“Las mayorías de las casas son jaimas de lona engrasada, cualquier incidente con fuego se convierte en un auténtico desastre”. Así describe Enrique Valdearcos, bombero de Zaragoza, la situación que se vive en los campos de refugiados del Sáhara. Allí los incendios son habituales, porque cocinan con carbón vegetal, pero no tienen medios para sofocar el fuego, que se extiende rápidamente por las alfombras y las tiendas debido al material del que están hechas.
“Cada campamento de refugiados debería tener un parque de bomberos, pero ninguno lo tiene, ni siquiera lo básico”, comenta Valdearcos. Esta necesidad le ha llevado, junto a otros dos compañeros, a viajar a Tinduf para enseñar a un equipo de doce personas a actuar ante un incendio o una emergencia.
Estos tres agentes cuentan, por ahora, con el material donado por Bomberos de Zaragoza y el Ayuntamiento de la ciudad, tras la petición recibida por la asociación Um Draiga y la Delegación del Frente Polisario en Aragón, que conocen de cerca las prioridades del pueblo saharaui. Se trata de un camión autobomba Magirus T-24 que, aunque estaba en desuso por ser antiguo, se encuentra en perfectas condiciones. Junto a este camión con material de extinción de incendios, se ha donado también un equipo de excarcelación para accidentes y motobombas para extraer agua y llenar el camión.
El camión autobomba con el material de extinción de incendios se encuentra ya en los campamentos de refugiados. Conductores del parque de bomberos de Zaragoza lo transportaron hasta el puerto marítimo de Alicante el pasado mes de septiembre, donde embarcó con destino a Orán (Argelia). Allí miembros de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui Rivas-Sahel lo trasladó hasta Tinduf, donde lo entregó a La Media Luna Roja Saharaui.
El destino de este material era la Wilaya de Dajla, el campamento más alejado de Tinduf, a 170 kilómetros. Su ubicación, adentrado en el desierto, hace más necesaria la presencia de estos equipos de antiincendios, ya que hasta allí no llega la ayuda de los bomberos argelinos que, a veces, acuden a sofocar el fuego en los campamentos más próximos a Tinduf, indica.
Hasta el 10 de diciembre, estos tres bomberos de Zaragoza están formando y enseñando a este primer equipo a utilizar el material tan complejo, con la idea de extender la red a otros campamentos en colaboración con la ONG Bomberos en Acción. Para ello, se han puesto en contacto con cuerpos de bomberos de otras ciudades españolas, como Madrid.
“Queremos crear un grupo solidario, para que por lo menos los cinco campamentos más grandes estén dotados y tengan un servicio de protección civil”, comenta Valdearcos.
Este bombero de Zaragoza, vinculado a proyectos de cooperación desde hace años, tiene claro que quiere continuar con este proyecto solidario: “Cuando pidieron voluntarios no dudé ni un segundo, además, tengo la suerte de que me jubilo dentro de un mes, así que quiero seguir colaborando en todo lo que pueda. Si me tengo que desplazar allí, lo haré a gusto”, resalta.