¿Qué piensan los españoles, en este caso los aragoneses, sobre los inmigrantes? ¿Qué creencias, falacias en la gran mayoría de los casos, están más extendidas? El Ayuntamiento de Zaragoza las ha reflejado en un documento. El programa ‘Zaragoza, Ciudad Antirrumores’ tratará de desmontar todas esas opiniones despectivas hacia los inmigrantes que tantas veces se escuchan.
Con la ayuda de la Fundación Federico Ozanam y SOS Racismo Aragón, el Consistorio de la capital aragonesa ha elaborado un manual en el que se muestran los rumores más extendidos. La conclusión no es demasiado halagüeña, ya que hay un extenso listado de falsas creencias. Se dividen en nueve apartados: convivencia; servicios sociales; economía y empleo; salud; educación; comercio; género; espacios públicos, y derechos y deberes. Cada uno de los rumores se compensa con uno o varios antirrumores.
Dentro de la convivencia, las creencias son: nos invaden; no quieren integrarse; llegan a España en pateras y de forma irregular; con la presencia de personas inmigrantes ha aumentado la delincuencia en España; son ruidosos, ponen la música alta, viven hacinados y cocinan con especias.
Con datos, se explica en el manual que los extranjeros suponen el 10,12 % de la población total en España. Porcentaje muy lejano a lo que podría considerarse una ‘invasión’.
En cuanto a los servicios sociales, se cree que los inmigrantes quitan las ayudas a los españoles; viven de las ayudas sociales, y vienen para poder beneficiarse del estado del bienestar que tenemos en España. Para desmentirlo, se hace mención a que la normativa de acceso a las prestaciones, la Ley 5/2009, de 30 de junio, de Servicios Sociales de Aragón, “se hace en función de la necesidad de la persona y no de su origen. Ser extranjero ‘no puntúa’ en ninguna de las prestaciones del Sistema de Bienestar”.
Lo más habitual, si se trata de economía y empleo, es pensar que vienen a quitar el trabajo a los españoles; se benefician de las prestaciones por desempleo que existen en España, son mano de obra barata y hacen que los sueldos bajen; son una carga fiscal para el Estado, y son trabajadores de baja cualificación. ¿Cuál es el contrapunto?: “En Aragón, sectores como la agricultura o el servicio doméstico dependen de la presencia de extranjeros, sin los que la producción y la actividad no se podrían sostener. Más del 70 % de los afiliados al Régimen Agrario son extranjeros, habiendo llegado al 90 % en algunos años”.
Salud, educación y comercio
En al ámbito de la salud, está extendido que abusan y hacen mal uso del sistema sanitario; que nos transmiten enfermedades; vienen a hacer ‘turismo sanitario, y reciben prestaciones y acceden a servicios sin cotizar por ellos. ¿Verdadero o falso?: “En 2015, hasta cuatro estudios diferentes, de la Fundación de Ciencias de la Salud, del Instituto Carlos III, de la Universidad de Castilla-La Mancha, y de la Fundación Ecodes, llegan a la misma conclusión: no solamente no colapsan la sanidad, sino que los inmigrantes la usan menos que los españoles”.
Y en la educación, ¿cuáles son las principales calumnias?: la presencia de alumnado extranjero implica un descenso de la calidad educativa y las becas y plazas en los colegios se conceden prioritariamente a personas de origen extranjero. Antirrumor: “Las altas tasas de abandono escolar que se registran en España tienen un origen anterior a la llegada de personas extranjeras a nuestro país. No hay evidencias empíricas que muestren que la presencia de alumnado de origen extranjero contribuya a bajar el nivel académico”.
Muchos inmigrantes crean su propio pequeño comercio en España, eso provoca que sus vecinos afirmen que los comercios regentados por ciudadanos extranjeros asaltan el mercado y crean una fuerte competencia; que no pagan impuestos, y que hacen competencia desleal al no respetar los horarios. Se desmonta en el manual explicando que “las personas extranjeras han contribuido a mantener el comercio de proximidad en una Comunidad como Aragón, que tiene la mayor densidad de centros comerciales de España: 474 metros cuadrados por habitante”.
Del mismo modo, los extranjeros no se benefician de exenciones tributarias, porque “toda persona que reside en España tiene la obligación de pagar las tasas, contribuciones especiales e impuestos estatales, autonómicos y municipales establecidos para todos los ciudadanos”.
Género, espacios públicos, derechos y deberes
De las mujeres inmigrantes se dice que son sumisas y promiscuas. Respecto a la violencia de género, la percepción es que es mayor en la población inmigrante. Sin embargo, “las mujeres representan la mitad de los inmigrantes a nivel mundial”. Sobre su actividad sexual, el manual es meridiano: “Las mujeres adultas, sean o no inmigrantes, tienen el derecho de vivir su intimidad como mejor les parezca al tratarse de un tema privado que ha de ser respetado”.
Otra de las frases manidas es que hacen un mal uso de los espacios públicos. Lo que la campaña municipal combate afirmando que “el uso de espacios públicos por parte de la población extranjera viene condicionado por factores económicos, sociales, de vivienda y culturales. La vida al aire libre se entiende de forma distinta en las diversas culturas”.
Y, por último, derechos y deberes; con cuatro rumores: las mujeres inmigrantes llegan embarazadas para poder tener la nacionalidad española cuando sus hijos nazcan en España; tienen hijos en España para que sean españoles y obtener a través de ellos papeles en nuestro país; es muy fácil conseguir la nacionalidad española, y no tener papeles es un delito.
No es cierto: “Si una mujer que llega embarazada da a luz en territorio español, ni ella ni su hijo son españoles ni obtienen la nacionalidad y/o regularizan su situación. A diferencia de otros países, en España la nacionalidad se adquiere principalmente por ius sanguini, es decir, una persona que nace en España no es española si ninguno de sus padres es español”.
Se repasan en este artículo todos los rumores explicitados en el manual y solo alguno de los antirrumores. Sin embargo, la totalidad de las creencias, sin excepción, tienen su contrapunto siempre basado en datos e informes oficiales.
El documento nace de un prolijo estudio en el que se han tenido en cuenta libros, estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), del Ministerio del Interior, del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), artículos escritos en prensa y diversos gráficos, entre ellos, un buen número del Instituto Nacional de Estadística (INE).