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Ignacio Urquizu: “Si fuera Pedro Sánchez me iría al rincón de pensar”

Ignacio Urquizu.

Óscar F. Civieta

“No es el mejor día para celebrar este acto, pero quién iba a pensar que a estas alturas íbamos a estar así”. El diputado socialista por Teruel y politólogo Ignacio Urquizu ha comenzado su intervención reconociendo la difícil coyuntura que vive su partido. Y también asumiendo que el tema se pondría sobre la mesa en el turno de preguntas. Conocedor de ello advirtió de que se mojaría. Y lo hizo. Por ejemplo, parafraseando al presidente de Aragón, Javier Lambán, y mandando a Pedro Sánchez “al rincón de pensar”. Si fuera él, ha señalado, “me dedicaría a analizar por qué hemos perdido tantas elecciones en tan poco tiempo”.

Pedro Sánchez confirmaba este lunes su intención de celebrar un congreso interno en octubre. De las palabras de Urquizu se desprende que no lo comparte: “El partido necesita una larga reflexión; no se puede tener un debate de esta profundidad en dos semanas. Si acertamos, será por suerte”. No considera que el PSOE tenga un problema ideológico, sino que tiene más que ver con volver a conectar con la sociedad.

Urquizu considera que los socialistas deben irse a la oposición y reflexionar: “Ya nos costó ocho años volver al Gobierno con Zapatero”. Sobre la negativa de Sánchez a dimitir, el diputado ha apuntado que, “si no renuncia, tendrá que explicar por qué, derrota tras derrota, sigue creyendo que es la persona adecuada”.

En caso de abrirse una nueva etapa en el PSOE, ha señalado que él no tiene intención de postularse a nada. “No tengo ninguna ambición de ese tipo. Vivo muy bien en Alcañiz”.

Gobierno

Urquizu tiene claro que si el voto hubiera sido secreto en las sesiones de investidura de Rajoy ahora tampoco habría presidente. Ha reconocido que hay diferentes posturas dentro del partido pero está seguro de que todos hubieran respetado la disciplina de voto. Algo con lo que se ha mostrado muy de acuerdo: “La disciplina de voto en los partidos da seguridad a los votantes de que lo que apoyan se va a cumplir”.

Sobre la mesa todavía está la opción de formar un gobierno de cambio. Urquizu también se ha mostrado claro: “Ojalá mi partido fuera como el socialismo sueco, que estuvo 60 años en el poder y nadie cuestionó que fuera una democracia, pero para gobernar hay que sumar y los partidos nacionalistas no son de izquierdas, ni siquiera los que dicen que sí como Esquerra Republicana”.

Otra de las patas de esa posible negociación es Podemos. Para los morados ha tenido un mensaje al afirmar que tienen que entender que “su papel en política es algo más que escribir en Twitter y salir en televisión”.

Nueva política

Y de nueva política también ha hablado Urquizu. En ella se centró su discurso previo al turno de preguntas. La conferencia, titulada La socialdemocracia ante una nueva etapa, inauguró el ciclo Las nuevas políticas en España, organizado por la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón (ADEA).

El socialista, que se refirió en varias ocasiones a los suyos como “mi tribu ideológica”, sí cree que exista una nueva política, pero que nada tiene que ver “con la juventud o los mensajes cortos, sino con dar respuestas distintas a las mismas preguntas”. Lo malo de esta novedosa forma de hacer política, ha explicado, “es la simplificación en los análisis y las respuestas” y los que dicen que la representan “se confunden”.

Ha pedido que se hable “más de políticas y menos de política” y ha afirmado sin ambages que “en política habla mucha gente que no sabe de lo que habla y la gente se da cuenta, por eso hay un problema de credibilidad”.

Para él, cualquier proyecto político que se precie debe asentarse en cuatro ámbitos: social, económico, político y Europa.

El social focalizado en las desigualdades que, “si bien se están reduciendo entre países gracias a la globalización; están creciendo en el interior de cada territorio”. El Estado del Bienestar, ha afirmado, tiene que adelantarse a los problemas sociales, “dar recursos a la gente para afrontar las dificultades futuras”.

La pata económica pasa, según Urquizu, por que “el mercado de trabajo no agrande las desigualdades ya existentes”. En el aspecto político cree que hay un “cierto sentimiento de impotencia democrática”. Y respecto a Europa apuesta por un Estado del Bienestar europeo y un mercado laboral común.

Una de las causas de la crisis política, ha explicado, es la falta de liderazgo que hay en muchos ámbitos: político, económico, cultural… “En este país hay mucho miedo a tomar una decisión. Mucha gente no las toma porque tiene pavor a que otros se enfaden”.

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