Fernando Rodríguez ya sabe lo que es la vida del jubilado: no estar pendiente del reloj y poder ir sin prisas a hacer cualquier gestión. Era su aspiración desde que anunció que iba a cerrar la librería “San Andrés” que regentaba junto a su mujer, Carmen Mon Uviaño, desde hace 24 años, en el centro de Pola de Allande/La Puela, capital del municipio más interior de la Comarca Vaqueira. Pero una preocupación impedía que disfrutara de su ansiada jubilación: no tenía relevo.
La falta de candidatos para hacerse cargo del negocio le llevó a recurrir a las redes sociales y más de cien personas contactaron con él para interesarse por la vida en esta localidad de la España vaciada.
Un vídeo promocional de Asturias en You Tube y las posibilidades que ofrecía esta nueva oportunidad laboral convenció a un matrimonio que residía en Palma de Mallorca. Hicieron las maletas y se trasladaron al Principado. Este miércoles, día 22, abre de nuevo las puertas de esta librería multifuncional, donde hasta ahora se vendían libros, revistas, material escolar, juguetes y golosinas.
“No podía dejar escapar esta oportunidad. Todo me parece como un cuento”, explica emocionada Magdalena Dzieciniak, su nueva propietaria, que ha decidido que el establecimiento siga conservando el nombre de San Andrés, patrono de la capital allandesa.
La paz y tranquilidad del pueblo
Magdalena nació en Polonia, aunque a los 15 años se fue a vivir a Palma de Mallorca. Su marido Jonathan es argentino y el matrimonio tiene una hija de 10 años, Sasza, que ya se ha escolarizado en Allande y que, según cuenta su madre, está “muy ilusionada” con este nuevo rumbo que ha dado a su vida.
Magdalena es arquitecta de interiores y una apasionada del dibujo en particular y de las artes en general. Estará al frente de la librería y contará con la ayuda de su marido especialmente en todo lo relativo al papeleo y los temas contables. Él es autónomo y en Mallorca trabajaba como mecánico de coches, barcos y aviones.
Siempre nos había llamado la atención la zona del Norte, que conocíamos solo a través de libros, reportajes y de You Tube. Después de vivir en un sitio tan saturado como Mallorca vemos que aquí hay mucha tranquilidad y la gente es muy cercana
La familia ha encontrado la calidad de vida, la paz y la tranquilidad que iban buscando en esta pequeña localidad situada a unos cien kilómetros de la capital asturiana. Magdalena ya tiene muchas ideas y proyectos para llevar adelante, entre otros, quiere organizar charlas divulgativas para dinamizar la zona.
“Espero que por lo menos mi madre venga a visitar este sitio, se enamore y pueda venir a vivir aquí con nosotros. También ha venido un cuñado a ver la zona”, dice Magdalena.
“Siempre nos había llamado la atención la zona del Norte, que conocíamos solo a través de libros, reportajes y You Tube. Después de vivir en un sitio tan saturado como Mallorca vemos que aquí hay mucha tranquilidad y la gente es muy cercana”, compara.
Una de sus prioridades era encontrar una vivienda en buenas condiciones y asequible, pero no era tarea fácil, según ella misma relata a elDiario.es Asturias: “En las viviendas que están habitables viven los profesores durante el curso escolar. Nosotros alquilamos un piso desde Palma, pero cuando llegamos a Pola de Allande no se podía dormir ahí. La casa llevaba cerrada muchos años, tenía mucha humedad y estaba pegada al río y no nos pudimos quedar en ella”, expone.
Este imprevisto obligó a la familia a alojarse provisionalmente durante unos días en un hotel mientras encontraba la vivienda que se ajustaba a sus necesidades.
Magdalena: “Vivir aquí es como un sueño”
Magdalena está entusiasmada por la reapertura de la librería. Explica que debido a su pasión por el arte ha gastado mucho dinero en papelería para la ilustración de sus proyectos. Ella es una persona muy activa y dinámica. En Palma, además de realizar exposiciones de dibujo y fotografía, llegó a montar una tienda vintage de reciclaje y puso en marcha varios proyectos educativos para centros escolares sobre comercio.
Para ella, trasladarse a vivir a un pueblo era una idea que califica como “redonda”: “Cuando mi marido y yo vimos videos de Asturias y el reportaje de que se iba a cerrar una librería empezamos a buscar en primer lugar que en el pueblo hubiera un colegio para la niña. Queríamos que estuviera cerca y pudiera ir caminando. Es increíble para ella que por primera vez pueda ir sola al colegio. No se lo cree, porque en Palma no la dejaba sola ni en las escaleras”, asegura Magdalena.
“Cada día que pasa es como un sueño este lugar. Yo sigo sin creerlo. Todo es redondo: el clima, la tranquilidad, la gente...”, ensalza.
Las comparaciones con Mallorca
Cuando compara Palma de Mallorca y Pola de Allande solo encuentra ventajas en el nuevo reto profesional y vital que emprende con su familia.
“En Mallorca la vivienda es cuatro veces más cara. Hay que hacer malabarismos para ir sobreviviendo. Se les escapó el turismo de las manos. Antes, el aire era puro y ahora entre aviones, barcos y la basura que tiran no puedes ir a la playa ni en agosto porque es un basurero municipal y aunque alguna playa se salve, hay tal saturación que vas a una cala más escondida y tienes 500 barcos alrededor y basura flotando. Además, hay mucha más delincuencia. La vida es solo una y hay que disfrutarla. Por eso Asturias nos parece estar viviendo como un sueño”, reitera.
A todas estas ventajas suma además la oportunidad laboral que ofrece la comarca asturiana. Considera que “hay mucho trabajo en la zona si quieres trabajar y oportunidades como ésta de la librería -señala- no la puedes dejar escapar”.
Magdalena quiere convencer también a su cuñado, que ha llegado a Asturias a visitarlos, para que se quede aquí, porque según comenta, es herrero y soldador y podría tener un trabajo en la zona.
Valora positivamente la divulgación de zonas despobladas y negocios que están en el olvido para que otras personas, como ocurrió en su caso, puedan revitalizar y dinamizar los pueblos de la España vaciada, pero advierte del riesgo de que no haya un control.
Fernando: “Ahora, a vivir la vida”
Tan ilusionado como el matrimonio por la reapertura de la librería está Fernando Rodríguez que por fin puede disfrutar con tranquilidad de su jubilación porque aunque se retiró de la vida laboral el pasado mes de enero, estaba deseando ver de nuevo abiertas sus puertas.
Más de un centenar de personas han contactado conmigo desde que lo anuncié en redes sociales. Me pareció curioso que apenas se interesó gente de la propia comarca. La mayoría eran personas procedentes de otras zonas de Asturias y de otras provincias de España
“Más de un centenar de personas han contactado conmigo desde que lo anuncié en redes sociales. Me pareció curioso que apenas se interesó gente de la propia comarca. La mayoría eran llamadas o mensajes de personas procedentes de otras zonas de Asturias y de otras provincias de España”, especifica.
Las negociaciones con la familia residente en Palma de Mallorca ya empezaron a los pocos días de cerrar el negocio, pero se fue retrasando la firma del traspaso, aunque finalmente todo concluyó en un acuerdo que satisface a ambas partes.
En estos cinco meses, Fernando Rodríguez ha comprobado ya cómo es la vida del jubilado y manifiesta que está realmente encantado: “Ahora toca vivir la vida. Yo quería tranquilidad y ya parezco otra persona. No me imaginaba lo que era el no mirar para el reloj y andar sin prisas”, corrobora entre risas.