Julia Guerrero (Zaragoza, 1997), estudiante de la Universidad de Zaragoza, ha sido la ganadora del premio al mejor expediente académico, en la cuarta edición de los Premios WONNOW, dotado con 10.000 euros y el acceso a un programa de mentoring. Con los Premios WONNOW, CaixaBank y Microsoft galardonan a las mejores estudiantes de grados universitarios científicos y técnicos de España, con el objetivo de impulsar la diversidad y la presencia de mujeres en el ámbito de la tecnología y las ciencias y animar a otras jóvenes a cursar estudios STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Enhorabuena por el premio WONNOW, ¿a qué va a dedicar los 10.000 euros con el que está dotado?
Me gustaría dedicarlo a la promoción y visibilidad de mujeres en el mundo de la ciencia y la tecnología, con la organización de distintas actividades de divulgación científica, en colegios, institutos e incluso en la propia Universidad de Zaragoza.
¿Por qué le parece necesario seguir organizando este tipo de actividades?
Porque las mujeres todavía seguimos siendo una minoría en este campo. El mundo en el que vivimos está muy digitalizado y en el futuro aún lo estará más. No nos podemos permitir que las mujeres no formemos parte de esa transformación tecnológica. Hay que impulsar la diversidad en este campo.
Es muy joven. ¿En su generación todavía ocurre que las mujeres no están participando en el campo de la digitalización?
Sí, creo que todavía ocurre. De hecho, los números los dicen: el porcentaje de mujeres estudiando carreras técnicas es muy bajo. Y aunque cada vez hay menos barreras, todavía siguen existiendo estereotipos en torno a estas carreras. Muchas jóvenes piensan que quizá esto no es para ellas.
¿Qué tipo de barreras cree que afectan más a las adolescentes de hoy en día?
Por un lado, el desconocimiento de lo que se hace en estos estudios. Dedicándote a la ciencia y a la tecnología, realmente puedes aportar mucho a la sociedad y mejorar la vida de las personas que te rodean. No es un trabajo en el que estés tú sola encerrada delante de un ordenador, que es algo que a veces llegan a pensar; sino que se trabaja en equipo y se hacen proyectos muy chulos y con muchas aplicaciones directas para la sociedad. Por otro lado, los estereotipos. Sobre las ingenierías, por ejemplo, suelen pensar que son muy difíciles, que no van a poder. También, los estereotipos de género: creer que estas carreras son más “para hombres” y que no van a encontrar su sitio.
¿Por qué lo de pensar que “no van a poder” les afecta más a ellas que a los chicos de la misma edad?
Hay estudios que dicen que ya desde Primaria, en general, las niñas sienten más ansiedad a la hora de realizar exámenes de matemáticas y que se sienten más inseguras, aunque luego los resultados sean iguales en chicas y chicos. Ellas sienten que se les da peor, que lo hacen peor. Ahí es donde tenemos que trabajar. Esto que comento es el resultado de un estudio que hizo aquí, en Aragón, la Asociación de mujeres investigadoras y tecnólogas, con unas encuestas que se hicieron entre más de 2.000 escolares de Primaria. Otra conclusión era que los docentes no son conscientes de esta situación. Por eso, también es importante que hablemos de este tema con los docentes.
En su propuesta de actividades, ¿también hay dirigidas a docentes?
Sí, las actividades que hagamos en los colegios siempre incluirán una charla con los docentes, explicando la situación y por qué hacemos estas actividades. Desde mi punto de vista, siempre deberían incluirse estas charlas.
Además de organizar actividades de visibilización y concienciación, ¿qué más se podría hacer?
(Piensa antes de contestar). Es difícil contestar a esta pregunta. Hace falta apoyo a la diversidad desde las instituciones públicas y, desde luego, también desde las empresas. Por supuesto, habría que mejorar la conciliación. La visibilización en los medios también es muy importante.
Más allá de estas barreras de autopercepción, ¿se ha encontrado usted con otras barreras?
La verdad es que yo no. En mi experiencia, no me he encontrado con barreras: me he sentido siempre apoyada tanto por mis compañeros como por mis profesores y profesoras y creo que mi opinión ha sido muy respetada siempre. Sí es cierto que en algunas clases he sido la única chica; he echado de menos tener más compañeras, pero no me he encontrado con barreras.
En los entornos familiares, con los vecinos... ¿sigue sorprendiendo hoy en día que una chica quiera dedicarse a algunas carreras científicas?
Un poco sí, cada vez menos, gracias a toda la visibilización que se está haciendo. Por ejemplo, cuando decidí que iba a hacer ingeniería Informática, me encontré con comentarios tipo a “no te pega hacer eso”. ¿Por qué no me pega? Porque no soy un chico encerrado en mi casa jugando a juegos de ordenador, que es el estereotipo que tenemos de informático. Sí se sigue escuchando ese tipo de cosas, aunque yo he tenido mucho apoyo tanto familiar como de amistades.
¿Tuvo muy claro desde pequeña que quería ser ingeniera informática?
No. A mí siempre me habían gustado mucho las matemáticas y la ciencia, pero la elección de Ingeniería Informática fue en el último año de Bachillerato. No sabía muy bien qué estudiar, tenía muchas dudas... De hecho, no sabía programar. Mucha gente tiene claro que le gusta y aprende a programar antes. Yo aprendí en la carrera y fui descubriendo que era lo que me gustaba poco a poco. Ahora, creo que es un campo con muchísimas posibilidades, con muchísimo futuro y, además, es muy creativo. Me hubiera gustado que me hubieran dicho de pequeña que la Ingeniería Informática permite desarrollar mucho la creatividad: puedes diseñar tus propias soluciones a problemas con tu ordenador.
¿Qué es lo que más le gusta ahora mismo?
Me he especializado, con un máster, en Inteligencia Artificial. Y acabo de empezar un doctorado en la Universidad de Zaragoza en Informática Gráfica, es decir, en la generación de imágenes sintéticas por ordenador. Tiene aplicaciones muy conocidas como los videojuegos o las películas de animación, pero también el desarrollo de prototipos digitales en todo tipo de industrias, en arquitectura... Todavía no sé hacia dónde me orientaré después, pero si tuviera que decir algo ahora, diría que me gusta mucho la investigación y la docencia.