El oso Goiat será una de las principales cuestiones de la agenda política de Aragón y Catalunya en los próximos meses. Después del intercambio de mensajes de las últimas semanas, abocado a la celebración de una cumbre entre el Ejecutivo autonómico y la Generalitat para la que todavía no hay fecha, los ganaderos afectados por los ataques del plantígrado, reintroducido desde Eslovenia en 2016, también se posicionan en pos de una acción inmediata para extraerlo y terminar así con lo que para ellos es un “problema gordo”. Los ecologistas se posicionan de manera frontalmente opuesta.
El Govern de Catalunya, por su parte, reclama “una coordinación plena entre todas las partes” para afrontar una situación de la que no se siente única responsable. Así, se encuentra activada la primera fase del denominado Protocolo de Intervención con osos en el Pirineo, según explicó el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, a la Agencia Catalana de Noticias. Aprobado por las administraciones, este contempla el uso de pirotecnia y balas de fogueo o de caucho frente al oso cuando se detecten actividades peligrosas.
Con esto se persigue que el animal modifique unos hábitos “perniciosos” para otras especies, como han reflejado los ataques a rebaños de ovejas o de cabras. Calvet reivindica que “Aragón también puede aplicar estas actuaciones” en su territorio y se muestra abierto a dar el paso hacia las fases dos y tres con el consenso del Ejecutivo aragonés y el Gobierno central. La última de ellas acarrearía la extracción de Goiat del Pirineo. Calvet ha explicado que ya se ha contactado con el Gobierno del Estado y el de Aragón para hacer una reunión y analizar cómo se culmina la segunda fase y se pasa a la tercera. Esta fase 3 significa la extracción del medio de Goiat.
Para llegar a este punto ha de haber un acuerdo que Catalunya fundamenta en este momento en el “probado carácter depredador” del plantígrado, superior al de otros ejemplares con los que comparte hábitat. Joaquín Olona, que repite como consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, envió una misiva a la Generalitat en la que le trasladaba que “deben ser las autoridades catalanas quienes se hagan cargo del oso Goiat, tomando las medidas pertinentes que resuelvan el problema suscitado con la máxima urgencia posible”.
Calvet replicó que el proyecto Piroslife, liderado por Catalunya, cuenta con el apoyo de la Unión Europea y el visto bueno de las administraciones regionales afectadas, incluida Aragón. Así, la vía propuesta es la de la celebración de una cumbre que se debata y alcancen acuerdos. “El de Goiat, como otros similares, fue un proyecto liderado por Francia en 1996 con el apoyo de la Comisión Europea y con el acuerdo del Estado español y de todas las administraciones pirenaicas afectadas”, recuerda el consejero.
Agricultores y ganaderos
Los agricultores y ganaderos aragoneses ya movieron ficha a comienzos de agosto. La Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA-COAG), ha instado a la Generalitat a realizar “cuantas acciones sean oportunas para la extracción y retirada del oso Goiat del territorio aragonés, cuidando que ningún otro oso reintroducido por su Gobierno acceda al territorio aragonés”, y a que “se responsabilice de cuantos daños pueda ocasionar”. Se sienten “amenazados” por la presencia del oso en el Pirineo aragonés y achacan hasta el 40 % del total de los ataques producidos por plantígrados desde 2016 a Goiat.
La presencia en los Pirineos de este plantígrado es “consecuencia del programa de reintroducción gestionado por la Generalitat”, de ahí que la organización agraria considere que “la administración catalana también debe responsabilizarse tanto de evitar como de reparar los daños que dicho ejemplar ocasiona”. UAGA-COAG manifiesta que su rechazo y oposición a la reintroducción de osos en el Pirineo se debe a que “estos programas de la Generalitat no acreditan ni garantizan ningún beneficio neto derivado de la reintroducción de osos foráneos, ni compensan los desproporcionados costes sociales y económicos que provocan en Aragón”.
En un comunicado, Ecologistas en Acción ha subrayado, por su parte, que el Gobierno de Aragón está “obligado por Ley (europea, nacional y autonómica) a conservar la biodiversidad, especialmente las más amenazada, como el oso, perseguido por el hombre hasta casi su desaparición”. Tras ser catalogado en 1995 en peligro de extinción, “los diferentes ejecutivos aragoneses deberían haber aprobado hace más de una década un Plan de Recuperación de la especie, con medidas y acciones para su protección y coexistencia con la ganadería extensiva. Si se hubiera cumplido lo estipulado por la Ley, la mayoría de los problemas actuales ya estarían solucionados”.
El gobierno aragonés en 1993 aceptó y se comprometió con Navarra, Catalunya y Francia a recuperar y reintroducir el oso en los Pirineos, con fondos europeos Life (programa de conservación de vertebrados amenazados en los Pirineos). “En fechas más recientes el ejecutivo y de manera voluntaria respaldo ese compromiso con una carta de apoyo al proyecto Piroslife iniciado en 2014 y cuya primera acción reseñada era la introducción de un nuevo ejemplar para la mejora genética de la población osera existente”, añaden.
A su juicio, “la problemática suscitada por el oso Goiat ha puesto de manifiesto la reiterada incapacidad del consejero Olona para prevenir y gestionar adecuadamente los diferentes problemas de conservación de la biodiversidad, eludiendo sus responsabilidades y trasladando los problemas a los demás (franceses, catalanes, ganaderos y ecologistas)”. Ecologistas en Acción propone el mantenimiento de la ganadería extensiva en compatibilidad con la presencia de oso y lobo con medidas como el fomento de agrupación y vigilancia de rebaños, ayuda a la contratación de pastores, mejora de las instalaciones en puertos de verano o indemnizaciones “justas y rápidas”.