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Sólo la oficialidad del asturiano anima un debate electoral en el que a los candidatos les ha costado tomar la palabra

Bárbara A. Peri

18 de mayo de 2023 10:35 h

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El formato ya lo hacía prever y los pronósticos se cumplieron, dos horas y media de debate en el que a los candidatos hubo que pedirles que tomaran la palabra en más de una ocasión. Parecía que ninguno de ellos estaba por la labor de mostrar desparpajo ante las cámaras y aprovechar la oportunidad de tener a su servicio la palestra de la Radiotelevisión Pública Asturiana.

Hubo que esperar hasta el cuarto bloque para verlos confrontar de verdad, cuando tocó hablar de servicios públicos. Fue entonces cuando la sanidad copó todo el protagonismo. En torno a la pandemia y su gestión, una de las banderas que siempre esgrime como su gran logro el actual presidente del Principado, se volvió a hablar del refuerzo que necesita la atención primaria, de la escasez de recursos y de la necesidad de reducir las listas de espera. Fue aquí donde se logró el único consenso entre los siete líderes que recogieron el guante lanzado por el candidato de Ciudadanos, Manuel Iñarra, y se comprometieron a alcanzar un gran pacto por la salud mental.

Los reproches por los grandes problemas de la sanidad y también de la dependencia fueron siempre en la misma dirección, al actual jefe del ejecutivo, que lejos de amedrentarse volvió a presumir de cómo Asturias ha salido reforzada tras su lucha con el Covid-19 y fue ejemplo para muchas comunidades autónomas o incluso líderes europeos. Fue entonces cuando aprovechó para recriminar al candidato del PP no haberle llamado en aquellos momentos, “ni con la última oleada de incendios”, añadió. La respuesta de Diego Canga fue una auténtica sorpresa para todos. “No le llamé porque no le conocía”, le espetó el líder popular.

En este cuarto bloque temático de servicios públicos, si ellos querían, como apuntó el director de informativos de la cadena pública, podían hablar de cultura. Pero a la cultura poco tiempo le dedicaron, apenas los segundos finales de los tres minutos que tenían. Siete en concreto utilizó el presidente del Principado en los que mostró su “apuesta por la identidad asturiana, por la llingua, por las tres llinguas que conviven en Asturias, por la tradición y por su reconocimiento estatutario y constitucional”.

Y aquí llegó uno de los encontronazos de la noche, el de la candidata de Vox, Carolina López que volvió a arremeter contra la llingua asturiana y el planteamiento de su oficialidad. Para ella todo es un invento que quiere acabar con “los bables” que existen en cada concejo y al ver que en su respuesta el candidato socialista apenas la miraba le soltó un “míreme a la cara cuando le hablo”.

De oficialidad se continuó hablando en el último bloque, el reservado para el qué pasará después del 28M y en el que, pese a que los partidos no querían preguntas directas, el moderador Nacho Monserrat no pudo resistirse y les preguntó directamente por su posición ante una posible reforma del Estatuto de Autonomía. Diego Canga no dudó en responder que “no es una prioridad” para el Partido Popular y mostró además su postura contraria a la cooficialidad del asturiano.

En el otro extremo la candidata de Podemos, Covadonga Tomé, que no sorprendió con su sí rotundo a la oficialidad y habló de un cambio estatutario orientado a asumir nuevas competencias desde la administración regional. Postura coincidente con la Ovidio Zapico, cabeza de lista de Convocatoria por Asturies, que abogó por el diálogo continuo tras las elecciones, en un claro llamamiento al pacto de las formaciones de izquierda. Menos claro fue el candidato de Foro Asturias, Adrián Pumares, que resolvió el tema del asturiano con libertad de uso para el que quiera hacerlo pero también para quien no quiera, argumentando que “ésta es la posición de la mayoría de los asturianos”.

¿Qué van a hacer los próximos cuatro años?

Hubo más preguntas directas durante la segunda parte del debate y una, muy concreta y planteada insistentemente por el actual presidente del gobierno asturiano: dónde estará cada uno de los candidatos durante los cuatro años de la nueva legislatura que empieza en junio. Tan inquisitivo fue Adrián Barbón que acabó sacando a Diego Canga de sus casillas. El candidato popular, que ya en el mitin principal de su campaña habló de que se quedaría tras el 28M en Asturias, aunque no durante cuánto tiempo, acabó soltándole claramente enfadado, ante la insistencia del socialista, “es la tercera vez que le digo que no me interrumpa”.

Y pese a que las interrupciones fueron bastante puntuales irritaron a Canga en más de una ocasión. Cuando el cabeza de lista de los populares puso sobre la mesa una pregunta directa al candidato de Foro Asturias sobre su asturianía, el líder del PP volvió a pedir no ser interrumpido al querer Pumares contestar antes de que él acabase su argumentación.

Recurrir a esas interpelaciones de tú a tú fue la única herramienta que permitió que el debate pareciese tal. Cuando el cabeza de lista de Ciudadanos preguntó directamente al PP si tras el 28M iba a pactar con Vox, la candidata de la formación de Abascal no pudo resistirse a intervenir sin pedir turno de palabra y presumir de los logros de las alianzas autonómicas de las dos formaciones de la derecha, con Castilla y León como bandera.

Economía, infraestructuras y medio rural

No hubo novedades en cuanto a las propuestas económicas de los siete candidatos. Mientras PP, Foro, Ciudadanos y Vox defendieron la bajada de impuestos, la derogación de sucesiones y patrimonio, la necesidad de facilitar la vida a las pymes y a los autónomos y de no maquillar los datos del paro con empleo público, Podemos y Convocatoria por Asturies plantearon la precariedad de los salarios como una asignatura pendiente y abogaron por reforzar la industria sin someterse a los intereses de las grades compañías. Adrián Barbón esgrimió la vía fiscal asturiana como exitosa y puso sobre la mesa algunos de los últimos anuncios de plantas industriales como negativa al abandono que le reprochó Ovidio Zapico.

Cómo no, la Variante de Pajares tuvo también su minuto de gloria. No hay debate electoral en Asturias en las últimas dos décadas en el que la Alta Velocidad atravesando la cordillera no forme parte de la discusión política. Y ahora que ya hay una fecha de apertura sobre la mesa los reproches se centran en quién tiene más culpa del retraso y el sobrecoste y en por qué se abrirá la demandada infraestructura justo un mes antes de las elecciones nacionales.

Pero con una solución a la vista los candidatos quisieron discutir más de las carencias de las Cercanías y del abandono de las carreteras autonómicas en las alas de la región. Aquí una coincidencia curiosa, la de asumir las competencias de los trenes por parte de la administración autonómica, planteada por la candidata de Podemos y por el de Foro Asturias. Pero también una clara diferencia, mientras Adrián Pumares afirmó que los asturianos “no quieren el tren gratis, si no que llegue a su hora”, Covadonga Tomé apostó por tener ambas cosas.

Para Diego Canga en Asturias nada funciona, ni los trenes, ni los puertos, y todo porque el actual presidente del Principado no sabe ir a Bruselas a buscar las soluciones. El candidato popular asegura que los Fondos Europeos resolverán la mayoría de los problemas de Asturias y que no se trata sólo de los que transfiere el gobierno central si no de todas las partidas que hay que ir a reclamar a la capital belga, a los despachos adecuados, y “no quedarse aquí haciendo tweets”, le soltó a Adrián Barbón.

Ante tanta solución europea el candidato de Ciudadanos, Manuel Iñarra, le preguntó al representante del PP por qué no había ayudado él a conseguir para Asturias la Autopista del Mar que se llevó finalmente Vigo desde su posición de alto funcionario. La reacción de Canga fue de enfado y le espetó un “no diga usted tonterías y estudie un poquito”. Justo antes de pasar a hablar de Medio Ambiente Barbón le recriminó esta respuesta al candidato popular y le dio un consejo: “como veterano simplemente decir que en un debate lo mejor es ser un poco humilde”.

Y entonces llegó el lobo, porque el tercer bloque hablaba de Medio Ambiente, Medio Rural y Reto demográfico, y lo primero que salió a escena fue el conflicto de los ganaderos, sus peticiones de mejoras en los márgenes de producción y sobre todo, su exigencia de acabar con los ataques a sus animales. Diego Canga volvió a prometer que sacará al lobo del Listado de especies silvestres en régimen de protección (Lespre) algo que el presidente del Principado le recordó que era competencia del gobierno nacional y que él ya había reclamado en varias ocasiones.

Sobre la pérdida de población y el hecho histórico de que Asturias ya esté por debajo del millón de habitantes muchos reproches y pocas soluciones concretas para revertirlo. Eso sí, Adrián Barbón fue honesto y aseguró que no es algo que se resuelva en cuatro años ni para lo que hay soluciones mágicas. Lo cierto es que el declive demográfico asturiano no para de aumentar y será uno de los grandes retos de quienes gobiernen a partir del 28M.

Minuto final y agradecimientos

El primero en despedirse fue el candidato socialista que utilizó su última intervención para recordar que aunque “un minuto no puede servir para construir nada sí puede servir para destruir mucho” y lanzó una advertencia, “en un minuto alguno de los partidos aquí presentes pueden derogar derechos laborales o bajar las pensiones”. Augurios que el candidato de Convocatoria por Asturies ve lejanos porque afirmó categóricamente que “el PP no va a ganar las elecciones”, y por eso volvió a hablar de la necesidad de un pacto de los partidos de izquierda para que el PSOE “cambie las cosas” porque “solo no lo hace”. Y en ese cambio incidió también la candidata de Podemos que volvió a tirar de eslogan del 15-M y cerró con un “Claro que se puede”.

Y como todo apunta a un resultado ajustado que obligará a pactos de los bloques de la izquierda o la derecha Diego Canga huyó de las alianzas y llamó a la unión del voto de centro derecha en su persona. El candidato del PP en su alegato final fue muy claro. “O Barbón o servidor”, afirmó, “o un vividor de la política o alguien que deja un trabajo confortable por venir a servir a Asturias”. Porque como dijo el candidato de Foro “esto va de Asturias, ni de Madrid ni de Bruselas”, en ese claro guiño regionalista que Pumares imprime continuamente a su marca.

Y para frenar “la involución” de la región se ofreció la candidata de Vox que se despidió sin papeles, improvisando el minuto final “después de lo vivido” durante las dos horas y media de debate, y asegurando que su partido es “la única alternativa de gobierno”. Con bastante menos se conforma el candidato de Ciudadanos que aprovechó su última intervención para pedir perdón a sus alumnos porque después del 28M tendrá que abandonar las aulas para ir a trabajar al parlamento asturiano, un mensaje cargado de optimismo con el que el líder de los naranjas quiere ahuyentar los presagios de desaparición que todas las encuestas les auguran.