Un agente medioambiental de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria de Asturias rescató ayer, jueves, a una osezna de unos tres meses en el municipio asturiano de Yernes y Tameza.
La osezna fue trasladada inicialmente a una clínica veterinaria en Oviedo donde, tras examinarla, se pudo comprobar que se encontraba en perfecto estado de salud.
El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria se hará cargo de este ejemplar, que tiene un peso de 1,9 kilos, según ha informado el Gobierno asturiano.
Este centro está ubicado en un entorno natural que garantiza la supervivencia del animal y evita que se acostumbre a entornos humanizados.
Está previsto que permanezca en Cantabria durante unos meses con la intención de reintroducirla en su hábitat natural una vez haya concluido la época de celo de los plantígrados.
Una caída accidental
Un agente mayor medioambiental de la zona Cubia-Proaza halló a la osezna en la carretera AS-311. Las primeras hipótesis apuntan a que pudo caer accidentalmente desde la osera a la vía a través del monte al tratarse de una zona escarpada de difícil acceso.
Los casos de crías de oso pardo que quedan huérfanas durante sus primeros meses de vida son cada vez más frecuentes en los últimos años debido a la recuperación de la especie en la cordillera, una circunstancia que responde a diferentes causas y que se produce principalmente desde finales de la primavera hasta otoño, cuando los ejemplares tienen entre 3 y 8 meses.
Dada la escasa información disponible sobre la supervivencia de estos ejemplares en la naturaleza el protocolo de actuación ante la aparición de oseznos contempla que se actuará de forma proactiva en su recuperación con el fin de proporcionarles tratamiento veterinario si fuera necesario y afrontar su reintroducción en el medio natural en las mejores condiciones.
El oso pardo está declarado especie protegida desde 1973 y, pese al incremento del número de ejemplares que ha pasado de poco más de 50 ejemplares a finales a unos 370 ejemplares actualmente en la Cordillera Cantábrica, continúa en peligro de extinción en España.