El Prismático es el blog de opinión de elDiario.es/aragon.
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“Querida Inés,
Quizás no te dé tiempo a leer esta carta que te dirijo. Entiendo que estás muy ocupada promocionando, en los diferentes espacios que te ofrece la política institucional, tu proyecto político para una comunidad, un país, una sociedad. Un proyecto que, sin ninguna duda, defiende un modelo de ordenamiento de la sociedad y sus instituciones muy concreto. No te sorprenderá si te digo que está muy alejado del que yo defiendo. Aunque, quizá, sí te sorprenda si te aclaro que la promoción de ese proyecto tuyo es ideología.
Querida Inés, empiezo a tener serias dudas de si eres muy consciente o no del significado de las declaraciones que haces. No te considero simple para nada, a pesar de que el machismo intente asociar tu imagen con la ignorancia. Es lo que tiene la ideología machista, querida Inés, que nos estereotipa y nos trata como inútiles. Yo no creo que tú seas así, como dicen que eres. De todas formas, quiero recordarte que el que tú puedas ser una mujer activa de la política institucional, se lo debes a mujeres feministas que se dejaron la vida en conseguir que tú, hoy día, puedas hablar, promocionar y pedir el voto para defender y aplicar tu ideología.
Querida Inés, en tus declaraciones públicas dices «que el feminismo va contra el capitalismo». ¡Vaya sorpresa! Evidentemente, querida. Las feministas defendemos la igualdad entre las personas, entre hombres y mujeres, en todos los lugares del mundo y en todas las épocas. En igualdad de trato y condiciones. Sería bastante incoherente defender un sistema económico que justifica y perpetúa que haya parte de la población que se enriquece y lucra a costa de los sufrimientos y las penurias de otras. El feminismo, querida Inés, quiere para todo el mundo lo que defiende para las mujeres: igualdad. ¿No te parece apropiado defender la igualdad para todas las personas? Tu respuesta será ideológica, querida Inés. Te guste o no. Así que piénsala bien.
Querida Inés, intuyo que tienes una cuenta corriente, conduces (o puedes conducir) un vehículo, te puedes divorciar si te da la gana y salir de viaje sin permiso de un hombre. Agradéceselo a las feministas y al feminismo, querida Inés. Porque ¿sabes una cosa?, hay otra ideología que existe desde que el mundo es mundo, se llama machismo. Es una ideología que se ha encargado de que las mujeres no pudiéramos tener los mismos derechos que los hombres. ¿Cómo te quedas? ¿Sorprendida? No, seguro que no.
Querida Inés, hacemos huelga el 8 de marzo para exigir cobrar lo mismo que un hombre por el mismo trabajo, para que no se nos impongan cánones de belleza que nos cosifican y estereotipan como objetos. Querida Inés, hacemos huelga el 8 de marzo para poder ir por la calle libres y sin miedo. Para que, si tienes la desgracia de sufrir la ideología machista y a ti o a una amiga os agreden o violan por la calle, no haya impunidad para los malditos. Hacemos huelga el 8 de marzo para que, de una vez por todas, a las mujeres del hoy y del mañana ni nos violen ni nos maten.
Querida Inés, me despido ya que sé que andas muy liada defendiendo tu ideología allá donde te permiten defenderla. Sólo una última cosa: si no quieres unirte a esta lucha contra la ideología del modelo patriarcal, no lo hagas. Bajo mi punto de vista, y por todos los argumentos que te he expuesto, no hacerlo es defender la ideología machista que nos quiere en casa con la pata quebrada y de criadas del resto de mundo. Pero, querida Inés, deja de despreciar que otras digamos ¡basta!, que otras nos plantemos por fin, que otras hagamos una huelga porque nos queremos vivas.
Y, querida Inés, hay algo más, ¿sabes qué es? pues que lo vamos a luchar también por ti, porque así es la ideología feminista, sororal para con todas, aunque alguna, por su ideología, no se lo merezca.
Querida Inés, únete o apártate y calla. Y recuerda darle las gracias a una feminista cuando tú también disfrutes y te beneficies de los logros que consigamos para todas en esta lucha. Una lucha, evidente y obligatoriamente, ideológica.“
“Querida Inés,
Quizás no te dé tiempo a leer esta carta que te dirijo. Entiendo que estás muy ocupada promocionando, en los diferentes espacios que te ofrece la política institucional, tu proyecto político para una comunidad, un país, una sociedad. Un proyecto que, sin ninguna duda, defiende un modelo de ordenamiento de la sociedad y sus instituciones muy concreto. No te sorprenderá si te digo que está muy alejado del que yo defiendo. Aunque, quizá, sí te sorprenda si te aclaro que la promoción de ese proyecto tuyo es ideología.