Mientras el campo aragonés se seca, la consejería apuesta por la “revolución” del seguro agrario

Con 146.000 hectáreas que no se van a poder cosechar por los efectos de la sequía y cerca de 175.000 hectáreas que sufren daños muy importantes, los sindicatos agrarios aragoneses UAGA, Asaja, UPA y Araga salen con “las manos vacías” y siguen “sin acuerdos concretos” tras el encuentro mantenido con el consejero de Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación del Gobierno de Aragón este martes en la sede de San Pedro Nolasco. 

Las organizaciones agrarias se han presentado “todas a una” para sentarse a la Mesa de la Sequía, convocada por el Gobierno de Aragón ante la crisis que está viviendo el campo aragonés debido a la sequía persistente. Los representantes de los sindicatos han pedido al titular de la consejería, Ángel Samper, “medidas valientes” con las que poder dar respuesta a las explotaciones de menor tamaño en Aragón, algunas de ellas en una “situación crítica”, después de dos años sin apenas cosechas; en gran parte debido a la sequía o a los efectos meteorológicos derivados del cambio climático. En esta situación a pérdidas, cada vez más empresas de modelo familiar agrario en la comunidad están pendiendo de un hilo. Su viabilidad es “casi imposible” en algunos casos, aseguran desde los sindicatos.

Una vez finalizada la Mesa de la Sequía, las cuatro organizaciones agrarias han trasmitido, prácticamente al únisono, su “decepción” tanto en el semblante, como en las declaraciones. A la principal petición de los sindicatos; la puesta en marcha de medidas “valientes” con “carácter de urgencia” para hacer frente a los efectos de la sequía que se tradujeran en “ayudas directas” al sector, el consejero ha dicho: no. 

En este sentido el consejero ha sido rotundo y ha subrayado que el dinero que sería necesario para responder a través de ayudas directas “sería mucho” y zanja que, por este motivo, el apoyo al sector no se llevará a cabo de esa manera sino mediante “fórmulas de acompañamiento” enfocadas a las explotaciones con más pérdidas por la sequía. Samper también se compromete a flexibilizar la PAC, con el objetivo de que pueda cobrar la mayoría, así como estudiar opciones para los agricultores que no tuvieran contratado el seguro agrario porque consideran que los precios son “caros”. Además, las aseguradoras se agarran a la idea de que “lo que es indemnizable, no es asegurable”, razón por la que se terminan quedando fuera de cualquier ayuda muchos pequeños productores.

Desde el sindicato UAGA, su secretario general, José María Alcubierre, ha desmentido que lo asegurable no sea financiable, porque existen precedentes, como en las afecciones al campo “por las heladas y los incendios”, casos en los que sí se han activado este tipo de medidas de ayuda en el sector. En cuanto a las ayudas directas y la negativa de Samper, Alcubierre le recuerda al consejero que estas “son una promesa electoral” y que su ejecutivo “no está cumpliendo”.

Respecto a la reforma del seguro agrario, el consejero incide en que es necesario asegurar porque en otras áreas de la vida “nadie se plantea no asegurar su coche o su casa”. Sindicatos como la UPA apoyan esta “necesaria revolución” de los seguros por la que apuesta Ángel Samper, pero también les recuerdan que desde la administración pública, en este caso, desde el Gobierno de Aragón, pueden tener un mayor compromiso en este punto. 

La pregunta es: qué va a pasar con el campo aragonés tras esta reunión que finalizaba con la negativa del consejero, y la promesa de pasar a la acción en esas dos vías: la de la flexibilización de la PAC y revisión del seguro agrario, y la de las “fórmulas de acompañamiento”. Las organizaciones coinciden en que la convocatoria formal de la Mesa ha sido un mero “balance” de situación y critican que esa no es la función de esta herramienta de diálogo. También comparten el malestar que les produce ponerse delante de los agricultores “sin medidas concretas que comunicarles” tras la celebración de este encuentro con la consejería que, por su parte, hace una valoración más positiva del cónclave en el que Ángel Samper, el consejero, ha apostado por la “flexibilidad de la PAC”, mientras ha recordado la “particularidad”  de la situación que va se va a vivir en las cosechas de este año, con zonas en las que se espera que sean muy buenas, frente a otras en las que se va a sufrir más. 

En este sentido las organizaciones han manifestado su preocupación “porque no es solo este año, venimos ya de otro año de sequía, el pasado, muy malo” urge José Manuel Cebollada, presidente de Asaja Aragón, a lo que desde UPA advierten que “no se puede mirar hacia otro lado”, sobre todo respecto a la grave situación de la provincia de Teruel y de la margen derecha del Ebro en la provincia de Zaragoza. El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos en Aragón (UPA), José Manuel Roche, ha deslizado que, hasta la fecha “el único que ha puesto dinero ha sido el Ministerio” a través de los acuerdos alcanzados con las organizaciones. También ARAGA, le ha pedido a la consejería “avanzar un poco más” y recuerda que en la campaña pasada ya hubo ayudas directas por la sequía, por lo que su secretario general, Federico Lorente, espera que “las vuelvan a poner sobre la mesa”. 

El consejero, por su parte, ha querido poner en valor el aumento en un 40% del presupuesto de la consejería este año, así como la concesión de diez millones de euros que “van directamente al bolsillo del agricultor” al solicitar los créditos ICO-Saeca. Una visión que no comparten los sindicatos. Desde UAGA sostienen que Samper confunde ayudas a préstamos con ayudas directas y, sobre los 10 millones, recuerda al consejero que “ya se concedieron 6 millones en la legislatura de Joaquín Olona”. 

En Asaja propone solicitar directamente al presidente del gobierno de Aragón, Jorge Azcón, las ayudas directas para el campo si el consejero Samper sigue ignorando su urgencia. Tampoco descartan dirigirse también al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, con “la mano tendida” para sacar adelante esta situación que puede abocar a muchas explotaciones agrarias y ganaderas aragoneses a su desaparición en esta campaña.

Una campaña que, tal y como recuerda el presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, José Víctor Nogués, empieza en “prácticamente 15 días” y ha mostrado su preocupación por el “síndrome de almacenes vacíos” y por la “impotencia” ante la dificultad de mantener los puestos de trabajo en el medio rural en este escenario.