El Festival de Cine de Huesca calienta motores para celebrar su edición cuadragésimo novena entre el 11 y el 19 de junio. De momento, ya ha anunciado que el Premio Pepe Escriche de este año será para la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, CIMA. Patricia Roda (Granada, 1978), directora de producción y productora ejecutiva afincada en Aragón, pertenece a CIMA.
¿Qué supone para la Asociación de Mujeres Cineastas recibir este año el Premio Pepe Escriche del Festival de Cine de Huesca?
Ha sido una sorpresa muy emocionante y muy emotiva. Cualquier tipo de reconocimiento para una asociación como CIMA, que se creó en 2006, es un reconocimiento a las casi 700 socias. Significa que nuestra labor sirve, que llega, que estamos visibilizando a las mujeres del sector audiovisual. Más aún, viniendo de un festival tan reconocido y con tanto prestigio como el Festival de Cine de Huesca. Nos ha hecho mucha ilusión. Personalmente, también estoy muy orgullosa por que sea un reconocimiento que viene de Aragón.
El cine dirigido, realizado por mujeres… ¿está viviendo un momento dulce en los premios de los últimos años?
Sí, sobre todo, este último año está marcando una trayectoria muy positiva porque es verdad que grandes mujeres profesionales están siendo premiadas. Además, ya no sólo se trata de nuestras directoras o guionistas, sino que, por ejemplo, en los últimos Goya se ha premiado a una mujer en la mejor dirección en fotografía, también en la composición de la banda sonora de Akelarre... Son semillas que se plantaron hace mucho tiempo y ahora se están recogiendo los frutos. Estamos en un momento dulce, aunque no queremos bajar la guardia, porque la labor viene de muy atrás, se alarga mucho en el tiempo. Además, las cifras de los informes no son tan positivas: siguen faltando representación de mujeres. Es una desigualdad que ahora sí que se está empezando a ver, pero no podemos bajar la guardia en esa labor en busca de esa igualdad, que es lo más positivo para todos.
A pesar de esos galardones en mejor fotografía o mejor banda sonora, ¿sigue habiendo premios que parecen vetados para las mujeres?
Por desgracia, normalmente cuando se precisa más presupuesto, las mujeres tienen muchas menos opciones de participar y, por lo tanto, menos premios. Por eso, faltaría la animación, en efectos especiales... Ya no hay tantos premios que nunca hayan sido concedidos a una mujer en aquellos tipos de roles que se entienden de forma errónea más femeninos, como maquillaje o vestuario. Pero cualquier tipo de reconocimiento en aspectos técnicos sigue siendo un avance muy positivo.
Más allá de los premios, ¿qué más queda pendiente en el cine para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres, además de ese acceso a los presupuestos más altos que ha comentado?
Nuestras cifras son muy elocuentes. El último informe CIMA de 2019 refleja que los puestos que consideramos de liderazgo, que son la producción, la dirección y el guion, sólo están ocupados en un 26% por mujeres. Realmente, en general, hace falta presencia en todos los aspectos; pero, especialmente, en estos tres cargos, que son desde los que podemos cambiar los relatos, por ser de más liderazgo. De todas formas, el punto de vista femenino hace falta, en general, en todos los roles, en todas las categorías profesionales de la cinematografía.
¿Todavía se nota esta desigualdad en las historias que se cuentan?
Buff... sí. Para intentar erradicar este problema, hemos creado un decálogo de buenas prácticas, para combatir el sexismo en los relatos audiovisuales. Hacemos esta propuesta para los creadores y también para los educadores que eligen una película para visionarla con los alumnos. El decálogo recoge que, por ejemplo, ya que las mujeres somos el 52% de la población, nuestro cine tendría que estar representado en ese porcentaje; algo que no pasa. Las mujeres existen y no sólo son madres, novias o víctimas de violencia. Las mujeres no son sólo cuerpos: son mujeres científicas, apasionadas en sus trabajos. Las mujeres también existen antes de los 20 y después de los 40. Incluso nos pasan cosas más allá de los 40. En el decálogo hemos puesto el foco en este tipo de cuestiones porque nuestros relatos no representan en absoluto a ese 52% de la población.
¿Qué pueden hacer las administraciones para favorecer estas prácticas?
Mucho. Por ejemplo, el Gobierno de Aragón está haciendo unos encuentros con diferentes sectores de la cultura para diseñar un plan de acción. Claro, nos decían que de todos los sectores con los que se habían reunido, las únicas que les hablamos de igualdad fuimos CIMA. Algunas autonomías sí tienen medidas de género para fomentar un porcentaje igualitario en aquellos proyectos a los que otorgan subvenciones. Sin embargo, Aragón es una de las comunidades que no tiene este tipo de medidas: el 80% de los proyectos subvencionados han estado dirigidos por hombres y el 20%, por mujeres. Esto no cambia solo.