“Algunas infraestructuras se tendrían que haber construido antes de crecer con las urbanizaciones. Su falta crea problemas”, explica Adrián Tello, de la Chunta Aragonesista (CHA), que ahora finaliza su segunda legislatura como alcalde de La Muela, la anterior en una absoluta minoría de dos concejales de once y la actual con una mayoría relativa de seis.
La gestión del Ayuntamiento de La Muela durante los años de la burbuja inmobiliaria, con las mayorías absolutas de Mariví Pinilla (PAR), que gobernó el pueblo entre 1983 y 2011, situó a este municipio de la estepa zaragozana en un lugar destacado de varios mapas urbanísticos.
Uno fue el del desarrollo, con un crecimiento de 1.205 a 5.213 habitantes entre 1999 y 2011 que coincidió con el duplicado largo del parque inmobiliario en los últimos diez años de esa serie, en los que el número de viviendas pasó de 1.329 a 3.305.
El otro fue el de la corrupción, con una ‘operación molinos’ cuyas pesquisas, iniciadas el 26 de diciembre de 2007, se mantuvieron como caso abierto hasta que el 13 de enero del año pasado, casi tres lustros después, el Supremo zanjaba la vía judicial con una sentencia que imponía a Pinilla penas que sumaban once años y cuatro meses de prisión y multas por valor de 6,5 millones de euros por varios delitos cometidos en una carrera delictiva de casi dos décadas.
La imagen de La Muela está estrechamente vinculada a la de los molinos de viento que jalonan su paisaje, que le sirvieron a la Policía para bautizar las investigaciones y que antes le habían servido a la exalcaldesa y a sus secuaces para justificar unos monumentales dispendios en viajes al Caribe y otras bagatelas clientelistas que acabaron quebrando el consistorio.
Depósitos de agua de cuando vivían menos de mil vecinos
Hoy La Muela tiene esa página pasada. O quizás solo vuelta, porque escrita está, y se recordará si no de por vida sí por muchos años, en la memoria de las gentes de un lugar paradójicamente fundado en la edad media para albergar un destacamento que debía proteger de los bandoleros a los transeúntes del camino real de Zaragoza a Madrid.
La gestión del consistorio en los últimos años ha ayudado a volver esa página. “Se han liquidado 18 millones de deuda por sentencias, por intereses y por obras que estaban sin pagar, entre otras. Ahora el ayuntamiento está con deuda cero y con catorce millones en el banco”, señala Tello.
La eliminación del precepto de la ‘ley Montoro’ que prohibía a los ayuntamientos invertir sus remanentes ha abierto las puertas a actuaciones que llevaban más de dos décadas pendientes, caso de la ampliación de los depósitos de agua potable o la del colector de aguas residuales.
Los primeros datan de 1977, de cuando en La Muela vivían menos de mil habitantes. Hoy residen en el núcleo la mitad de los 6.247 que el municipio suma con las urbanizaciones. “Son insuficientes y, además, hay que estar preparados para disponer de un almacenamiento ante las exigencias que va a plantear el cambio climático”, anota.
La otra infraestructura básica es el centro público integrado de enseñanza, cuya construcción va a acometer el Gobierno de Aragón en los terrenos que le cede el consistorio mediante un convenio.
Atenuar el impacto de los molinos en el paisaje
La relación de La Muela con los otros molinos, con los de los parques eólicos, también se encuentra en proceso de cambio al estar concluyendo la vida útil de 25 años de los que en el cambio de siglo dieron al pueblo su peculiar estampa, menos rentable de lo que difundía la propaganda local al quedarse los ingresos municipales por ellos en 300.000 euros anuales en la primera década de este siglo.
“En los proyectos de repotenciación que están llegando media docena de los nuevos aerogeneradores igualan en potencia a los 25 que ahora hay en algunos parques. Eso va a liberar mucho espacio y va a reducir notablemente el impacto paisajístico”, señala el alcalde.
La reducción irá de los 300 aerogeneradores actuales a un centenar, algo que, por la mayor potencia de los aparatos, elevará los ingresos municipales. Por otro lado, el 95% de los previstos se ubicará en terrenos del consistorio. “Eso evitará problemas”, añade.
En las próximas elecciones van a concurrir en La Muela seis candidaturas, tres de las cuales (Cha, PSOE e IU) llegan por la izquierda y otras tantas (PP, Vox y FIA) lo hacen por la derecha.
Cinco de ellas están encabezados por veteranos: el alcalde Tello en la de Cha, sus tenientes Jaime Ameller y Arturo Espada en las del PSOE e IU, Carlos Rodrigo en la de Vox y Marisol Aured, testigo protegido en la operación Molinos en calidad de denunciante, mientras Gerard Montornés lidera la de FIA.