La posibilidad de un gobierno de coalición en Asturias entre PSOE e Izquierda Unida, más cerca

Desde este jueves, los socialistas asturianos y Convocatoria por Asturias, comienzan las negociaciones en firme para lograr un gobierno de coalición en Asturias. Lo hacen después de que el presidente en funciones, Adrián Barbón, confirmase al portavoz de Izquierda Unida, Ovidio Zapico, que ya no había vetos sobre ningún asunto en las conversaciones entre ambas formaciones.

En las últimas semanas, la coalición que encabeza Zapico, había advertido que sólo negociaría su entrada en un “gobierno de progreso, plural y compartido” si se podía hablar de todo, sin líneas rojas.

El debate de investidura se celebrará la próxima semana y Adrián Barbón ya tiene garantizada su reelección. Falta ahora saber si será el miércoles 19, con el apoyo de 23 diputados, o habrá que esperar al viernes en el que una mayoría simple le sería suficiente. En el parlamento asturiano no cabe el voto en contra, sólo la abstención.

Por ahora el socialista tiene confirmado el apoyo de Convocatoria, vayan como vayan las negociaciones para gobernar juntos, pero quien no parece estar dispuesta a apoyar a Barbón es la única diputada de Podemos en el parlamento asturiano, Covadonga Tomé.

Ésta ya ha advertido de que si Barbón no da pie a un gobierno tripartito en el que los morados tengan también representación no apoyará su candidatura.

La dirección morada dispuesta al “sí”

Sin embargo, desde la dirección de Podemos Asturies, se ha hecho público esta tarde un comunicado en el que afirman que se inclinan por apoyar la investidura del líder de la FSA. “Se trata de una posición política en apoyo a las fuerzas progresistas”.

Su decisión llega después del encuentro que han mantenido con la comisión negociadora de los socialistas en el parlamento regional, un encuentro al que no ha acudido la diputada, Tomé, “por problemas personales”, pero en la que sí hubo representación de su equipo.

El Consejo de Coordinación de Podemos Asturies propone el voto a favor de la investidura de Adrián Barbón aunque esta decisión deberá ser ratificada este viernes por el Consejo Ciudadano Autonómico.

Lo que si ha querido dejar claro el secretario de acción institucional y relaciones con otras fuerzas, Rafael Palacios, es que no se ha llegado a ningún acuerdo pero que “a partir del análisis de la realidad y la coyuntura políticas” creen necesario “posicionarnos con claridad junto con las fuerzas progresistas”.

Palacios ha querido trasladar “a la sociedad asturiana, a la militancia y a las votantes” que “en ningún parlamento donde esté presente Podemos se va a dejar de apoyar al candidato progresista”. Y ha añadido que después de garantizar la investidura “se abriría la posibilidad de negociar un acuerdo de gobierno que tendría que obtener el aval de las personas inscritas en una Asamblea Ciudadana”.

Izquierda Unida quiere ser influyente

El principal escollo que había hasta ahora para que se avanzase hacia un gobierno de coalición entre IU y PSOE, era la petición de los de Zapico de tener áreas de influencia como las económicas e industriales, en el ejecutivo que se conformase. Algo que en un principio los socialistas no estaban dispuestos a dar. Pero hoy todo ha cambiado.

“El PSOE se abre a una negociación sin límites”, ha subrayado Zapico, que ha incidido en que, en un contexto político como el actual, en el que gana peso la derecha, hay que demostrar “que la izquierda sabe construir”. En una velada petición a Podemos, con quienes concurren a las próximas elecciones generales bajo la marca de Sumar, para que apoyasen a Barbón y ya el miércoles Asturias tenga presidente.

Ante la posibilidad de que Barbón dé pie a un gobierno que incluya también a los morados, Zapico ha recordado que el presidente ya dijo hace días que es difícil negociar con quienes viven situaciones internas convulsas y que por eso entiende “que eso genere dudas y temores”.

En cualquier caso, ha afirmado que el gobierno de progreso lo debe liderar quien ha ganado las elecciones y que las negociaciones se van a abordar bilaterlamente en los próximos días de forma discreta y sin un límite de tiempo. “Se va a hablar de todo y no va a haber