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El Museo de la Guerra Civil de Teruel “no diferenciará entre bandos” porque “quiere llamar a la reflexión”

La comisión asesora del proyecto del Museo de la Guerra-Batalla de Teruel ha celebrado este lunes su primera reunión, que ha sido presidida por la consejera de Educación del Gobierno de Aragón, Mayte Pérez. Este espacio se creó jurídicamente el pasado año y su redacción museográfica y arquitectónica se llevará a cabo durante 2019.

Se han avanzado algunas de las características que tendrá y se ha hecho hincapié en que es un proyecto que “pretende aflorar el sentimiento de cada uno de los observadores en contra del odio y la sinrazón”.

Tendrá, han explicado, dos grandes tipologías de módulos museográficos: unos mostrarán la Guerra Civil en su amplio contexto (hasta llegar a la inmediata postguerra) y otros enseñarán lo que ocurrió en Teruel, justo en el año en el que se cumplen 80 años de la batalla de la ciudad, “donde se desarrollaron los más violentos y destructivos ataques contra la población civil entre el 15 de diciembre de 1937 y el 22 de febrero de 1938”.

Estos módulos, han señalado, serán temáticos, “pero no diferenciarán en ningún caso entre bandos, porque el museo quiere llamar a la reflexión y a la lucha contra el odio y la intolerancia. Profundizando en esta idea, el final de la zona de exhibición se plantea abierto, buscando que el propio visitante saque sus propias conclusiones sin pretensión alguna de adoctrinamiento”.

Se llevará a cabo en un edificio de 3.500 metros cuadrados. Arquitectura y museografía, han dicho, “se presentan en esta iniciativa como un conjunto coherente e indisociable que buscan multiplicar el efecto de su mensaje”, a través de una exposición permanente, un espacio importante para exposiciones temporales, un auditorio y una zona de servicios con cafetería y tienda. Por añadidura, contiene importantes espacios técnicos para almacenaje y carga y descarga, una biblioteca que será especializada y muy útil para los investigadores y espacios para que las asociaciones memorialistas puedan desarrollar cuantos proyectos consideren oportunos.

Además, el edificio incluye un gran recinto al aire libre concebido como jardín reservado para albergar una amplia muestra de materiales pesados de guerra (acorazados, tanques, etc.) y el recuerdo y homenaje a las víctimas a través de un memorial por la paz en un material que refleja para que la sombra del visitante se vea sobre los nombres y una película de agua que impida el vandalismo.

“Es hora de hacer un museo de la reconciliación”

Mayte Pérez ha declarado que este primer encuentro sentará las bases de lo que serán sus contenidos y establecerá un cronograma de actuaciones para lograr que este proyecto “sea un referente nacional e internacional”. En la primera reunión han participado también los directores generales –del Gobierno de Aragón– de Relaciones Institucionales y Desarrollo Estatutario (Julio Embid) y de Cultura y Patrimonio (Nacho Escuin), así como el presidente de la comisión, el profesor de Historia Social y del Pensamiento Político de la Universidad Nacional de Educación a Distancia Javier Paniagua.

Paniagua ha recalcado que la misión de este grupo de trabajo es consensuar lo máximo posible entre los distintos historiadores todas las perspectivas históricas y hacer un relato que pueda ser asumido globalmente: “Todos los nuevos museos van por ese camino, como pueden ser los del Holocausto en Berlín o el que proyectó Obama en Pensilvania. Creemos que, después de 80 años, es hora de hacer un museo de la reconciliación”.