Aunque no lo tienen fácil, las asociaciones de memoria histórica de Aragón consiguen a duras penas sacar adelante sus proyectos para recuperar parte de la historia más negra de este país. Ante la falta de apoyo institucional, estas organizaciones han llegado incluso a financiar exhumaciones de fosas a través de campañas de crowdfunding con las aportaciones de familiares y amigos.
No les ha quedado más remedio que recurrir a esta técnica de micromecenazgo para recuperar los restos de vecinos de pueblos aragoneses que fueron fusilados durante la Guerra Civil española. Gracias al dinero recaudado de esta forma, en 2015 se realizó una exhumación en Velilla de Jiloca (Zaragoza) y Leonor, a sus 80 años, pudo dar digna sepultura a los restos de su padre, desparecido en 1936 cuando ella, la pequeña de varios hermanos, apenas tenía 8 meses de vida.
En otros casos, la subvención recibida por las administraciones no llega a financiar todo el coste de la actuación, por lo que los familiares acaban aportando la diferencia. Así ocurrió este mes de septiembre, en la excavación de una fosa en el cementerio municipal de Huesca en la que Alberto Malo buscaba los restos de su abuelo, conocido como “el rojillo”. El coste de los trabajos de exhumación ascendió a 7.040 euros. El Círculo Republicano ‘Manolín Abad’ cubrió el 68 % gracias a una subvención de la Diputación Provincial de Huesca. Para el resto se solicitó una ayuda al Ayuntamiento y a la Comarca de la Hoya de Huesca, que no llegó, así que los familiares cubrieron la parte restante.
Y lo mismo ocurrió el pasado mes de noviembre, cuando la Asociación por la Recuperación e Investigación contra el Olvido (ARICO) recurrió a una campaña de crowdfunding para exhumar una fosa donde se buscaban los restos de 15 personas en Pomer (Zaragoza). Finalmente, se pudo continuar con los trabajos, gracias a la aportación del alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, que donó 3.400 euros y cuatro de sus concejales de Zaragoza en Común (ZeC).
Por eso, las asociaciones memorialistas lamentan haber perdido el 79 % de la partida presupuestaria destinada a recuperar la memoria histórica en Aragón en los presupuestos de 2017. La convocatoria de ayudas del Ejecutivo autónomo ascendía a 200. 000 euros, pero de esta cantidad, las asociaciones solo han recibido 42.342 euros para financiar sus trabajos. Es decir, se han quedado sin gastar 157.658 euros de los presupuestados. Se presentaron solo ocho proyectos debido a la falta de tiempo para justificar los trabajos.
“No tenemos liquidez para adelantar el dinero”
Desde la Asociación Pozos de Caudé afirman que el hecho de que la convocatoria salga a final de año les obliga a adelantar dinero para hacer los proyectos. Solo así pueden justificarlos y recibir la subvención. Sin embargo, esto conlleva una dificultad. “No sabíamos cuánto dinero iba a salir en la convocatoria, otros años han salido solo 50.000 euros; además, las asociaciones somos organizaciones sin ánimo de lucro, no tenemos liquidez para adelantarlo”, indica Francisco Sánchez.
Esto les ha obligado también a realizar pequeñas acciones y dejar a un lado las que tienen un mayor coste. Sánchez critica que con 10.000 euros -el límite máximo por ayuda- no se llega a financiar la totalidad del coste de los trabajos en fosas grandes. “Hemos hecho exhumaciones de 30.000 o 40.000 euros. Y con 10.000 euros sólo podemos hacer fosas más pequeñas, de no más de cinco personas”. La asociación Pozos de Caudé ha recibido este año una ayuda de 5.624 euros para la exhumación de una fosa en Villastar (Teruel).
En la misma línea, se defiende Enrique Gómez, de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA). Valora la voluntad política del Gobierno de Aragón, pero critica que la convocatoria de ayudas a la memoria histórica saliera tan tarde, cuando los presupuestos se aprobaron en mayo. “Nos colocan al final de la lista y nos lo ponen muy complicado para presentar y justificar los proyectos”, comenta.
Desde ARICO, Miguel Ángel Capapé lamenta profundamente lo ocurrido con la convocatoria de este año. Ha sido una de las asociaciones más perjudicadas, ya que, con la exhumación iniciada en Pomer, tuvo que rechazar la subvención ante la imposibilidad de justificar los trabajos por lo ajustado de los plazos.
200.000 euros de ayudas a la memoria histórica en 2018
Desde el Gobierno de Aragón aducen que los plazos han sido así de ajustados por el retraso de la aprobación de los presupuestos en mayo. Para evitar de nuevo esta situación, las ayudas para 2018 por un valor de 200.000 euros se han tramitado de forma anticipada, por lo que previsiblemente se convocarán a finales de enero o febrero. Además, se ha organizado un taller con todas las asociaciones para que mostrarles cómo cumplimentar las solicitudes, con el objetivo de que puedan sacar el máximo partido posible a la convocatoria.
A finales de noviembre, la consejera de Educación del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez, se reunió también con las asociaciones de memoria histórica en Aragón, donde se manifestó una vez la voluntad política del Ejecutivo Autónomo por apoyar a las asociaciones. A este encuentro acudió también el director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín y dos diputados de Podemos.
Ley de Memoria Democrática de Aragón
El Gobierno de Aragón aprobó el pasado mes de julio un Proyecto de Ley de Memoria Democrática basado en los principios de verdad, justicia y reparación. El proyecto de ley entiende que las instituciones de la Comunidad Autónoma deben asumir su responsabilidad en la defensa y salvaguarda de los valores democráticos a través de medidas de gestión del espacio público que faciliten el acceso al derecho de memoria que ostenta la ciudadanía.
Esa responsabilidad pasa de modo ineludible por el reconocimiento de las injusticias y la debida atención hacia las víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista.
De igual modo, el proyecto de ley reconoce y ensalza el papel desplegado a lo largo de los años por parte de las entidades memorialistas en la búsqueda y localización de las víctimas, la realización de publicaciones y las actividades de sensibilización, para impulsar la recuperación del pasado, recordando a las instituciones su deber de memoria con respecto a la ciudadanía.