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El arte y la tecnología se unen en Zaragoza mediante los drones y la inteligencia artificial

Claudia Gota Laborda

Zaragoza —

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El hemisferio izquierdo del cerebro es analítico, es la lógica, los números, la ciencia. El hemisferio derecho es creativo, es intuición, emociones, arte.

O, al menos, eso nos dice una de las creencias populares más extendidas sobre el cerebro. Una creencia que surgió a raíz de los experimentos médicos de Roger Sperry en los años 60 y que, si bien no es del todo falsa, sí que resulta incompleta y excesivamente simplificada.

Hoy en día sabemos que dicha división no resulta tan sencilla. Los dos hemisferios de nuestro cerebro están estrechamente interrelacionados a través de las conexiones nerviosas del cuerpo calloso y no funcionan de manera aislada e independiente, sino que cualquier tarea que realizamos activa diferentes zonas y grupos neuronales en uno y otro hemisferio.

En nuestro cerebro, razón y emoción, arte y ciencia, trabajan de la mano a diario. Sin embargo, la sociedad a menudo sigue levantando una frontera artificial entre ambos tipos de disciplinas. Ana Marcos y Alfonso Villanueva, palentina y zaragozano, han llegado a Etopia con su nueva exposición interactiva para mostrarnos lo que se puede conseguir cuando comulgan el arte y la tecnología.

“El mundo globalizado está especializado. El problema de la formación tan especializada es que no da vías para que las personas puedan desarrollar otras capacidades que hoy en día se valoran muchísimo como la creatividad y la innovación. Estas capacidades las podríamos tener si desarrolláramos ciencias y humanidades con un cierto equilibrio. Sería un gran binomio” comenta Ana Marcos.

Tanto ella como Alfonso Villanueva se graduaron como ingenieros, pero decidieron aparcar su carrera en el mundo de la ingeniería para centrarse en la investigación artística. Hoy codirigen el grupo 3Dinteractivo que busca comprender mejor la relación entre arte, ciencia y tecnología.

Desde su fundación en el año 2010 el colectivo no ha dejado de crecer, sus obras se han exhibido tanto en el territorio nacional como internacional (desde Burgos o Bilbao hasta Taiwán y Corea del Sur) y una de sus últimas exposiciones ‘Más allá de 2001: Odiseas de la Inteligencia’ logró atraer a más de 65.000 personas a sus instalaciones en Madrid. De este modo, el grupo 3Dinteractivo está ayudando a que la unión del arte y la tecnología sea poco a poco más visible en el panorama cultural español.

“Nosotros las imbricamos clarísimamente en todos nuestros proyectos. Aquí en España hay pocos centros donde se exhiba arte relacionado con tecnología o con ciencia; en otros países europeos se pone más atención en este aspecto. Nosotros vamos más despacio, pero aquí estamos, dando pasitos para que esto cambie, y vamos a empujar todo lo que se pueda” explica Marcos.

Drones e inteligencia artificial

El miércoles 23 de septiembre los artistas inauguraron en Etopia su nueva exposición ‘DRON::IA’ que se podrá visitar hasta el 30 de enero de 2021. Como ya nos adelanta el nombre de la muestra, en esta ocasión, Marcos y Villanueva han integrado en su obra dos de las tecnologías más punteras en la actualidad: drones e inteligencia artificial. Mediante la combinación de ambas, esta instalación artística interactiva muestra a los visitantes cómo nos ven y representan los dispositivos tecnológicos.

La exposición se divide en dos zonas interconectadas. En el primer espacio el visitante es escaneado desde distintos ángulos por un conjunto de drones. Los drones, equipados con cámaras, llevan a cabo la tarea de observación u obtención de datos, son los ‘ojos’ de la instalación.

A continuación, la información obtenida es analizada e interpretada por la inteligencia artificial, la ‘mente’ del proyecto, que ordena y combina las imágenes capturadas por cada uno de los drones para recrear la figura en movimiento del visitante desde todas sus perspectivas. Esta imagen aparece proyectada en el segundo espacio de la instalación, donde el espectador puede apreciar cómo somos percibidos por las máquinas. Además, los paneles también muestran una serie de datos sobre el proceso que se ha llevado a cabo, como el número de drones que han participado, los fotogramas que componen la imagen o información sobre el código software utilizado.

Para finalizar, se le plantea un último reto a la inteligencia artificial. Junto a la figura virtual de cada visitante aparecen tres retratos de la historia del arte - aleatoriamente seleccionados - que la IA intentará comprender partiendo de los datos almacenados. En esta prueba las interpretaciones dadas por la IA no suelen ser exactas, puesto que la abstracción que existe en el arte dificulta en gran medida su tarea de reconocimiento; pero sí que nos permiten visualizar el potencial de una tecnología cada vez más desarrollada y capaz de mejorar y aprender por sí misma.

A través de estos espacios interactivos, la visita a la instalación artística se convierte en una experiencia en la que el público adquiere un papel fundamental, formando parte tanto del proceso como del resultado final de la exposición.

“Una tónica general que se repite en muchas de nuestras instalaciones es el protagonismo del espectador, que se convierte en una parte esencial de la obra sin la cual la instalación no existe. Nos gusta que la gente se sienta mucho más involucrada en la experiencia artística; la gente tiene mucho interés en formar parte del proceso”, explica Alfonso Villanueva.

Reflexión sobre el uso de las nuevas tecnologías

Pero el objetivo de la exposición no se limita a la participación del público, también busca que esta experiencia lleve a los visitantes a reflexionar sobre el uso de las nuevas tecnologías y la enorme capacidad que poseen para analizarnos y extraer información. Los autores de ‘DRON::IA’ coinciden en destacar la importancia de ser más conscientes acerca de todo lo que conlleva el uso de la tecnología.

“Vivimos en una sociedad muy tecnológica en la que todo el mundo está acostumbrado a utilizar la tecnología, Internet, las redes sociales, los teléfonos móviles… y, sin embargo, parece haber muy poca reflexión sobre las implicaciones que estos desarrollos tecnológicos pueden tener. Queremos fomentar esa reflexión, que la gente sea más consciente de todas las implicaciones que puede tener el uso de la tecnología” señala Villanueva, que comparte su visión con Marcos: “Las grandes corporaciones tecnológicas están avanzando a pasos agigantados, parece que nos lo dan todo impuesto y que nosotros simplemente asumimos lo que hay. Queremos que, al visitar una exposición como esta, empieces a darte cuenta de dónde está ahora mismo la inteligencia artificial, cómo está evolucionando, qué hace, qué puede hacer, qué sabe de ti… que tomemos conciencia y podamos decir: queremos hacer esto, no queremos hacer esto”.

En un mundo en el que el número de dispositivos a nuestro alrededor no deja de crecer, DRON::IA nos muestra la capacidad de la tecnología para vernos e interpretarnos y deja la puerta abierta a nuevas incógnitas. Una de ellas, si las máquinas algún día serán capaces también de entendernos y captar la esencia de lo que somos. Desde 3Dinteractivo consideran que la verdadera pregunta no es si lo lograrán, sino cuándo lo harán: “Si es pasado mañana o dentro de cien años no lo sabemos, hay muchas opiniones distintas entre los científicos, un gran debate”. De lo que sí están seguros es de que si llega el momento en el que la inteligencia artificial iguale a la inteligencia humana y se alcance la singularidad, “ese momento marcará un cambio de era histórico”.