Asturias, la costa mejor conservada de España pero con riesgos: “Otras autonomías deberían tomar ejemplo”

Bárbara Bécares

Oviedo —

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El informe 'A toda Costa' de la organización ecologista Greenpeace, publicado el pasado mes de julio, situaba la costa asturiana en riesgo con una advertencia “empezaremos a perder playas en los próximos diez años”. 

La información a primera vista es alarmante y contrasta con el informe del mismo organismo del año 2018 en el que el titular del estudio afirmaba que esta era “la comunidad autónoma con menor territorio costero degradado”. En 2013, el mismo organismo afirmaba como titular que  “Asturias es la Comunidad Autónoma que mejor ha conservado su costa frente al ladrillo y el hormigón”. Mientras que, paradójicamente, se trataba de la comunidad autónoma que menos superficie total protegida tenía en aquellos momentos en la franja de los primeros 500 metros, solo un 27%. 

¿Qué ha pasado en estos años para este drástico cambio? Que no cunda el pánico, al menos por el momento. María José Caballero, bióloga y responsable de campañas de Greenpeace dice que por ahora la ciudadanía asturiana puede seguir orgullosa de su costa y que las demás comunidades autónomas tienen mucho que aprender. La región sigue teniendo las costas mejor conservadas de todo el país. Solo que el informe de ahora es más alarmante porque hay muchísima más información sobre los efectos que el cambio climático y los fenómenos meteorológicos varios pueden generar en la naturaleza y de ahí la información más pesimista del último informe.

“Es un ejemplo del que tendrían que tomar nota muchas Comunidades Autónomas”, afirma Caballero. Como veremos más adelante, no solo las políticas del gobierno autonómico tiene que ver, sino que hay coincidencias geográficas y ha habido mucha movilización ciudadana contra la masificación del ladrillo, que ha ayudado en la historia reciente de Asturias a esta manutención saludable de la costa. 

“Gracias a toda la investigación científica que existe podemos dar información con muchos más detalles que hace 10 años sobre los retos que enfrenta la costa asturiana”, afirma la experta de Greenpeace. “Que es la costa mejor conservada, eso es un hecho, pero otra cosa es cómo se van a afrontar los riesgos que existen”, comenta para ElDiario.es. Un dato positivo: tiene muy poco litoral que sea artificializado, solo un 6,3% (puertos, viviendas, paseos marítimos, depuradoras…). Asturias cuenta con 472 kilómetros de costa, de los que 272 son de playas. La experta pone el caso astur en comparación con otros lugres de España: en provincias como Málaga queda solo un tramo de 20 kilómetros libre de construcciones. “Siempre ha habido mucho cuidado de la costa en comparación con el resto de regiones”, afirma la bióloga. 

Por ello, Asturias se enfrenta con muchas mejores condiciones de base a los problemas que llegan ahora con el cambio climático de los que habla el informe de Greenpeace. La Ley de Costa determina que hay que proteger los primeros 100 metros. Cuando se dictó a nivel nacional, Asturias ya tenía una normativa que hablaba de proteger los primeros 200 metros (algo que, hay que recalcar, como hace Caballero, en algunos puntos se acabó quitando). Además a la hora de buscar información de la situación en las costas, Asturias ya tiene realizado estudios sobre qué zonas de la costa va a afectar más el cambio climático mientras que otras regiones solo tienen los estudios que ha hecho el Ministerio del gobierno central, aclaran desde Greenpeace. 

El cambio climático es una urgencia

Eso sí. El cambio climático es un hecho que puede hacer peligrar este pequeño paraíso, como tantos otros: el calentamiento de la temperatura marina, la erosión que causa la subida del nivel del mar, los fenómenos meteorológicos…Y ahí sí que en el Principado de Asturias y en el gobierno central deben tomar medidas para evitar que la contaminación siga a los niveles de la actualidad. 

Y es que no hay mucho tiempo: “para 2030 ya se esperan impactos graves”. Los sitios que se verán especialmente afectados serán diversas playas de Llanes, desembocadura del río Sella, Lastres, ría de Villaviciosa, Gijón, Cabo de Peñas, ría de Avilés, desembocadura del Nalón, Cudillero, desembocadura del Esva, Barayo, ría de Navia, Penarronda y la ría de Ribadeo, entre otros. Y para final de siglo, de seguir la actual tendencia, Asturias perdería casi el 1,2% del total de su superficie por inundación costera permanente. Se está acelerando la subida del nivel del mar y la intensidad de los fenómenos meteorológicos y atajar el cambio climático es esencial y una prioridad, alertan desde Greenpeace. 

Es muy importante “aplicar políticas ambiciosas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y normativas de adaptación y protección de la costa de acuerdo con lo que marca la ciencia” e “impedir la construcción de infraestructuras y la urbanización que generen barreras artificiales que hacen de pantalla e impiden que la arena se deposite en las playas y aumentan la virulencia de los temporales marinos”, entre otras medidas.  Además, la turistificación masiva también es una causa del peligro. 

El problema que supone el turismo masivo

Ahora bien, aquí viene un tema muy importante y de máxima actualidad cuando hablamos de costa y cuidado de las zonas cercanas al mar. Mientras que la subida del precio de la vivienda a causa de los alquileres turísticos es un tema de mucha preocupación entre la ciudadanía española (y no es para menos si se miran las cifras), destaca que la costa del país, junto con los centros de las grandes ciudades son los lugares que más pueden sufrir de este fenómeno. Hace unas semanas, una inmobiliaria calculaba que los precios en la costa este año pueden crecer un 10% o más en este verano en comparación con los alquileres de hace un año. 

Una de las medidas que contempla Asturias para poner coto a esta actividad antes de llegar a los niveles de otras comunidades autónomas más turísticas es poner el concepto de zona turística protegida para aquellas áreas en las que se superen los niveles máximos de oferta y demanda, tanto de actividades como de establecimientos; o donde se pongan en riesgo el medio ambiente o los recursos turísticos básicos.

Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecoloxista de Asturies comparte claros ejemplos en los que la movilización ciudadana ha sido básica para frenar planes inmobiliarios masivos, que podrían haber saturado la costa desde el año 2000. Pontigo recuerda que, tradicionalmente, el clima lluvioso y las malas comunicaciones hacia y desde Asturias, además del relieve de la costa (que no ofrece un panorama plano) permitieron a la región escapar del turismo de masas y de la edificación sobre el mar. De todos modos, en la época de la burbuja inmobiliaria, antes de su explosión en 2008, cuando toda España construía en masa, la costa asturiana también planeaba grandes proyectos de ladrillo. El portavoz de la Coordinadora Ecoloxista d´Asturies da ejemplos muy claros en cifras: Ribadedeva proyectó 2.400 viviendas nuevas, “más que vecinos” o Caravia quiso construir 1.900 edificaciones, “más que los vecinos que vivían de continuo en el concejo”. Recuerda el activista que antes de la burbuja inmobiliaria, cuando se vendían muchas viviendas, “había un descontrol total”. Todo esto según las cifras aportadas por la Coordinadora Ecoloxista d´Asturies. 

Estos son ejemplos en los que la ciudadanía de la región debe fijarse por si la nueva presión turística lleva de nuevo a temer ver la costa sobrepoblada de segundas residencias y apartamentos destinados al turismo. Hubo muchas ocasiones en los que municipios costeros que viven despoblación durante el año, y se ven saturados en verano, veían grandes planes aprobados de construcción de viviendas que iban a ser destinadas a esos visitantes estacionales.

Además del pinchazo de la burbuja de 2008, la movilización vecinal consiguió parar algunas de las construcciones, como explica Pontigo. Como ejemplo del descontento está Llanes, uno de los concejos más turísticos de la costa. De hecho, este concejo pasó de ser gobernado por el PSOE durante décadas, a tener como alcalde desde 2015 al líder de una agrupación vecinal, Vecinos x Llanes, como recuerda el portavoz de la organización ecologista. Hay que tener en cuenta que en 2018 se calculaba que la segunda residencia suponía en el concejo un 38% del total de viviendas y que un 17% de los inmuebles estaban vacíos, como señalaba un estudio. Esto se une al alto coste de la vivienda que hace difícil a la población local comprar viviendas, ya que compiten con turistas de sueldos más altos que han llevado a la subida de los precios. Otro ejemplo de movilización ciudadana es 'Sueve Verde' que ha estado especialmente activo en Caravia. 

La norma que existe es el POLA o Plan de Ordenación del Litoral Asturiano, que impide la construcción en los primeros 500 metros de la costa, excepto en zonas urbanas, “lo que ha generado un coladero en algunas localidades donde han aparecido casas en los mismos acantilados al considerar algunas lugares como núcleos, cuando no lo eran”, considera el experto desde la Coordinadora Ecoloxista. Recuerda que hay proyectos polémicos en la actualidad para retomar su construcción, como el Villademar en Cudillero con 1.000 viviendas en un pueblo de 300 vecinos. Algo que siente Fructuoso Pontigo es que tras el parón de la Covid, “el movimiento vecinal está menos activo que antes”