El candidato del Partido Popular, Manuel Blasco, que fue quien ganó las elecciones en el Ayuntamiento de Teruel, presentó Trebuchet Park, el parque temático sobre máquinas de guerra, como uno de los proyectos estrella en una nueva etapa en la que la mejoría económica de las arcas municipales iba a permitir acometer nuevos proyectos.
Pero ha sido su sucesora, Emma Buj, la que ha tenido que defenderlo ahora ante los grupos políticos y los vecinos. Todos se han mostrado escépticos por un proyecto que, a diferencia del Museo de la Batalla de Teruel, no es una demanda social y, además, reclama una gran inversión que hace que se pregunten de dónde se quitaría el dinero.
Hace unos días que se dio a conocer a los grupos municipales el estudio económico de viabilidad que cifra en 42 millones de euros la inversión necesaria para poner en marcha el parque, que permitiría crear 66 empleos directos, en un escenario de 20 años, y atraería 133.000 visitantes cada año a partir del quinto de funcionamiento. Estos costes también pueden variar dependiendo de la ubicación finalmente elegida, porque actualmente no está decidida y hay varias opciones.
A grandes rasgos, el parque se plantea como un espacio donde mostrar máquinas de guerra de varias épocas históricas, así como distinto material e información militar, e incluso con un espacio abierto en el que realizar recreaciones y espectáculos.
El ejemplo de Dinópolis
La alcaldesa, que tomó el relevo en el bastón de mando después de que el alcalde Manuel Blasco renunciara para dedicarse a su puesto de diputado en el Congreso, se afana en comparar este proyecto con un ejemplo de éxito en Teruel: “Trebuchet Park recoge el guante de Dinópolis, que empezó con una inversión importante y ha ido creciendo poco a poco”.
“Como todos los proyectos importantes es normal que salga con cierta polémica”, reconoce la edil, “porque todos los que aspiran a generar mucho desarrollo económico muchas veces no son bien entendidos al principio”.
El parque paleontológico de Dinópolis, que combina la investigación con la difusión científica y lúdica, es un proyecto impulsado por el Gobierno de Aragón, que ha dado una vuelta completa al sector turístico en la ciudad. Pero los detractores de Trebuchet Park creen que Dinópolis sí está conectado con un recurso propio de Teruel, como es la riqueza paleontológica, algo que no encuentran en la maquinaria de guerra. “Es una apuesta de futuro para la ciudad de Teruel”, dice Buj, que, de momento, no ha convencido a nadie.
Museo de la Batalla de Teruel
Los partidos de la oposición en el Ayuntamiento (PSOE, Ganar Teruel, PAR, Ciudadanos y CHA) coinciden en las razones por las que rechazan el proyecto: la excesiva cantidad de dinero público que habría que desembolsar –puesto que tienen dudas sobre la financiación– y el hecho de que no sea una demanda de la ciudad.
Esto lo diferencia claramente de la intención de crear un Museo sobre la Batalla de Teruel, relacionado con la Guerra Civil, que es una vieja demanda de la ciudad, constante en los programas electorales de los distintos grupos desde hace años, y que llegó a contar incluso con un borrador que se guardó en un cajón.
Y con estos argumentos también coincide la Federación de Vecinos San Fernando, que agrupa a todas las asociaciones de vecinos de la ciudad. Lo rechaza porque no es “prioritario”, como explica el presidente de la misma, Pepe Polo, y no es una demanda como el de la Batalla de Teruel.
El origen de Trebuchet Park está en la localidad turolense de Albarracín, donde el historiador Rubén Sáez ha puesto en marcha, como iniciativa personal, un parque en el que muestra reconstrucciones de máquinas de guerra de la antigüedad a escala real. Un proyecto alabado por todos, pero que ven difícil extrapolar a la capital, y con las dimensiones que se plantean, aunque Sáez defienda que algo de la inversión en el parque se reduciría –unos 11 millones– porque parte del equipamiento lo haría el personal del centro.
Con este panorama, y gobernando en minoría en el Consistorio, el PP tendrá que esforzarse mucho para que Trebuchet Park en Teruel sea una realidad.