- Tras la presentación del Plan Director, la orden que reside en el monasterio lamentó que no se le hubiera informado ni consultado acerca de las medidas que van a emprenderse
El Gobierno de Javier Lambán está convencido de que las actuaciones en el monasterio de Sijena serán uno de sus puntales cuando, dentro algo más de un año, trate de mantenerse en el Pignatelli. La gestión de la Consejería dirigida por Mayte Pérez y la labor de Nacho Escuín se encaminan a que este espacio se convierta en una referencia cultural y patrimonial para la comunidad autónoma. Pese a las voces opositoras, cada vez más apagadas, Sijena se erige en una apuesta segura. Incluso un litigio que sigue vivo en los juzgados ha pasado a un segundo plano.
El Plan Director presentado hace unos días contempla una profunda remodelación que convertirá el monasterio, en la práctica, en un museo tras un lavado de cara. Sin embargo, las actuales inquilinas, las Hermanas de Belén, mostraron su sorpresa, puesto que desconocían las condiciones de la reforma y lamentaban que el Ejecutivo autonómico no las hubiese mantenido al corriente de su decisión. Un extremo matizado de inmediato por Mayte Pérez con un argumento claro.
El monasterio de Sijena no pertenece a esta orden sino a la de San Juan de Jerusalén, con la que el Gobierno de Aragón mantiene unas relaciones “fluidas”, como destacan fuentes conocedoras de la situación. Esto es así desde que el proceso judicial vivió uno de sus momentos clave y esta última orden cedió sus poderes para ser representada en este litigio por el Ejecutivo hoy encabezado por Javier Lambán. Las Hermanas de Belén habitan en este cenobio bajo la fórmula del alquiler y han de acatar lo que decidan sus arrendadoras.
Mayte Pérez expuso que “el acuerdo sobre el Plan Director de Sijena es con las propietarias. Vamos a actuar sobre una propiedad que no es del Gobierno de Aragón y, por tanto, tenemos que negociar con quien es propietario”. Por su parte, Nacho Escuín confirmó que la orden de San Juan de Jerusalén se encontraba al tanto de todos estos movimientos; también de la idea de implantar un nuevo régimen de visitas que ampliará los actuales horarios. Y lo que es más importante: las monjas de Belén fueron informadas por parta de las sanjuanistas.
“El monasterio es un reclamo”
Pérez “no entra” en la relación entre arrendadoras e inquilinas. “Nosotros hemos hecho lo que teníamos que hacer, que se concreta en el plan de actuación con la propietaria, con la orden de San Juan. Entiendo que pueda alterar su tranquilidad, pero se trata de un monumento nacional, es un patrimonio que nos ha costado mucho recuperar y desde luego tienen que disfrutarlo no solo los aragoneses, sino todos los que vienen a visitarlo. De hecho, el monasterio es un reclamo”.
“Podemos confirmar absolutamente y sin la menor duda -subrayó Escuín- que existe un acuerdo con las propietarias para este Plan Director, para llevarlo a cabo y para seguir trabajando conjuntamente en cada una de las fases y para los horario. Esa comunicación se dio, igual que las hermanas de Belén conocían el proyecto porque las propietarias se lo habían enviado para que estuvieran al corriente de lo que se estaba hablando”. El Gobierno de Aragón invertirá tres millones de euros en las obras de rehabilitación con fecha de 2019.
A lo largo de este año se redactará la primera fase, centrada en el Palacio de Doña Sancha, donde estará ubicada la zona expositiva con las obras traídas desde el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) y el de Lleida. Se multiplicará por tres el espacio dedicado a la exhibición de las piezas y se intervendrá en la parte monumental con el añadido de una cubierta. En el monasterio se muestran las piezas que permanecían depositadas en el Museo de Lleida y que fueron recuperadas el pasado 11 de diciembre por orden del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Huesca y las que se encontraban en el MNAC. Las visitas están abiertas viernes, sábados y domingos y se ampliarán a toda la semana excepto los lunes. Por ahora, las peticiones están provocando largas listas de espera con la fórmula de los tres días.
Las monjas de la Orden de San Juan de Jerusalén, propietarias del monasterio de Villanueva de Sijena y de sus bienes, habilitaron al Gobierno de Aragón para que emprendiese acciones legales y reclamase las piezas y pinturas. La orden sanjuanista no reside allí, a donde no ha regresado desde 1970. En 1985, las sanjuanistas cedieron el monasterio a las religiosas de otra orden, la de Belén, que son las arrendatarias desde entonces. Han permanecido al margen del litigio y mantienen en Sijena un modo de vida contemplativo.
Sorpresa entre las asociaciones relacionadas con Sijena
Tras conocerse el contenido del Plan Director para Sijena, a la oposición de las Hermanas de Belén se sumó la “sorpresa” de aquellas entidades y asociaciones que han trabajado durante este tiempo por el regreso de los bienes y que aludieron a que tampoco se les había consultado durante el desarrollo del proyecto. Tanto el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena como la Comarca de los Monegros y la plataforma “Sijena Ya” entendieron tras su decepción inicial que debía seguir trabajándose por el bien común en pos de una actuación sin fisuras.
De hecho, el consenso alrededor de Sijena ha aglutinado a formaciones políticas de colores opuestos y la oposición política a las decisiones tomadas por los gobiernos autonómicos ha sido discutida más por una cuestión de matices que de negativas frontales a las decisiones tomadas en cada momento. Siempre, eso sí, con el respeto a la labor de la Justicia y de los letrados como primera norma. En Cataluña, mientras, la cuestión ha ido perdiendo peso cuatro meses después de la intensa jornada vivida en Lleida cuando el Gobierno de Aragón acudió al Museo a por los bienes bajo mandato judicial.
El Departamento de Educación, Cultura y Deporte ha invertido, desde el comienzo de legislatura, unos 500.000 euros en Sijena. De ellos, 150.000 euros en el acondicionamiento de la sala de los antiguos dormitorios y 252.700 en la sala capitular para la recepción de las pinturas murales, más 2.000 en el proceso todavía abierto con el que se le pretende dar al monasterio el carácter real de museo. El convenio con el resto de instituciones es de 12.000 euros anuales.