El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
Las opiniones que aquí se expresan son las de quienes firman los artículos y no responden necesariamente a las de la redacción del diario.
De las listas de “buenorras” en los juegos olímpicos, pasando por el amago de prohibición del Burkini en Francia, a los repugnantes comentarios que ha ocasionado la desaparición de una joven en Galicia que relacionan la desgracia de su familia con la pertinencia de su atuendo. Por lo visto no habría violaciones ni desapariciones si todas lleváramos Burka. Pero claro, así no podríamos ir a la playa…
Qué difícil es juzgar el aspecto de la mitad del planeta, y que necesario deben pensar algunos. Tenemos ejemplos incluso por parte de periodistas de medios de gran tirada, como es el caso del Heraldo de Aragón, el periódico regional más vendido en mi comunidad autónoma. En esta ocasión, han decidido utilizar una de sus secciones más triviales, “Máximo Alparcero”, para reírse de la manicura de la portavoz parlamentaria de Podemos Aragón, Maru Díaz. No es que sea la mayor agresión perpetrada hacia una mujer, ni la sección más seria del medio, pero aún no se ha visto nunca una crítica a peinados, ropas o barbas desaliñadas de ningún político masculino de la Aljafería. Es más, si repasamos la sección veremos cómo las bromas a costa de otros, o los cotilleos, son por acciones que estos han llevado a cabo, jamás por su aspecto físico.
Algunos pensarán que estoy exagerando un pelín, pero esta broma -que puede hacer más o menos gracia, tampoco voy a juzgar el sentido del humor de cada uno, total ya sabemos que las mujeres no tenemos ninguno- es la continuación en clave jocosa del acoso y derribo que sufren las mujeres que se dedican a la política por su aspecto físico. Tan solo el atractivo de Inés Arrimadas, el corte de pelo de Ana Gabriel o el peso de Begoña Villacís han acaparado más tinta en los periódicos que todos los comentarios sobre el aspecto de políticos masculinos juntos.
Lo cierto es que en un mundo de igualdad perfecta ese artículo no tendría la mínima importancia y si no estuviera tan asentada la idea en el subconsciente de que las mujeres son, ante todo, su cuerpo y que éste está al servicio del varón que mira, nadie se enfadaría por él. Pero tampoco ocurrirían hechos tan brutales como las constantes agresiones sexuales en fiestas.
Igual en ese mundo perfecto puede que Maru Díaz hubiera llevado las uñas bien hechas y todo, pero hasta que llegue ese panorama utópico algunas nos quejaremos de que se nos juzgue de forma tan diferente que a nuestros compañeros. Así que, ya siento las molestias, seguiremos escribiendo, quejándonos y reclamando un trato igualitario.
Ya lo decía Barbara Kruger, nuestros cuerpos son un campo de batalla y, hasta que la ganemos, sacaremos nuestras uñas desconchadas.
De las listas de “buenorras” en los juegos olímpicos, pasando por el amago de prohibición del Burkini en Francia, a los repugnantes comentarios que ha ocasionado la desaparición de una joven en Galicia que relacionan la desgracia de su familia con la pertinencia de su atuendo. Por lo visto no habría violaciones ni desapariciones si todas lleváramos Burka. Pero claro, así no podríamos ir a la playa…
Qué difícil es juzgar el aspecto de la mitad del planeta, y que necesario deben pensar algunos. Tenemos ejemplos incluso por parte de periodistas de medios de gran tirada, como es el caso del Heraldo de Aragón, el periódico regional más vendido en mi comunidad autónoma. En esta ocasión, han decidido utilizar una de sus secciones más triviales, “Máximo Alparcero”, para reírse de la manicura de la portavoz parlamentaria de Podemos Aragón, Maru Díaz. No es que sea la mayor agresión perpetrada hacia una mujer, ni la sección más seria del medio, pero aún no se ha visto nunca una crítica a peinados, ropas o barbas desaliñadas de ningún político masculino de la Aljafería. Es más, si repasamos la sección veremos cómo las bromas a costa de otros, o los cotilleos, son por acciones que estos han llevado a cabo, jamás por su aspecto físico.