- El Ayuntamiento de Calatayud (PP) ha denegado a familiares de los asesinados su solicitud de intervención en el Pleno que debatirá la moción del PSOE para solicitar el regreso de los restos de las personas trasladadas
El próximo lunes, 24 de septiembre, en el Pleno del Ayuntamiento de Calatayud se debatirá una moción –presentada por el PSOE– que pide el regreso a Calatayud de las 81 personas trasladadas al Valle de los Caídos en 1959.
En dicho debate tenían intención de participar familiares de los asesinados, y, para ello, presentaron una solicitud en el Ayuntamiento firmada por Silvia Navarro (sobrina y sobrina-nieta de un asesinado y trasladado), en representación de la Asociación de Familiares Pro Exhumación de los Republicanos del Valle de los Caídos (AFPERV) y la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (Arico).
En dicha instancia se pide la comparecencia de Silvia Navarro Pablo, y/o Miguel Ángel Capapé Garro (presidente de Arico) y/o Purificación Lapeña Garrido (su abuelo y su tío-abuelo también se encuentran entre los enterrados en el Valle de los Caídos).
Sin embargo, su intervención no será posible, ya que ha sido denegada por el Consistorio alegando un defecto de forma. En la comunicación oficial, al que ha tenido acceso eldiario.es, se dice textualmente que “no es posible acceder a lo solicitado al no tener encaje la petición en el Reglamento Municipal de Participación Ciudadana”.
El alcalde bilbilitano, José Manuel Aranda (PP) explica a este medio que, ni mucho menos, se trata de una decisión personal, sino que él dio traslado de la solicitud a los servicios jurídicos municipales y a la secretaria, que, “reglamento en mano”, determinó que no se podía aprobar.
Argumenta Aranda que no es posible intervenir en el debate de una moción y que era eso lo que se pedía. Sin embargo, en la instancia no se detalla ese aspecto, ya que se solicita “la comparecencia (…) en el Pleno en el que se tratará la aprobación de la moción…”. Apunta Silvia Navarro que, lógicamente, su pretensión era intervenir en el turno de ruegos y preguntas, una vez finalizada la sesión.
El alcalde también señala que para participar en dicho turno se debe formular una pregunta (o preguntas) y que estas sean aprobadas por la Comisión de Régimen Interior (tal y como viene estipulado en el artículo 32 del Reglamento). En este caso, dice Aranda, no se hace ninguna pregunta y, por tanto, “no cabe la posibilidad de participar”.
El turno de intervención se denomina de preguntas o ruegos, según el diccionario de la Real Academia Española, “parte del orden del día de una asamblea o reunión en que los asistentes plantean asuntos de su interés a la presidencia”.
Navarro se ha mostrado muy sorprendida por esta decisión del Ayuntamiento de Calatayuda, y más, indica, “viniendo de un alcalde que impulsó un memorial para recordar a las víctimas”. También el alcalde señala este hecho: “Si por algo me he caracterizado ha sido por el respeto, el monumento de la memoria histórica se hizo por una decisión personal mía”.
Por añadidura, Aranda afirma que a él no le gusta hacer “alharacas ni brindis al sol”, como, a su entender, está haciendo el portavoz del PSOE, Víctor Ruiz, al presentar esta moción, “porque él sabe perfectamente que lo que pide, con la Ley de Memoria Histórica en la mano, es inviable”.
Y ha ido más allá al apuntar que el edil socialista está haciendo “juegos malabares con personas que llevan un sufrimiento de muchos años en su corazón, generándoles unas falsas expectativas, y que no se puede jugar de forma gratuita con los sentimientos de unas personas que llevan tanto tiempo buscando la conciliación”.
La moción
Está documentado que al menos 81 cadáveres fueron trasladados desde Calatayud al Valle de los Caídos en 1959. Según la documentación oficial del Archivo General de Palacio de Patrimonio Nacional del Ministerio de Justicia (que el grupo municipal socialista adjunta a su proposición), el 14 de junio de 1958, el alcalde de Calatayud, Antonio Gil, informó al gobernador civil de los enterramientos colectivos que había en la ciudad bilbilitana.
Meses más tarde, el 3 de abril de 1959 (mediante telegrama), el gobernador civil de Zaragoza confirmó a Madrid los lugares de recogida de urnas por distintas localidades, entre ellas, Zaragoza capital (209 individuales y 29 colectivas), Ateca (1 individual y 2 colectivas), Quinto de Ebro (8 colectivas), Maella (2 individuales y 6 colectivas), Monreal de Ariza (1 individual) y la propia Calatayud (1 individual y 13 colectivas).
Finalmente, en el libro de registro de entradas del Valle de los Caídos, el 8 de abril de 1959, se anota el ingreso de nueve cajas, conteniendo nueve cadáveres cada una, procedentes de Calatayud.