El Estado de Alarma ha dejado en la comunidad aragonesa numerosos comportamientos irresponsables por parte de la ciudadanía. En unos momentos difíciles para el país y con la Sanidad desbordada por la pandemia del coronavirus, hay a quienes no les importó ni siquiera exponerse a sanciones de hasta 10.000 euros por incumplir el confinamiento: desde el ciclista que presumía por las redes sociales de saltarse la cuarentena para entrenar, a los vecinos que quedaron para jugar un partido de fútbol.
Los quince primeros días del Estado de Alarma en Aragón dieron lugar a propuestas de sanción y hechos difícilmente imaginables en una situación inédita. Entre ellas, la del varón de 57 años que circulaba ebrio con su bicicleta y que terminó cayendo a una acequia, en el término municipal de Mallén. Cuando la Guardia Civil lo encontró, estaba cubierto de barro y con síntomas de hipotermia. Por este último motivo, la benemérita solicitó una ambulancia para trasladar al accidentado a un centro hospitalario de Zaragoza. La historia no acabó ahí. A mitad de trayecto, el hombre se tiró de la camilla e intentó bajar del vehículo en marcha. Los agentes se personaron, nuevamente, y tras comprobar que la persona no presentaba limitaciones de movilidad ni muestra de dolor alguna, decidieron deshacer el camino y trasladar personalmente al infractor a su vivienda.
El 'idilio' entre infractores y bicicletas en esta cuarentena tiene otros capítulos más. Eduardo Santas, medallista paralímpico y campeón del mundo de ciclismo en pista, recibió el 28 de abril la denuncia de la Guardia Civil cuando se encontraba entrenando en las calles de su urbanización sin disponer de ningún permiso. Tal y como explicó al instituto armado, y luego declaró a la agencia de noticias EFE, formaba parte de su rutina diaria de ejercicios especializados: “Tras estar calentando previamente en casa, salgo al barrio, lo he hecho dos o tres veces, y doy la vuelta de bajar y subir una cuestecita al lado de mi casa donde no hay absolutamente nadie, ni un gato”.
Menos discreto fue el vecino de Caspe, que alardeó en los primeros días de confinamiento de romper las normas y subió a una red social las imágenes del recorrido de su entrenamiento en bicicleta: “[...] si ellos están tan amargados y presos en sus casas, no es mi culpa. Indignaros (sic) con la gente que os engaña y se ríen en vuestra cara...”. La entidad deportiva a la que pertenece, el Club Ciclista Caspolino, actuó de manera inmediata e informó debidamente a la Guardia Civil. La detención de dicha persona, propia de un film de Berlanga, se produjo en las puertas de su garaje, tras ignorar las luces y sirenas de la patrulla. Esgrimió que volvía de un campo de su propiedad, pero era falso.
También fueron cazados a través de las redes sociales cinco vecinos de la localidad turolense de Andorra. Se citaron nada más comenzar la cuarentena para jugar un partido de fútbol por la noche y luego compartieron un vídeo en internet. El resultado: sanción, al igual que en los casos anteriores.
Cazado en Huesca con medio kilo de hachís en la rueda de repuesto, y recolecta de setas en tierras turolenses
Los controles realizados por la Guardia Civil para asegurar el cumplimiento de las restricciones del Real Decreto del Estado de Alarma también han dejado escenas cuando menos llamativas. Un hombre de 38 años y vecino de Panticosa fue detenido el 2 de mayo en la N-240, a la altura del término municipal de Sigüés, por tráfico de drogas, además de infringir las medidas impuestas por el Gobierno central. Ocultaba 500 gramos de hachís en la rueda de repuesto de su coche.
Un joven valenciano de 19 años en La Almunia de Doña Godina fue imputado el 29 de abril por un delito de robo con fuerza y otro contra la seguridad vial, pues no tenía carnet de conducir. Un día después, y en la misma localidad zaragozana, también fueron detenidos tres jóvenes de Ricla como presuntos autores de un delito contra la salud pública, al incautarles cerca de ocho gramos de marihuana, 162 comprimidos de antidepresivos y ansiolíticos, 100 euros en billetes y una trituradora manual con restos de marihuana.
La recolecta de colmenillas, una especie de setas utilizadas en la alta cocina, llevó a un vecino turolense a saltarse la cuarentena y desplazarse a mediados del mes de abril hasta La Ginebrosa, localidad de su misma provincia. Cuando llevaba recogidas cerca de un kilo de setas, fue sorprendido por agentes del Seprona de la Guardia Civil, quienes lo sancionaron por incumplir el confinamiento y la Ley de Montes de Aragón, ya que hacía uso de una bolsa para impedir la caída de esporas.
Personas sin hogar sancionadas en Zaragoza por esperar en un comedor social
Más allá de las sanciones impuestas por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado debido a comportamientos poco edificantes de la ciudadanía, hay otros casos donde la aplicación estricta del Real Decreto de Alarma ha dado lugar a multas que podrían ser objeto de recurso. En concreto, desde la ONG Bokatas en Zaragoza denuncian situaciones donde las personas sin hogar se han visto perjudicadas.
Algunas de las personas sin hogar en Zaragoza no han accedido a los recursos del Albergue Municipal y el pabellón temporal habilitado por el Consistorio. La espera a la entrada de los comedores sociales ha supuesto varias multas para este colectivo ciudadano. Entre todos estos casos, el coordinador de Bokatas Zaragoza, Pedro Casanova, destaca el de una persona que recibió una sanción “por ir una hora antes de la apertura del comedor de la Parroquia del Carmen para empezar a hacer fila en el turno del mediodía”.
El recurso de las sanciones
Desde el inicio del Estado de Alarma, el 14 de marzo, se han registrado en Aragón 30.193 propuestas de sanción y 190 detenidos (cifra actualizada el domingo 24 de mayo). En los casos de incumplimiento de las restricciones del Gobierno central durante el confinamiento, el Ministerio del Interior ha elegido la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, más conocida como 'Ley Mordaza', como vía para interponer las sanciones.
Esta decisión, la de seleccionar la Ley Mordaza frente a otras como la Ley General de Salud Pública o la de Protección Civil. ha dado lugar a un aviso por parte de la Abogacía del Estado, que señala en un informe que incumplir las limitaciones no puede ser calificado directamente como infracción, tal y como contempla el artículo 36 de dicha norma. Añade la Abogacía que, para ser sancionado, el ciudadano debería desatender el requerimiento del agente que le haya descubierto incumpliendo ley. A las complejidades normativas se une la dificultad de procesar todas las propuestas de sanción por parte del Ministerio del Interior, que ascienden a 1.044.717, a fecha del 23 de mayo.
Desde diferentes despachos de abogados se suman a la tesis de la Abogacía del Estado y cuestionan las multas interpuestas a ciudadanos por no ir a comprar al supermercado más cercano o adquirir productos que no son de primera necesidad. “Su legalidad es cuestionable, ya que la norma que declara el estado de alarma permite salir a la calle para comprar alimentos, sin ninguna limitación respecto a la distancia de la tienda o qué alimentos adquirir”, señalan desde Doga Abogados.
Ante la notificación de una sanción con la que el ciudadano no está de acuerdo, hay dos opciones: pagar la multa inmediatamente con un 50% y recurrir directamente en los tribunales, o recurrir la multa a través de un proceso que puede constar de varias fases. En este último caso, se da la opción a la persona sancionada de presentar alegaciones; si son desestimadas, se podrá recurrir la multa ante la Administración antes de acudir, por último, a los tribunales. Sea como fuere, los plazos para el recurso de las multas están suspendidos mientras dure el Estado de Alarma.