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La oficialidad de la llingua asturiana vuelve a la primera línea del debate político en Asturias

Archivo - Manifestación en Oviedo por la oficialidad del asturiano y el gallego-asturiano

Leticia Quintanal

Oviedo —
10 de mayo de 2024 22:30 h

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Lo que para algunos es una cuenta pendiente desde hace muchos años o una reivindicación más que justa, para otros es algo absolutamente inasumible o un elemento más de división. Lo cierto es que el reconocimiento de la llingua asturiana como lengua cooficial en el Principado de Asturias ha sido un debate recurrente, con mayor o menor intensidad, desde la Transición Española, que a casi nadie ha dejado indiferente.

Durante las últimas cuatro décadas Asturias ha vivido, por ejemplo, la aprobación en 1998 de una ley de uso y promoción del asturiano, durante la presidencia de Sergio Marqués (PP). Vivió también, un año más tarde, cómo un vicepresidente del gobierno de España, Francisco Álvarez-Cascos (PP) le pedía al secretario general del PSOE asturiano, Luis Martínez Noval, el apoyo de los socialistas a una reforma estatutaria que permitiese hacer oficial el asturiano, apoyo que nunca llegó.

En el Principado se ha visto además cómo aquel PP de Cascos se iba al 'no' rotundo a la cooficialidad, mientras que el PSOE, que siempre había sido reticente, cuando no contrario, se transformaba en un partido asturianista, especialmente en estos últimos años con el partido dirigido por el también presidente del Gobierno de Asturias, Adrián Barbón.

Estatuto de Autonomía y Ley de uso y promoción del bable/asturiano

El Estatuto de Autonomía del Principado de Asturias , aprobado el 30 de diciembre de 1981, protege al asturiano, pero no lo reconoce como lengua oficial, y ahí está el debate. De hecho, el Artículo 4. El Idioma asturiano reconoce que Asturias tiene una lengua propia que se quiere proteger, y para ello se facilita su uso, se promociona en los medios de comunicación y también en los colegios. También señala que nadie está obligado a aprenderlo o usarlo y anuncia que se hará una ley para protegerlo y facilitar su uso.

Se trata de la Ley de uso y promoción del bable/asturiano, aprobada en marzo de 1998 por el único gobierno del Partido Popular que hubo en Asturias. Ésa ley de hace 26 años es la que aún sigue vigente hoy en día porque ningún gobierno hasta la fecha decidió abrir este debate.

Hubo un intento de llevar a cabo una reforma del Estatuto, en la pasada legislatura, una vez que Adrián Barbón tomó posesión como presidente del Principado, sin embargo el asunto ni siquiera llegó a llevarse a votación en la Junta General del Principado, algo de lo que ahora se arrepiente el presidente asturiano, tal y como él mismo reconoció hace unos días, porque la reforma que estaba sobre la mesa incluía temas tan dispares como la oficialidad del asturiano y una reforma fiscal propuesta por Foro, que Izquierda Unida rechazó.

En aquel momento la ultraderecha de Vox entró con toda su artillería para intentar dinamitar el proceso de negociación, atacando al diputado de Foro, Adrián Pumares, y colocando en vallas publicitarias un fotomontaje de Pumares y Barbón dándose un beso, para presionarle y conseguir que votase 'no' a la oficialidad.

A través de este tuit, publicado en su momento por Daniel Rodríguez, Adrián Pumares quiso denunciar la actitud homófoba de la formación de extrema derecha.

FSA-PSOE, un partido asturianista

El PSOE siempre pasó de puntillas por el tema de la oficialidad. Era algo que se le atragantaba a los socialistas y que internamente generaba conflicto. Esto fue así hasta que llegó el 32 Congreso autonómico de la formación, en septiembre de 2017, cónclave en el que, además, Adrián Barbón fue elegido secretario general de la FSA-PSOE, tras vencer con rotundidad en unas primarias, al candidato apoyado por el sector 'oficial' (Javier Fernández era entonces presidente del Principado y había sido también presidente de la gestora permanente del PSOE, que sustituyó a Pedro Sánchez tras aquel 1 de octubre de 2016).

Con el apoyo de 27 agrupaciones socialistas asturianas, entre las que se encontraban las más mayoritarias, lo que suponía el 80 por ciento de la militancia de Asturias, la enmienda para incluir la oficialidad del asturiano en la ponencia definitiva llegó a aquel trigésimo segundo congreso del PSOE regional.

Según cuenta Mari Luz Pontón, encargada de presentar y defender la enmienda con “gran responsabilidad”, tras un “acalorado” debate, se logró el apoyo de la militancia asturianista y “también de gran parte de la que hasta ese momento no lo había sido”.

...teniendo en cuenta también la necesidad de tomar medidas que garanticen la conservación de un patrimonio de la importancia de un idioma, y de la cultura que lo acompaña, va a defenderse que el asturiano (y en su ámbito, el gallego-asturiano) sea junto al castellano, lengua oficial en Asturies

Fue un movimiento que vino desde la militancia, reconoce Pontón, al que ayudó, por supuesto, el cambio en la directiva del partido. “Vivimos como un éxito ver tantas manos levantadas”, recuerda emocionada.

Así, uno de los apartados de la resolución del 32 Congreso de la FSA recoge “...teniendo en cuenta también la necesidad de tomar medidas que garanticen la conservación de un patrimonio de la importancia de un idioma, y de la cultura que lo acompaña, va a defenderse que el asturiano (y en su ámbito, el gallego-asturiano) sea junto al castellano, lengua oficial en Asturies”.

Pontón lamenta con cierta frustración que Asturias aún no haya conseguido la cooficialidad del asturiano y el eonaviego y destaca que es “la única alternativa para conservar el patrimonio lingüístico asturiano”.

Gran pacto entre los dos grandes partidos

Desde la Academia de la Llingua, su presidente, Xoxé Antón González Riaño, denuncia la situación asturiana como una anomalía constitucional pues la oficialidad forma parte de los preceptos constitucionales que se cumplieron en el resto de comunidades autónomas, salvo Asturias. Así señala Galicia, País Vasco, Navarra, Cataluña, Valencia o Islas Baleares.

Al margen de los tres quintos de la mayoría parlamentaria necesarios, Riaño aboga por un gran pacto entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, “con inteligencia y osadía”, para saldar “la gran cuenta pendiente de la política asturiana desde la Transición”, asegura.

Fue precisamente su intervención en el acto institucional del Día de les Lletres Asturianes, celebrado el pasado 3 de mayo, pidiendo al gobierno “audacia y valentía” y lanzándole un guante al presidente del Principado que éste no dudó en recoger. Barbón cursó entonces una invitación a todos los grupos parlamentarios para citarles a un encuentro, el próximo 23 de mayo, con un único punto en el orden del día, la modificación del Artículo 4 del Estatuto de Autonomía del Principado, para comenzar a avanzar en una futura ley de oficialidad del asturiano.

En esta ocasión Barbón aseguró que llegaría hasta el final en este tema y pedía responsabilidad al PP, aprovechando las últimas declaraciones de su presidente, Álvaro Queipo, en las que proclamaba el asturianismo del PP y ensalzaba el asturiano como “nuestra lengua propia”.

Poco tardó el presidente de los populares en Asturias en resolver la incógnita, pues al día siguiente de que Barbón le pidiese al PP que “camude” su postura, Queipo daba un portazo a la oficialidad asegurando que en el PP no quieren “obligatoriedad ni imposición”.

Y así vuelve la pelota del tejado del PP, donde la quiso colocar el presidente Barbón, a ninguna parte, pues por mucho empeño que haya en el gobierno de coalición PSOE-Convocatoria por Asturies, en sacar este asunto adelante, no hay votos para ello.

No obstante, a través de las redes del gobierno autonómico, se reiteraba la intención de llegar hasta el final en este asunto, a pesar del portazo del PP.

Con la vuelta de la oficialidad a primera línea política, han sido varias las voces que se han sumado a apoyar una reforma del Estatuto que permita seguir trabajando en este objetivo. Voces que hasta ahora nunca antes se habían pronunciado de una manera tan clara, como es el caso del rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, para quien la cooficialidad del asturiano sería un paso más en la normalización y protección de la lengua, como elemento del patrimonio cultural e histórico de la comunidad autónoma.

También el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, durante su primera visita al Principado aseguró que sería “muy positivo” avanzar hacia la oficialidad, pues “la pluralidad lingüística de España es una riqueza y este Ministerio está comprometido con ella”.

La aprobación de un cambio en la norma institucional básica del Principado exigiría una mayoría reforzada, es decir, 27 votos a favor en el Parlamento asturiano, compuesto por 45 diputadas y diputados. Posteriormente debería ser ratificada por el Congreso de los Diputados y el Senado.

Las fuerzas políticas que intentaron negociar la oficialidad durante la pasada legislatura (PSOE, IU, Podemos y Foro) sumaban por aquel entonces los 27 votos necesarios, pero hoy, esos mismos partidos, suman 24, tres menos de los exigidos, lo que significa que el PP debería entrar, sí o sí, en esta ecuación.

Mientras tanto, el Gobierno asturiano va dando pequeños pasos en el reconocimiento del asturiano, como la introducción de la enseñanza de la lengua asturiana y el eonaviego para el alumnado de segundo ciclo de Educación Infantil, a partir del próximo curso 2025-2026, medida aprobada por el Consejo de Gobierno a finales del mes de abril.

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