El Servicio Público de Empleo (Sepepa) de Asturias facilitó el pasado año la inserción laboral de 1238 víctimas de la violencia machista, de las que 984 firmaron contratos fijos y el resto, temporales, según los dados que ha aportado este viernes la directora de este organismo, Begoña López, tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno del Principado.
La directora del Sepepa ha dado a conocer el último informe de reinserción laboral de este colectivo ante la próxima celebración, el 25 de noviembre, del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Según López, la especial dificultad de acceso al mercado laboral para este colectivo se expresa en su tasa de desempleo de larga duración, que supera en 25 puntos porcentuales la media de toda la población asturiana.
En los registros del Principado constaban a finales de 2023 un total de 2353 víctimas de violencia de género inscritas como demandantes de empleo, de las cuales 212 tenían algún tipo de discapacidad. A día de hoy, son 2365 las que se encuentran buscando trabajo.
Por nacionalidades, 1959 de las víctimas demandantes de empleo eran españolas, lo que representa más del 83 por ciento del total, y 725 de ellas recibían algún tipo de prestación a finales del pasado año. Para proteger la identidad de las usuarias, el Servicio Público de Empleo no desglosa su lugar de residencia por concejos, pero casi el 90 por ciento vive en el área central de la comunidad: Oviedo, Gijón y Avilés, sus comarcas de influencia, y las cuencas del Nalón y el Caudal.
Aunque no existe un perfil tipo de las víctimas de maltrato machista inscritas como demandantes de empleo en el Sepepa, el balance de actividad de 2023 demuestra que tienen niveles formativos dispares.
Por ejemplo, según ha señalado López, recibieron atención 36 mujeres sin ningún tipo de estudios y otras 82 con título universitario (licenciatura, grado, máster o doctorado).
El Sepepa cuenta con una red de orientadores, formada por dos coordinadores y 26 tutores, desplegados por el territorio de la comunidad y con formación específica para atender las necesidades de estas mujeres en todas las oficinas.
Las oficinas de empleo ofrecen servicios especiales a todas las mujeres que acreditan su condición de víctimas con documentos certificados por un juzgado, la Fiscalía, los centros asesores de la mujer o las casas de acogida. Estos centros y casas de acogida constituyen el principal recurso para informar a las mujeres sobre la existencia de los tutores del Sepepa y sus funciones.
El modelo está dando buenos resultados y tratará de extenderse a otros colectivos prioritarios u deja clara la vocación de servicio público que tiene el Sepepa.