“Eran lo que ahora llamamos un friki, un 'nerd'” dice Francisco José Serón, catedrático de Informática e Ingeniería de Sistemas. Esta frase puede escucharse en uno de los vídeos que conforman CCDZ90 (ContraCultura Digital en la Zaragoza de los 90), una exposición que cuenta cómo la llegada de Internet al Centro Politécnico Superior (CPS) revolucionó la vida de los alumnos y profesores que por aquel entonces poblaban un campus alejado de todo. Esta muestra puede visitarse en el Centro de Arte y Tecnología Etopía hasta el 28 de mayo, con entrada gratuita.
Entre aquellos 'nerds' avant la lettre estaba un joven Raúl Minchinela. El polifacético analista cultural, hoy conocido por su alter ego Dr. Repronto, ejerce de comisario de una muestra que, para él, tiene mucho de “ordenar la propia casa”. Y es que, para los futuros ingenieros de principios de los años 90, el CPS era mucho más que un lugar de estudio, tanto por su aislamiento del resto de la ciudad como por la tecnología que ponía a disposición de los alumnos. “Pasó de ser un lugar en el que estar a un espacio donde ser”, define Minchinela.
Al CPS, tal como refleja la exposición, solo llegaba una línea de autobús urbano, con frecuencia cada hora. Los alumnos, recluidos en medio de la nada, acabaron por “conquistar” el espacio, un fenómeno que fue alimentado por Internet. “Allí estaban los ordenadores y la conexión, que entonces nadie tenía en casa, así que solicitábamos un pase de 24 horas para quedarnos por las noches y los fines de semana”, recuerda el comisario. A lo largo de la muestra pueden verse algunos de aquellos equipos informáticos – auténticas reliquias tecnológicas- que se encontraban en la muy codiciada sala de usuarios.
Las autopistas de la información estaban aún sin asfaltar. La conexión dependía de una antena que, en los días de cierzo, no apuntaba como era debido a los sótanos de la Facultad de Matemáticas, de donde provenía la señal. Aun así, era una ventana al mundo. Por ejemplo, cuenta Minchinela, “hoy es difícil de imaginar, pero conseguir una foto de Star Wars era dificilísimo; en Internet la podías encontrar, y de ahí que en un primer momento se crearan webs temáticas, porque la gente buscaba información muy concreta”, explica.
Del magma engendrado por tecnología y aislamiento surgieron iniciativas como el videojuego 'Beyond Juslibol' ('Más allá de Juslibol'), una aventura gráfica en la que el jugador debía superar pruebas para escapar del Politécnico, o la yincana de profesores, un 'quiz show' organizado por los alumnos al que los académicos se sometían voluntariamente.
Contracultura, el primer 'webzine' español
“Hubo dos hitos importantes: cuando se decidió no usar solo Internet para colgar material académico y cuando se le dio acceso a los alumnos”, rememora Minchinela. En ese contexto, y con la plataforma que daba El Coaxial, la publicación de los estudiantes del CPS, apareció el fanzine Contracultura, una herramienta “para señalar las otras cosas que nos interesaban más allá del CPS: teatro, música, arte...”. Su contrapartida digital, el que se considera el primer 'webzine' español, aún puede verse aquí.
Han pasado 20 años desde que Contracultura salió a la luz. Fue un sitio web en el que había entrevistas a Faemino y Cansado o Albert Boadella, ensayos sobre cine porno o cómics, biografías de Paco Martínez Soria o Jack Kerouak... En una época en la que toda la información llegaba “prestada” a través de copias de copias de copias de VHS, discos o fanzines. “Es un vestigio de un momento muy determinado, de la unión de dos potencias, gente con ganas de contar cosas y gente con la capacidad técnica para construir la herramienta para ello”.
Contracultura forma ya parte de la historia de una época y un lugar de los que CCDZ90 es “una confesión colectiva”.