En las próximas semanas volverán las obras de ampliación de la estación de Cerler hacia Castanesa y se colocará un nuevo telesilla en Formigal, en el valle de Izas. Así lo ha anunciado esta semana Aramón, que invertirá nueve millones de euros en este proyecto.
Las obras comenzaron en septiembre de 2019, cuando se retomó el proyecto tras la paralización hace más de cinco años por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón. En su momento, el Gobierno de Aragón aseguró que se había “matizado” la idea inicial para que pudiera desarrollarse “sin problemas económica y ambientalmente” con un presupuesto estimado de 40 millones de euros.
Las obras de este verano se centrarán en finalizar la adecuación de las vías de servicio que comenzaron el año pasado para la instalación de un nuevo remonte y en la adecuación de las pistas que partirán desde el collado de Basibé, así como en la obra civil para la colocación en 2021 del primer telesilla de este proyecto.
También se llevará a cabo un nuevo telesilla de Formigal, un desembragable de seis plazas, se colocará en la zona de Izas, desde la parte baja hasta el collado de Lanuza. El nuevo telesilla, un D-Line de Doppelmayer, cubrirá una longitud de 2.541 metros y un desnivel de 447 metros y tendrá una capacidad para 2400 esquiadores a la hora. Aramón asegura en un comunicado que “este remonte contribuirá a modernizar las instalaciones en este valle, uno de los más apreciados por los esquiadores de Formigal, donde la nieve natural se conserva con muy buena calidad hasta bien entrada la primavera”.
La ampliación hará que se pase de los 77 kilómetros esquiables de la actualidad a más de 100 y a contar con dos accesos al centro invernal, uno desde Benasque y otro desde Castanesa. Al frente del proyecto se encuentra la sociedad pública Castanesa Nieve, formada por el Ayuntamiento de Montanuy y Aramón, y a su vez participada al 50 % por Ibercaja y el Gobierno de Aragón.
Denuncia administrativa contra Aramón
La ampliación de la estación de esquí se ha encontrado con la oposición de los grupos ecologistas desde que se planteó hace diez años. La Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón sostiene que “este proyecto, de un pasado asociado a la burbuja inmobiliaria, ya fue rechazado por los tribunales hace una década por su especulación urbanística y el impacto que producía en una zona de alta montaña de elevado valor patrimonial y gran fragilidad”.
Ecologistas en Acción, miembro de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón, ha cursado una denuncia administrativa contra Aramón, por las obras realizadas sin permiso el pasado otoño de 2019 en el Valle de Castanesa. Desde esta organización sostienen que la empresa “inició las obras de la ampliación de la estación de esquí de Cerler por el valle de Castanesa, ejecutando 360 metros de una pista sin haber obtenido el imprescindible permiso, al no haber cumplido los condicionantes técnicos y los trámites administrativos a los que está obligada por las normas legales vigentes”.
En un comunicado esta organización también sostiene que la razón por la que la empresa actúa de forma “tan precipitada” es de origen económico: “Esto se resume en una huida hacia adelante, que, dadas las perspectivas climáticas, acabará en un fiasco que tendremos que pagar todos los aragoneses”. Sobre la cuestión climática también se ha pronunciado la Plataforma, que asegura que el cambio climático convierte este proyecto en “absurdo” y que rechazan este “modelo especulativo y nos gustaría que se apostase por otros modelos que asegurasen un futuro viable”.
Oposición política
La oposición al proyecto no solo viene de las organizaciones ecologistas. Chunta Aragonesista (CHA) también muestra su rechazo a la ampliación de la pista de esquí de Cerler, una oposición “histórica” según ha explicado Joaquín Palacín, presidente de CHA: “no compartimos ese modelo de desarrollo que lleva implícita la especulación urbanística y una agresión irreversible al medio ambiente en la zona”. En la misma línea se posicionaba Podemos Aragón en un comunicado, que considera que esta ampliación corresponde “a un modelo de desarrollo de tiempos pasados que en la actualidad no está justificado. Vivimos en un nuevo contexto de cambio climático, con una realidad social, económica y legal muy diferentes a los tiempos en los que se planificó”.
También han hecho referencia al informe elaborado por el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático que pronostica que el Pirineo perderá la mitad de la nieve en los próximos 30 años, “un estudio que invalida este proyecto, así como las inversiones millonarias necesarias para que vea la luz” aseguran desde la formación morada.
El coordinador de IU Aragón, Álvaro Sanz, insiste también en que es “un proyecto con nula proyección económica y altas afecciones ambientales, que se fundamenta en procesos especulativos urbanísticos, hormigonar el Pirineo, y que nada tienen que ver con el interés general ni los aprendizajes derivados de la crisis de 2008”. Considera a su vez que “el proyecto es antagónico con los intereses de Aragón, no sólo desde el punto de vista ambiental, también desde el social, económico y de modelo de desarrollo”. “No refuerza para nada el futuro a medio y largo plazo del turismo ni de la economía aragonesa”. A lo que la empresa considera que “la ampliación de Cerler hacia el valle de Castanesa proporcionará al valle un nuevo atractivo turístico compatible con la ganadería, un nuevo proyecto que abre posibilidades de futuro en la zona de Montanuy”.
Para Palacín “existen modelos de desarrollo turístico y deportivo más respetuosos que, de manera desestacionalizada, sirven para el desarrollo de las comarcas”. Y ha recordado la fragilidad de la apuesta del “monocultivo del esquí como recurso económico”. El presidente de CHA desconfía de la vialidad económica de este proyecto, además de la vialidad medioambiental “en un momento en el que vemos una evolución climática que no garantiza el funcionamiento natural de estas instalaciones en el futuro”.