandes ciudades (más de de 500.000 residentes), se marcharon 80.000 personas más de las que llegaron a la ciudad solo en el año 2020.
Las instituciones también reclaman su cuota de responsabilidad en este aspecto. La Diputación Provincial de Huesca (DPH) destinó 4,5 millones de euros a reducir la brecha digital y ofrecer a los vecinos del medio rural igualdad de oportunidades. Fue un proyecto que concluyó en 2020 y dirigido a 321 localidades enmarcadas en las definidas como “zonas blancas” por el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. “Se trataba de ofrecer a los habitantes del medio rural igualdad de oportunidades con respecto a los de las grandes urbes, así como potenciar las actividades socio-económicas de la zona y facilitar el uso de la administración electrónica”, dicen desde la administración. También se ha apostado por un plan wifi para municipios de más de 20 y menos de mil habitantes.
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