Como era de prever, el grupo socialista en el Ayuntamiento de Zaragoza no dará su beneplácito al Plan de Movilidad Urbana Sostenible de Zaragoza (PMUS 2018 – 2027), que la semana pasada presentó Zaragoza en Común (ZeC). Lo han confirmado este martes asegurando que dicho proyecto supone “la pérdida de una oportunidad de oro para apostar por una movilidad de vanguardia en Zaragoza, capaz de resolver los problemas pendientes y de potenciar un modelo de ciudad con personalidad propia”.
Los socialistas consideran que el documento, “que ha perdido el carácter innovador de su predecesor” –aprobado por el Gobierno municipal del PSOE en 2006–, “pone el acento en las prohibiciones y en las imposiciones antes que en las alternativas y las soluciones, además de menoscabar la intermodalidad”. Pero sin duda, explican, “el principal problema que aqueja este documento es la falta de consenso con la que ha gestado, que es una herramienta fundamental si de verdad se quieren afrontar cambios o estrategias a medio y largo plazo”.
La responsable de Movilidad del PSOE, Lola Ranera, manifestó su “profunda decepción” con la manera en la que ZeC ha llevado a cabo todo el proceso del PMUS, “ya que más parece un programa de ideas y ocurrencias que un documento analizado, ponderado y coherente. Es, como si en el fondo, subyaciera el deseo de no llevarlo a la práctica”.
Señalan desde el PSOE que el plan “deja entrever la desconexión con la realidad de Zaragoza”, sobre todo, por organizar la ciudad en anillos, “en los que plantea severas restricciones a la movilidad rodada, sin tener en cuenta que en nuestra ciudad casi el 100 % de la población residen dentro del tercer cinturón”.
Este tipo de intervenciones, han apuntado, “que parecen copiadas de poblaciones con mayor número de habitantes, solo tienen visos de futuro si van precedidas de una ambiciosa intervención en materia de transporte público que multiplique las conexiones y los medios, a la vez que logre una importante reducción de tiempos de espera y de viaje”.
Han criticado también la inversión prevista, 548 millones de euros, porque, dicen, “no está clara su procedencia e hipoteca a las futuras corporaciones sin haber generado un pacto de fuerzas políticas y de ciudadanos”. Es un PMUS, ha asegurado Ranera, “sin ambición, de factura unilateral y sin una obligada correspondencia en un modelo de ciudad, del que ZeC carece, nace muerto y sin posibilidad de futuro”.
El rechazo de los socialistas a este Plan de Movilidad era algo esperado en las filas de Zaragoza en Común. La concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Teresa Artigas –encargada de su presentación la semana pasada– ya dejó entrever que esperaban encontrar estos obstáculos y explicó que el PMUS se puede aprobar por Gobierno. Es decir, que ese consenso, aunque aconsejable, no es necesario. De hecho, señaló que fue así (sin pasar por el Pleno) como, precisamente, el PSOE, aprobó el anterior en 2006.