Los 'resistentes' de Oviedo reclaman a los políticos que escuchen más a los ciudadanos y menos a los fondos buitre

A escasos metros de los soportales del Ayuntamiento de Oviedo, un grupo autodenominado como 'los resistentes' se reúne todos los jueves, a partir de las doce del mediodía, con pancartas y altavoz en mano para reclamar que los políticos escuchen más a los ciudadanos, defiendan los servicios públicos y hagan menos caso a los fondos buitre. Haga frío, calor, llueva o nieve, desde hace cinco años, sus integrantes acuden fieles a su cita junto al edificio consistorial para reivindicar como lema principal la sostenibilidad del sistema público de pensiones.

Carmen Álvarez y Sara Picado son las dos caras de una misma moneda. Carmen está jubilada y Sara sigue en activo. Ambas forman parte del colectivo por la defensa del sistema público de pensiones, adherido a la coordinadora estatal. Están convencidas de que sólo con la lucha permanente se logrará que no se vacíe la hucha de las pensiones porque aseguran que es el pilar básico de la paz social y salvaguarda de generaciones presentes y futuras.

El movimiento comenzó con reuniones informales de unas pocas personas que un día decidieron salir a la calle para rebelarse ante el anuncio del entonces presidente del Gobierno del Partido Popular Mariano Rajoy de que las pensiones iban a experimentar una subida del 0,25%.

“Costaba más dinero la carta que enviaba con el anuncio que el dinero que iban a recibir los pensionistas, especialmente cuando muchos de ellos percibían unas pensiones de miseria”, asegura Sara Picado, que no oculta el enorme “cabreo” que suponía para los destinatarios ese tipo de mensajes.

“Sólo el confinamiento nos impidió ir a la plaza”, aseguran

De forma paulatina, empezaron a constatar que los mensajes que transmitían en esos encuentros informales lograban calar en los ciudadanos que, a pesar de ir con prisas por la plaza, se detenían unos minutos para ver de qué estaban hablando o para leer los eslóganes de sus pancartas.

La edad no ha sido un obstáculo para que, a pesar de la meteorología adversa, se animasen a participar en este tipo de movilización que sólo el confinamiento por la Covid-19 fue capaz de detener en estos cinco años.

“Venimos siempre a la plaza, haga frio, sol, llueva o nieve. Sólo el confinamiento impidió que saliéramos de casa y, cuando se terminó, regresamos con mascarillas y guardando las medidas de distancia porque sentíamos que se necesitaba animar y aglutinar a las personas para que no se sintieran solas”, explica Carmen Álvarez.

Sus reivindicaciones no se circunscriben únicamente al sistema público de pensiones, sino que se extienden a otros ámbitos como la sanidad o la educación. Piden a la clase trabajadora que se movilice para no perder derechos adquiridos y que salgan a las plazas y a las calles independientemente del gobierno de turno.

“Los políticos deben estar al servicio de los ciudadanos”, sostienen

Otros integrantes del colectivo participaron en el acto este jueves. Es el caso de Nieves Llavona, Gerardo Echevarría o Abel Troncoso. Los tres recordaron a otros jubilados que deben afrontar su supervivencia con pensiones que califican como “ridículas”.

Nieves se consideraba una privilegiada por haber podido llegar por sí misma con su silla de ruedas hasta la plaza del Ayuntamiento ovetense para sumarse a sus compañeros en comparación con otros pensionistas que no pueden ni moverse de sus casas porque carecen de ascensores o rampas.

“Los gobiernos están para las personas y no para los fondos buitre que se reparten nuestro dinero. ¡Ya está bien!, clamaba Nieves mientras apelaba a que los políticos se pusieran al servicio de los ciudadanos.

Gerardo y Abel exponían la necesidad de defender “todo lo público”, mientras incidían en el elevado coste de la vida en comparación con las exiguas pensiones de muchos de los integrantes del colectivo.

Con la satisfacción de ver que han logrado llegar un jueves más a captar la atención de los paseantes, el grupo poco a poco comienza a disolverse. Pero antes de recoger los carteles y envolver las pancartas queda un último anuncio por la megafonía de su altavoz: “Compañeros, el próximo jueves, aquí nos encontraremos de nuevo”. Todos asienten entre aplausos.