Ayer, la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) recordó el pasado. Primero con la inauguración del memorial que homenajea a las 14 víctimas de la institución provincial que fueron ejecutadas en los primeros meses de la Guerra Civil. Posteriormente, y cumpliendo el mandato que emanó tras una propuesta del grupo En Común, se retiró la placa franquista que colgaba de la fachada del Palacio Provincial, sede de la DPZ.
El presidente de la institución, Juan Antonio Sánchez Quero (PSOE), exigió el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y que “los fusilados dejen de estar tirados en las cunetas”. Ojalá, dijo, cunda el ejemplo “y se multipliquen las iniciativas para honrar a todas las victimas que, al igual que estos diputados y funcionarios, sacrificaron su vida por una sociedad mejor y más justa”. Pidió, de igual forma, que se borraran del callejero “todos los nombres y símbolos que siguen recordando a las personas y los hechos que cortaron vilmente las libertades de este país”.
El memorial se ha situado en el jardín del Palacio de Sástago. Quero aprovechó para proponer que, a partir de ahora, ese espacio pase a denominarse 'Jardín de la Memoria'. En el acto se realizó una ofrenda floral en la que participaron diputados provinciales y representantes de varias asociaciones de víctimas de la Guerra Civil.
Retirada de la placa franquista
Y para ser consecuente con sus exigencias, al finalizar el acto se retiró de la fachada principal del Palacio Provincial (sede de la DPZ) una placa franquista, conforme a la petición realizada por En Común el pasado mes de enero. El portavoz del grupo parlamentario En Común, José Ángel Miramón, recordó que “el golpe militar fascista del 18 de julio de 1936 contra el régimen democrático republicano fue el inicio de una cruenta guerra que culminó con la instauración de la Dictadura Franquista”. Lo que supuso, explicó el diputado, “40 años de represión programada y sistemática, dirigida contra sectores sociales y políticos concretos”. En resumen, espetó, “un genocidio”.
Para Miramón, las instituciones públicas “tienen una tarea que aún no ha sido abordada: la recuperación de la memoria democrática”. Ya es hora, señaló, de que ejerzamos el derecho al conocimiento, al reconocimiento y a la justicia. Recordar el pasado para no repetirlo en el futuro“. Terminó con tres palabras: ”Verdad, justicia y reparación“.
Esto es lo que decía la placa recién retirada: