Los cazadores están experimentando este año en la reserva de las Masías de Ejulve la caza sin munición de plomo dentro de un programa del Gobierno de Aragón que, en función de los resultados, puede llevar a la prohibición de ese tipo de artefactos en la actividad cinegética en la comunidad, según indica el consejero de Desarrollo Rural, Joaquín Olona, en su respuesta a una pregunta parlamentaria de la diputada de Podemos Marta de Santos.
La prohibición del uso de munición con plomo “se ha implementado de forma experimental” en los recechos que se efectúan en la reserva turolense durante la actual temporada de caza, que finaliza en febrero, para evaluar a su final los resultados. La posibilidad de extender el veto a “todas las reservas y cotos sociales de caza gestionados por el Gobierno de Aragón es una medida cuya implantación se estudiará en función de los resultados que se obtengan en la Reserva de las Masías de Ejulve”, señala Olona.
Si estos “son correctos, la intención sería, en todas las reservas y cotos sociales de caza gestionados por el Gobierno de Aragón, prohibir durante dos años la munición con plomo en la caza al rececho cuya finalidad no fuera la caza del jabalí”, anota el consejero, que matiza que “finalizado este periodo de dos años, se evaluarían las consecuencias de dicha prohibición y se volvería a decidir sobre su utilización”.
La eventual prohibición, en cualquier caso, no afectaría a las batidas para cazar jabalíes, ya que están considerados como un factor de riesgo para la expansión de la peste porcina africana que desde hace unos años comienza a afectar a varios países europeos.
Los jabalíes y la peste porcina africana
Según explica, “el Ministerio de Agricultura está muy preocupado por la propagación en Europa de la peste porcina africana a través de los jabalíes, ya que, de declarase dicha epizootia en España afectaría a la exportación de porcino, sector que en Aragón supone un 59,4 % de la producción ganadera de la comunidad (1.286 millones de euros de un total de 2.164,9) y un 34 % de su renta agraria final (596,3 millones de euros de un total de 1.754)”.
En este sentido, apunta que el Gobierno central ha solicitado a las comunidades “que pidan a sus cazadores que intensifiquen las acciones de caza de jabalí con el objeto de disminuir las poblaciones de esta especie” y que, paralelamente, “la munición más adecuada para la caza de los jabalíes, por sus propiedades balísticas y precio, es la que actualmente se utiliza, que contiene plomo”.
“Prohibir la caza del jabalí con munición de plomo en las reservas pirenaicas (posible puerta de entrada de la peste Porcina Africana) redundaría, al menos en los primeros años de su implantación, en una menor tasa de capturas de jabalí, justo la situación contraria que están solicitando las autoridades sanitarias”, añade.
Sin efectos alarmantes en los buitres
El cese del uso de la munición de plomo, que ya ha sido vetada por la UE en los humedales protegidos por sus efectos en las aves acuáticas, que resultan afectadas por el plumbismo (el plomo es un metal pesado prácticamente imposible de metabolizar) al ingerir los perdigones que quedan esparcidos por el suelo tras las batidas de los cazadores.
Olona mantiene que esa enfermedad no está afectando a los buitres, ya que “durante todos estos años de franca expansión de la especie, la actividad de caza con munición de plomo se ha mantenido inalterada en los territorios que sobrevuelan”, por lo que “no se puede establecer una relación causal directa y absoluta entre los niveles de plomo plasmático por encima de 200 nanogramos por mililitro de sangre encontrados en determinados ejemplares de buitre y que tales niveles se deban al consumo de piezas de caza heridas con munición de plomo y no cobradas”.
Y tampoco considera, según los resultados de un estudio realizado entre 1994 y 2006, que esté afectando de una manera preocupante a las poblaciones de quebrantahuesos de Ordesa y de Monte Perdido, tal y como ocurría con las águilas de Doñana.
No obstante, sí admite que ambas sufren plumbismo por la ingesta de perdigones presentes en los cadáveres de las piezas de caza que carroñean. “Los valores de plomo detectados en ambas especies indican un fenómeno de exposición a este contaminante, si bien las diferencias encontradas entre ambas especies explican los mayores niveles encontrados en el águila imperial teniendo en cuenta el tipo de dieta del águila imperial, con una importante contribución de aves acuáticas, que serían presas potencialmente contaminadas por plomo”, señala.
El plomo mata mejor
En cualquier caso, Olona reconoce que “el plumbismo puede constituir una amenaza para la ornitofauna acuática en el caso de aves que ingieran perdigones al confundirlos con las piedras que utilizan para amolar los alimentos en la molleja, lugar donde los ácidos del sistema digestivo pueden transformar el plomo inerte de la munición en compuestos de plomo bioabsorbibles”.
Sin embargo, añade que, según los resultados del estudio, “no parece deducirse que sea un problema acuciante en las poblaciones de quebrantahuesos, ni tan siquiera en las águilas imperiales ibéricas de Doñana que consumen aves acuáticas que a su vez han podido ingerir perdigones de plomo. Es por ello que el prohibir el plomo en la munición empleada en las reservas de caza no se percibe como estrictamente necesario”.
Por último, el consejero ofrece dos motivos, además de su mejor precio, para seguir utilizando la munición de plomo: sus características de alcance y precisión, “que no cumplen en igual medida el resto de aleaciones y materiales con los se ha intentado su sustitución”, y su influencia en el “bienestar animal en el momento de la muerte”, ya que provoca “la pérdida de conciencia y muerte lo más rápidas posibles y con el menor sufrimiento del animal cazado”.
Esos argumentos, concluye, “dificultan la implantación de munición libre de plomo de forma inmediata y generalizada”.