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Tras las huellas de los pastores que poblaron el Pirineo hace más de 7.000 años

  • Los hielos retrasaron la aparición de las primeras comunidades en el Pirineo. Para continuar las investigaciones, y tras la destrucción de la cueva de Chaves en 2009, Coro Trasito se ha convertido en una referencia nacional

¿Quiénes fueron los primeros pastores aragoneses? ¿Cómo vivieron? Para responder estas y otras preguntas ha finalizado ya la campaña de excavación arqueológica en la Cueva de Coro Trasito, en la localidad sobrarbense de Tella-Sin, tras tres semanas de intensos trabajos e interesantes hallazgos para propiciar el acercamiento del patrimonio geológico y arqueológico a los aragoneses. En una nueva apertura de excavación se ha recuperado, al menos, un enterramiento de un niño y de un bebé de pocos meses de vida, en muy buen estado de conservación y que, por su contexto arqueológico y a falta de su datación absoluta, se podrían atribuir al Neolítico antiguo.

Además, se espera que este hallazgo permita en el futuro poder realizar estudios de ADN que puedan establecer comparaciones y comprobar la existencia de relaciones genéticas entre esos primeros agricultores y ganaderos con la población actual de Sobrarbe. Se trataba de una nueva edición del programa ‘Excava con el Geoparque Mundial Unesco Sobrarbe-Pirineos’. Como en años anteriores, se ofrecía la oportunidad de acercar a los ciudadanos el patrimonio geológico y arqueológico de Sobrarbe, así como las técnicas y metodología utilizadas por los investigadores en un yacimiento real.

Seis voluntarios, con peticiones llegadas de toda España y tras un sorteo entre las 19 inscripciones previas, participaron activamente en la excavación del Coro Trasito, próxima al pueblo de Tella-Sin, para seguir avanzando en el conocimiento de esta cueva, utilizada desde el Neolítico por grupos humanos que basaban su medio de vida en el pastoralismo y la agricultura.

Hace 70 siglos ya se almacenaban animales y grano

Nacho Clemente, científico titular del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha sido uno de los arqueólogos que ha participado en los sucesivos trabajos en una cueva que aporta información relevante sobre cómo se organizaban las sociedades de hace 70 siglos. “Hemos conocido mejor cómo estructuraban el espacio, que dedicaban en parte al almacenamiento de animales y silos de grano”, comenta.

Esta labor les ha llevado a excavar una zona nueva en la que no se había entrado hasta la fecha y que se dedicaba a realizar enterramientos y para cuestiones de carácter simbólico. “Hay más restos humanos sin conexión con dos niños bien conservados. Individualmente, tenemos que realizar las dataciones y los resultados llegarán dentro de unos meses. Por las cerámicas y otros objetos arqueológicos puede ser de hace 6.500 o 7.000 años”, continúa Clemente.

Lo que los estudiosos de la Prehistoria en Aragón dan por seguro es que se produjo una oleada de población en el Pirineo con la que se instalaron allí estos pastores primigenios de manera fija, lo que se deduce entre otros factores de la cantidad de grano y cereal recuperado, también guisantes, que evidencian una dedicación importante a la agricultura. Coro Trasito se puede considerar ya un espacio de referencia tras la destrucción de la cueva de Chaves en 2009, que ofrecía un patrimonio del Neolítico de una riqueza extraordinaria. Los hielos no permitieron un asentamiento temprano en el Paleolítico Superior, por lo que es complicado dictaminar el origen y el momento de los primeros ‘aragoneses’.

Seis años de excavaciones con éxito

En 2011 se llevó a cabo un primer sondeo en la Cueva de Coro Trasito que permitió recuperar materiales de varios niveles arqueológicos de la Edad del Bronce al Neolítico. Dos años después se realizó un nuevo trabajo en el que se profundizaron seis unidades estratigráficas más. Las sucesivas campañas arqueológicas de 2014, 2015 y 2016 brindaron unos datos imprescindibles para conocer la economía y modos de vida de los primeros pobladores neolíticos del Pirineo central. Un buen número de silos y otras estructuras excavadas facilitan inferir sistemas de almacenamiento y una organización social del espacio muy interesante.

Los análisis del polen, semillas y carbones, así como el estudio de los restos de fauna, la industria lítica y la producción cerámica hacen pensar asimismo a los investigadores que la cueva pudo ser ocupada por esas comunidades humanas durante buena parte del año. El último momento de ocupación documentado hasta el momento es de la época del Bronce Final (alrededor del 1.500 antes de Cristo). Este nivel se asienta y corta directamente el último momento del Neolítico Antiguo y la ocupación del Neolítico Antiguo se extiende desde el 5.300 hasta el 4.600 antes de nuestra Era. En estas cuevas ya convivían animales y personas.

Visitas guiadas a Coro Trasito

La última edición del programa ‘Excava’ ha contado con la colaboración de las instituciones. La cueva de Coro Trasito forma parte del programa de visitas guiadas que organiza el municipio de Tella-Sin. El precio para los adultos es de 10 euros y los niños de 6 a 12 años pagan 5 euros. Estas se pueden reservar a través del número de teléfono 608 104 525. El punto de encuentro es el Museo del Oso de Tella. Después, la aproximación se realiza en coche por un tramo por pista de tierra en buen estado por el que puede subir cualquier turismo desde el dolmen de Tella hasta la cueva del Oso y la de Coro Trasito, a 1.600 metros de altitud, que se encuentran prácticamente unidas.

Otro de los puntos clave del Alto Aragón en este tipo de investigaciones se halla en el yacimiento de la cueva de Els Trocs, en la localidad pirenaica de Bisaurri. Entre otros descubrimientos se ha constatado un uso funerario de la gruta en la época Calcolítica, entre los años 3.000 y 2.500 antes de Cristo. Los arqueólogos desenterraron asimismo un fragmento del parietal izquierdo de un cráneo humano con una huella evidente de un flechazo que le atravesó la cabeza. En su interior muestra una incisión punzante y un levantamiento óseo sin desprendimiento exterior que muestra la herida aguda sufrida.

Desde que se iniciaron estos trabajos en 2009, el equipo dirigido por el profesor de la Universidad de Valladolid Manuel Rojo ya ha exhumado más de 20.000 restos de fauna, sobre todo de oveja y cabra, lo que ha dado pie a los científicos a plantear que este tipo de actividad económica tan específica, la trashumancia, se realizaba ya desde hace 7.300 años.