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De Salduie a Zaragoza: una ciudad con mucha historia

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Casi quince días después de la clausura del Saraqusta Film Festival ha llegado el momento de hacer balance de la primera edición de un evento que eligió la historia como leitmotiv con el que atraer a Zaragoza una rica y variada propuesta de trabajos y actividades vinculadas con el mundo audiovisual. Lo hizo además 125 años después de la llegada del cine a Zaragoza, un acontecimiento que supuso el pistoletazo de salida de una de las manifestaciones artísticas que sin duda han marcado el devenir social y cultural de la capital aragonesa.  

Está claro que el pasado sigue estando presente en una urbe que, a pesar de haber sufrido terribles pérdidas patrimoniales, se identifica con sus tradiciones y sabe valorar el esfuerzo de sus antecesores por construir un enclave fundamental en la geografía española. El Saraqusta Film Festival fue consciente de esta fortaleza, por ello planteó un lugar de encuentro donde tanto profesionales como público en general pudiera reunirse y disfrutar durante siete días de una selección de propuestas fílmicas y televisivas. Sin contar los títulos elegidos para inaugurar y clausurar el festival –Buñuel, un cineasta surrealista y Waiting for Waldemar, respectivamente-, del 26 de septiembre al 2 de octubre se proyectaron cinco películas de ficción, cinco documentales y cinco capítulos de series. Todos ellos en horario vespertino, puesto que se reservó las mañanas para llevar a cabo tanto las ruedas de prensa como una variada oferta de mesas redondas vinculadas con el séptimo arte. 

Conscientes a su vez de la buena acogida popular de los homenajes, en esta ocasión se decidió galardonar a dos de las figuras que mayor vínculo han tenido con la producción audiovisual histórica a nivel nacional: el actor Rodolfo Sancho, quien interpretó a Fernando el Católico en la serie Isabel, y el guionista Javier Olivares, creador junto a su hermano de Pablo Olivares de El Ministerio del Tiempo, uno de los mayores éxitos televisivos de los últimos años. Analizando todos estos ingredientes se confirma que el festival está más cerca de conseguir uno de sus objetivos primigenios: convertirse en referente del panorama de festivales nacionales e internaciones. 

Dentro del panorama cultural zaragozano el Saraqusta Film Festival no ha sido el único evento que este otoño ha elegido la historia como punto de partida. Bajo la denominación “Zaragoza. Fiesta de la Historia” la Universidad de Zaragoza ha programado entre el 18 y el 24 de octubre conferencias, talleres y visitas didácticas que sirvan para divulgar el pasado de una ciudad que ostenta los títulos de Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Muy Benéfica, Siempre Heroica e Inmortal.

Salduie, Caesaraugusta o Saraqusta. Un territorio en definitiva que ha sido testigo de la construcción de una identidad, una historia y un relato que continúa escribiéndose. Celebremos a partir de iniciativas como el Saraqusta Film Festival o “Zaragoza. Fiesta de la Historia” que nuestro pasado continúa más vivo que nunca. 

Casi quince días después de la clausura del Saraqusta Film Festival ha llegado el momento de hacer balance de la primera edición de un evento que eligió la historia como leitmotiv con el que atraer a Zaragoza una rica y variada propuesta de trabajos y actividades vinculadas con el mundo audiovisual. Lo hizo además 125 años después de la llegada del cine a Zaragoza, un acontecimiento que supuso el pistoletazo de salida de una de las manifestaciones artísticas que sin duda han marcado el devenir social y cultural de la capital aragonesa.  

Está claro que el pasado sigue estando presente en una urbe que, a pesar de haber sufrido terribles pérdidas patrimoniales, se identifica con sus tradiciones y sabe valorar el esfuerzo de sus antecesores por construir un enclave fundamental en la geografía española. El Saraqusta Film Festival fue consciente de esta fortaleza, por ello planteó un lugar de encuentro donde tanto profesionales como público en general pudiera reunirse y disfrutar durante siete días de una selección de propuestas fílmicas y televisivas. Sin contar los títulos elegidos para inaugurar y clausurar el festival –Buñuel, un cineasta surrealista y Waiting for Waldemar, respectivamente-, del 26 de septiembre al 2 de octubre se proyectaron cinco películas de ficción, cinco documentales y cinco capítulos de series. Todos ellos en horario vespertino, puesto que se reservó las mañanas para llevar a cabo tanto las ruedas de prensa como una variada oferta de mesas redondas vinculadas con el séptimo arte.