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Cuando algo te importa poco o nada se suele decir: ‘me importa un comino’. Es una expresión habitual, popular, conocida por todos, que puede servir hasta para zanjar una conversación. Algunos más deslenguados emplean ‘me importa un huevo’ o ‘un pito’. A veces se utiliza ‘me importa un pimiento’.
Se escucha mucho ‘me importa un bledo’. También se emplea el rábano, el pepino y otros frutos y hortalizas. Resulta que el bledo es una planta de tallos rastreros. Y
Hoy al mediodía, antes de la votación de investidura del ya presidente Sánchez, Montserrat Bassa, diputada de ERC ha dicho en la tribuna del Congreso que “la gobernabilidad de España le importa un comino”. Ha llamado tanto la atención su afirmación que todos los grandes periódicos digitales de España lo han reflejado inmediatamente de forma destacada. Mañana seguro que veremos la cita del comino de la diputada en muchas portadas de la prensa escrita, que últimamente refríe más que nunca lo digital.
Pero no es el único caso. En el Congreso hay una epidemia de descreídos a quienes les importan poco muchas cosas. Por ejemplo, los Diputados de Vox han abandonado el hemiciclo porque les importaba un comino, supongo que distinto al de la señora Bassa, lo que dijera su colega (guste o no es un colega) de Bildu.
Ante el buen resultado de la vez anterior, Adolfo Suárez ha vuelto a manifestar su enfado dando la espalda cuando ha hablado el mismo diputado que con su presencia ha echado a los de Vox de la sala. Como Suárez parece más cursi, seguramente le debe importar un pimiento lo que diga otro diputado. Ante la rentabilidad del gesto de dar la espalda, con el que consiguió hasta la foto de portada en El País, lo ha repetido, pero no ha tenido en cuenta que la foto de portada estará mucho más disputada en esta ocasión.
La diputada canaria Ana Oramas ha mantenido su no a Sánchez y, con buen tono, ha venido a decir que le importaba un bledo lo que dijera su partido al respecto. En fin, no sigo. Ya lo han visto: el contagio de cominos se ha extendido por el Congreso a toda velocidad.
Suerte que todavía queda algún diputado a quien le siguen importando las cosas. Me refiero a Aitor Esteban, del PNV. Esteban ha explicado en cuatro frases algunas de las razones más importantes por las que España necesita un Gobierno. Ha dicho que hace falta nuevas recetas porque las que nos han traído hasta aquí ya no son válidas. Y ha advertido de las dificultades con las que se encontrarán gobernando. Uno de los inconvenientes: “La pléyade de funcionarios y cargos intermedios que pongan obstáculos pseudojurídicos para las cosas más nimias. No se queden en el ‘Sí, Ministro’ o habrán fracasado y será muy difícil avanzar. Confío en que en este Gobierno la política la hagan los políticos”. Así sea.
Cuando algo te importa poco o nada se suele decir: ‘me importa un comino’. Es una expresión habitual, popular, conocida por todos, que puede servir hasta para zanjar una conversación. Algunos más deslenguados emplean ‘me importa un huevo’ o ‘un pito’. A veces se utiliza ‘me importa un pimiento’.
Se escucha mucho ‘me importa un bledo’. También se emplea el rábano, el pepino y otros frutos y hortalizas. Resulta que el bledo es una planta de tallos rastreros. Y