El secadero de Teruel que vendió en tres días los 3.000 jamones que tenía en stock por la caída de la hostelería

Diego Saz

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Paco Nácher, propietario de Jamones Bronchales, quería sacar el stock de productos que tenía en su almacén previsto para la hostelería. Las restricciones de movilidad y las limitaciones en interior de bares y restaurantes habían frenado sus pedidos. Más aún, teniendo en cuenta que en torno al 85% de sus clientes proceden de este sector. Así, tuvieron la idea de crear un vídeo explicando su situación y lo compartieron en la red de networking BNI a la que pertenecen. No se lo esperaban, pero la iniciativa fue un éxito y el audiovisual rápidamente saltó a las redes sociales, donde despertó el interés de miles de personas. 

Explica Nácher que en apenas unas horas su página web colapsó y que el teléfono registró alrededor de 200 llamadas por minuto. Tenían 3.000 jamones conservados en sal previstos para dar salida entre finales del pasado 2020 y principios de este 2021, y con el vídeo consiguieron venderlos en apenas tres días. De hecho, tramitaron cerca de 4.000 pedidos y se vieron obligados a cerrar la tienda virtual porque no podían hacer frente a tanta demanda. La oferta lo merecía, con dos lotes de productos gourmet y jamón a precio de coste.

El primero de ellos incluía un jamón entero de unos 7 kilos, una longaniza de pascua y un paté de caza de gamo, corzo, ciervo o jabalí de la Sierra de Albarracín, por 69 euros, mientras que el segundo, el Premium, añadía un taco de medio kilo de lomo embuchado, dos paquetes de panceta adobada y loncheada y un salchichón de jabalí trufado o con boletus, por 95 euros. “Metimos en cada pack productos estratégicos que solemos vender en tiendas especializadas y así conseguimos que los jamones salieran a precio de coste”, precisa el propietario.

Para Nácher, la idea de realizar el vídeo surgió por “pura necesidad” para conseguir tesorería y hacer frente a los gastos fijos, así como a lo acumulado del año pasado y a las nóminas de sus nueve empleados. “No quería despedir a nadie porque creo mucho en mi gente, en mi pueblo y en el desarrollo rural. Generar estos puestos de trabajo me supuso mucho esfuerzo, así que he preferido sacrificar mi margen comercial”, sostiene. Y añade: “Ni Bronchales ni mi empresa puede prescindir de estas familias”.

Un cambio a contrarreloj

Jamones Bronchales es un secadero a más de 1.500 metros de altura, cuyo valor añadido es la curación natural y tradicional. No compiten en precio, sino en calidad. El jamonero Paco Nácher ha ido impulsando su negocio poco a poco, sin prisa, pero con paso firme. Sin embargo, el éxito del vídeo que él mismo protagoniza le situaron en la cima de las búsquedas de Google y desbordaron la capacidad de su página web. Tanto el nombre de la empresa como el del municipio donde está radicada fueron tendencia durante siete días seguidos y Nácher se vio obligado a contratar a una empresa especializada en marketing.

“Cuando publiqué el vídeo esperaba vender poquito a poco, pensando en llegar al verano con todos los jamones vendidos para tener liquidez, pero nos desbordaron las llamadas; llegaban desde todos los puntos de España y hasta desde Estados Unidos, California, Sudáfrica, Dubai o Rumania”, recuerda el propietario de la empresa. De esta manera, tuvieron que enviar un mensaje de tranquilidad en redes sociales. 

Aún así, fueron muchos los que durante Semana Santa se acercaron a Bronchales para comprar jamón en el propio establecimiento y, ya de paso, pasar allí el puente. También tienen más de 2.000 personas esperando que vuelvan a estar disponibles los lotes que ofrecieron a través del audiovisual e incluso ha habido clientes que les han pagado por adelantado para ayudar a la empresa. 

“Jamones Bronchales va a cambiar muchísimo, ahora la gente nos ha conocido y podré contratar a más trabajadores”, considera Nácher, emocionado. Reconoce que desde la publicación del vídeo ha estado con la piel de gallina por toda la repercusión que ha tenido y destaca la importancia de esta para fomentar el desarrollo del medio rural y, más concretamente, de su localidad.