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Chimillas abre la vía: suspende los permisos para granjas mientras aprueba su propia normativa

El Ayuntamiento de Chimillas, en La Hoya de Huesca, ha optado por una solución propia para gestionar el auge de la ganadería en su término municipal: ha decretado la suspensión de la concesión de nuevos permisos mientras redacta una nueva ordenanza vinculada al PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) en la que incluirá requisitos propios de distancia entre las explotaciones y de estas con el casco urbano.

La medida supone abrir una nueva vía de soluciones de ámbito local ante la proliferación de las explotaciones industriales de ganado en toda la comunidad, especialmente de porcino, aunque también de aves en los últimos meses.

El Pleno del Consistorio de este municipio oscense acordó “la suspensión del otorgamiento de licencias urbanísticas en relación con licencias ambientales de actividades ganaderas en todo el término municipal” para “proceder al estudio de la modificación del planeamiento vigente”, según indica en el anuncio publicado hace unos días.

La suspensión, no obstante, “no afecta a los expedientes de actividades ganaderas que se encuentran actualmente en tramitación”, indica el acuerdo.

“Queremos darle una vuelta”

El municipio, en el que existe un núcleo ganadero y una granja de ovejas, tiene actualmente sobre la mesa tres solicitudes para instalar granjas de cerdos, una en las inmediaciones del casco urbano, en el que residen alrededor de 400 vecinos, y dos más en una zona alejada.

 “La suspensión se mantendrá en torno a un año, que es el tiempo que calculamos que tardaremos en tener la nueva normativa”, explica el alcalde, Juan Manuel Ramiro, que señala que “se trata de una medida más bien preventiva, sobre todo para regular lo referente a las distancias a las que pueden instalarse nuevas granjas, para evitar problemas”.

En este sentido, una de las medidas que incorporará la nueva normativa será la ampliación a más de un kilómetro de la distancia mínima del casco urbano a la que podrán ubicarse.

“Queremos darle una vuelta y hablarlo, pero seguramente lo ampliaremos”, anota Ramiro, que considera que la carga ganadera del municipio es baja, aunque sí resulta elevada en localidades cercanas.

Un acuifero contaminado

Chimillas no tiene un problema de carga ganadera, algo que ya ha llevado al Gobierno de Aragón a preparar una orden para vetar la instalación de granjas en once municipios cuyos términos ya no pueden soportar más purines y estiércol.

Sin embargo, sí es uno de los ocho de La Hoya, junto con Alerre, Banastás, Loscorrales, Nocito, Siétamo, La Sotonera y Vicién, el agua de cuyos acuíferos, desde los que se abastece la red urbana en condiciones normales, fue declarada no apta para consumo por la Consejería de Sanidad a finales de 2017 por la elevada presencia de nitratos, principalmente procedentes de la actividad ganadera.

“Hay un problema de nitratos en el acuífero desde hace años”, señala Ramiro. Según denunció la diputada de Podemos Marta de Santos, un total de 34 municipios se encontraban en esa situación hace poco más de un año en la comunidad, en la mayoría de los casos por la intensidad de la actividad ganadera en sus términos, algo de lo que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) lleva tiempo lanzando voces de alerta.